100 años de Hotel La Mamounia

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La historia de La Maounia, en Marrakech, es la de un mito de los hoteles. Esta obra maestra de los arquitectos Prost y Marchisio, inaugurado en 1923, llega a su centenario sabiendo conservar todas sus claves de identidad propias y añadiendo nuevos elementos capaces de sorprender a todos. Por eso es un lugar tan especial… Es mucho más que un hotel.

Saber mirar a la historia, conlleva el saber respetar su generoso legado y eso no es fácil. La Mamounia comenzó sus pasos en el siglo XVII de la mano del rey Sidi Mohamed Ben Abdallah, que regaló a sus cuatro hijos cuatro jardines en la señalada fecha de sus bodas. Uno de ellos, el de Mamoum, alcanzaría la fama con sus ocho estupendas hectáreas, dando lugar al nombre de este legendario hotel de gran valor histórico. En ella el joven príncipe organizaba grandes fiestas al aire libre con ese exotismo que los responsables del hotel han sabido conservar.

El cine ha tenido siempre este lugar como icono. Es mucho más que un escenario. Este gran jardín ha sido el centro de atracción de un espectacular hotel donde multitud de celebridades como Charles Chaplin, Oliver Stone, Martin Scorsese y personajes históricos como Charles de Gaulle o Winston Churchill convirtieron en su estancia o centro de operaciones favorito. El británico, en particular, puso mucho de su parte para aumentar el mito del Hotel La Mamounia, donde realizó muchas de sus pinturas -posteriormente expuestas a modo de homenaje por el propio hotel-.

También se rodaron películas como El hombre que sabía demasiado, de Alfred Hitchcock (es el hotel donde se alojan James Stewart y Doris Day), entre otras muchas obras, algunas del director Erich Von Stroheim. Visitar el bar dedicado a Winston Churchill, es un ejercicio de buen gusto, donde se puede encontrar algunos de los mejores whiskies del mundo.

Los años pasaron, pero La Mamounia siguió mostrando una salud de hierro. Y para asegurarse de que la racha seguía, en 2020 se acometió una gran renovación bajo la dirección atenta de Pierre Jochem. Diseño y arquitectura se dan la mano para rematar una experiencia excepcional que es, en sí misma, un recordatorio y recorrido de la historia de La Mamonia.

La Mamounia tiene una relación privilegiada con el séptimo arte. No solo ha servido de escenario para las cámaras, sino que por sus lujosas habitaciones han pasado estrellas de todas las décadas. Salma Hayek, Jennifer Aniston, Gwyneth Paltrow, Orlando Bloom (que celebró en el hotel su Fiesta de Acción de Gracias con Miranda Kerr…) En diciembre de 2010 se celebró el festival de cine Internacional de Marrakech, donde acudió lo más granado del momento.

Es mezcla de la realidad y la ficción se transmite en sus salones: Le Salin de Thé par Pierre Fermé, Le Churchill y le Cinema, Le Bar Majorelle Par Pierre Hermé o Le PavillonPiscine y le Bar son, entre otros, los refinados y exquisitos nombres de una serie de nuevos espacios destinados al ocio y disfrute de sus clientes. No hay que perderse el renovado restaurante L’Italien par Jean-Georges, una trattoria con una decoración muy cuidada con una espectacular cocina abierta al público.

El mismo espacio se utiliza como salón de desayuno con una variedad y un servicio impecable… Un café bien servido es casi tan importante como los primeros rayos de sol que suben por encima de las palmeras. Si a esto unimos su delicada repostería, nos encontramos ante una manera perfecta de comerzar el día antes de “introducirnos” en el bullicio de las callejuelas de la ciudad.

Pero lo fundamental es el alojamiento: 135 habitaciones, 64 suites, 6 suites de excepción y 3 riads componen la oferta de La Mamounia, que ha decorado de manera distinta, elegante y variada sus distintas dependencias, pero siempre con cierto estilo clásico y exótico. Cada una de las suites de excepción tiene un nombre propio (Churchill, Majorelle, Marqueterie…) como también las ejecutivas.

La relación del hotel con el cine se traslada a sus dependencias. La Mamounia dispone de una excelente sala de proyección para 20 personas donde se proyectan diariamente grandes clásicos o los últimos estrenos. El lujo lo aportan los sanos snacks firmados por Pierre Hermé.

Como buen hotel de lujo, su spa de 2.500 metros cuadrados es una visita imprescindible. Dotado de dos hammams públicos y uno privado, cabinas de cuidados polivalentes, peluquería, cabinas de manicura y pedicura, sala deportiva y piscina climatizada, el hotel está listo para proporcionar a sus clientes una experiencia privilegiada. La marca La Maison Valmont, experta en cosmética celular, así como la de Augustinus Bader, colabora de manera exclusiva con La Mamounia para los tratamientos del spa.

A buen seguro las chicas de Sexo en Nueva York disfrutaron de todas estas estancias. El reparto comandado por Sarah Jessica Parker se trasladaba en la secuela a un escenario exótico y muchas secuencias de la película fueron rodadas en el escenario más mítico de Marrakech. Por eso es un lugar al que le sientan muy bien los años.

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