En tierra de Shakespeare

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Stratford-upon-Avon es una de las ciudades más populares de Gran Bretaña y una de las que más visitantes recibe. La esencia antigua y las historias de Shakespeare están por esta coqueta ciudad. Se encuentra a unos 100 kilómetros de Londres y se puede llegar hasta aquí, tomando un tren o autobús. Una vez en tierra, con un calzado cómodo todo es posible. Caminar por donde caminó el dramaturgo y poeta inglés más famoso del mundo es toda una aventura que, para los amantes a la buena literatura, será una experiencia única cada tramo recorrido, cada casa blanca con toques marrones y reminiscencias del siglo XVI y, cómo no, cada lugar en el que todo hace honor a su gran historia.

Seguramente sentirá que ha llegado a un sitio sacado de algún cuento de alguien con muy buen gusto. Stratford-upon-Avon es elegante y sus habitantes sonríen cada vez que ven llegar a los extranjeros hambrientos de cultura y pasión literaria.

Los sitios con parada obligatoria son el lugar de nacimiento del dramaturgo inglés. Shakespeare´s Birthplace en Henley Street es un lugar de fácil acceso donde Shakespeare nació y pasó sus primeros años. Los jardines están tan perfectamente cuidados que es imposible dejar de hacer fotos. Al ser la calle peatonal, encontrará innumerables pubs y restaurantes donde podrá sentarse a disfrutar de un delicioso english tea con un poco de leche y…sentir el verdadero placer de viajar.

La cabaña de Anne Hathaway está a menos de 1,5 kilómetros del centro. Se puede ir caminando y así disfrutar del buen aire que se respira en Stratford-upon-Avon. Los mismos visitantes le guiarán hacia la romántica cabaña donde vivió la esposa del dramaturgo, Anne Hathaway. La historia no tiene desperdicio. La decoración es exquisita. Los coquetos jardines nos recuerdan el tan buen gusto inglés por las áreas verdes. Love is in the air.

Cerca del río Avon, uno de los ríos que discurren por la zona central de Inglaterra se encuentra la Iglesia de la Santísima Trinidad (Holy Trinity Church) una preciosa iglesia con más de 1.000 años donde reposan los restos del poeta. El lugar goza de unos paisajes naturales increíbles que le invitarán a pasear sin prisas y a disfrutar de la belleza e historia de este lugar.

Lo apasionante de viajar es, además de poder conocer los lugares de interés, es comer en los mejores sitios donde los sabores y los olores también dejen una huella en nosotros que no es fácil de olvidar.

El White Swan Hotel es un buen ejemplo. Este precioso hotel hace sentir la atmósfera tan british que buscan algunos. Está justo detrás de la casa donde nació Shakespeare, en Rother Street. Así que puede ser un buen sitio donde dormir, desayunar. 41 habitaciones para elegir y un toda la tranquilidad del mundo para un auténtico desayuno inglés y empezar el día – como un buen turista – lleno de ganas y fuerza. Ser turista no es fácil.

El restaurante – y la cocina – puede ser una de las mejores características a destacar. El menú es creado por sus propios chefs con una combinación exquisita e internacional de diferentes platos del mundo hechos con mucho cariño y tiempo. Todo lo que se come en el White Swan Hotel está hecho en el momento. Así que, tómeselo con calma mientras disfruta de alguna de las variedades de cerveza que ofrecen en el bar del hotel. Cabe destacar que el staff no pierde nunca la sonrisa y menos cuando te sirven una house beer (London Pride o Fullers beer). Aquí podrá encontrar cervezas lager e IPAs. El buen gusto por la cerveza es uno de los motivos por los que querrá volver pronto de la excursión (si decide dormir aquí).

Y a la hora de comer, eso de que en Inglaterra se come mal … Ya no vale. La calidad tiene un precio. El menú, muy delicado, presenta platos muy elaborados. Empezar con una selección de panes con aceite de oliva es una buena idea mientras disfruta de una buena copa de vino que puede escoger de la extensa lista de vinos. Aquí se lo toman muy en serio. No dude en elegir un buen trozo de carne macerado durante 35 días con unas patatas al horno que se derriten solas en la boca. Lo puede acompañar con un Malbec Reserva argentino. Otra opción es probar el plato por excelencia inglés: Fish and Chips. El crujiente del rebozado no deja cargo de conciencia. La atmosfera que se respira en este edificio de 1450 perdurará en nuestra memoria. To be, or not to be… la elección es tuya y te está esperando en este maravilloso rinconcito inglés.

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