Historia Erwin Hymer Group
Para hacerlo realidad tuvieron que pasar dé cadas de proyectos, experimentos y pruebas hasta que un reducido grupo de ingenieros consiguió ir perfeccionando aquella fantasí a. Pero al final, dieron con ello: las caravanas primero, y las autocaravanas despué s, empezaron a verse por las carreteras de todo el mundo para cambiar el concepto del viaje por carretera.
La historia tiene sus protagonistas y gran parte de la culpa la tuvo Erwin Hymer, un visionario que ya a mediados de los 50 estaba decidido a hacer realidad su sueñ o. Y cuando materializó lo que para muchos no era má s que una quimera, siguió añ adiendo detalles para mejorar aquel primer vehí culo hasta rozar la perfecció n. Todo comenzó en el sur de Alemania, en la pequeñ a ciudad de Bad Waldsee, donde el padre de Erwin Hymer, carrocero y carpintero, habí a abierto un taller. Con apenas 26 añ os, el ya entonces ingeniero mecá nico Erwin Hymer entró a trabajar en é l, aunque con la idea de no seguir haciendo lo de siempre.
Un poco má s tarde se asociaba con otro ingeniero, este aeroná utico, llamado Erich Bachem, y entre los dos construí an la primera caravana de la marca Eriba, que añ os despué s acabarí a formando parte del grupo Hymer. Aquel modelo con techo fijo, al que bautizaron como &ldquo Ur-Troll&rdquo , serí a el primer paso de una nueva forma de concebir la conducció n. Y ese verano, el de 1957, fue el que Hymer y Bachem eligieron para probar ellos mismos su primera caravana y ver en qué y có mo se podí a mejorar. Empezó una nueva industria&hellip
Nada de hoteles
Las vacaciones por el sur de Francia con la Troll sirvieron a Erwin Hymer para decidirse a crear un nuevo modelo: su objetivo ahora era construir un vehí culo con el que fuera posible la vida sin campings ni hoteles. Todo un reto que tardó unos añ os en poder hacerse realidad, pero por fin, en 1961, nací a su primera autocaravana, la Hymer Caravano, fabricada a mano.
Poco a poco, los sueñ os de Erwin Hymer se hací an realidad, aunque aú n le faltaba mucho para conformarse. En realidad, nunca llegó a hacerlo. Hasta el final de sus dí as pensó que todaví a se podí a dar un paso má s. Gracias a su inconformismo llegarí a la Nova junto a detalles que harí an má s confortable aquel espacio donde ya se podí a vivir y viajar: ventanas de cristal acrí lico, el bastidor de la mesa plegable en tijera, el pie de la tabla de planchar y tambié n el gran invento de la marca, la cama abatible situada sobre los asientos delanteros, que se presentó al pú blico en 1976 con la Hymermobil 521, la autocaravana a la que calificaron como &ldquo sueñ o sobre ruedas&rdquo .
El invento era el principio de un estilo de vida. La cultura de caravanismo y autocaravanismo se instalaba en la Europa má s desarrollada. Mientras tanto, los europeos se animan cada vez má s a conocer el continente sobre ruedas, estirando sus vacaciones al má ximo sin perder tiempo en buscar alojamiento: la producció n anual de autocaravanas en la temporada de 1977/78 alcanza por primera vez má s de 1.000 unidades, y al añ o siguiente aumentará con el lanzamiento de una autocaravana pionera en su é poca: la integral exclusiva Clase S, basada en una serie nueva de Mercedes-Benz, con un techo redondeado en los bordes y hecho de material plá stico reforzado con fibras de vidrio.
Ya en el nuevo siglo, el ingeniero que soñ aba con hogares sobre ruedas con los que descubrir el mundo decide compartir parte de su historia con un museo donde presenta casi 100 caravanas y autocaravanas procedentes de su extensa colecció n. Es uno de sus ú ltimos proyectos, ya que el visionario alemá n que creó todo un emporio partiendo de un pequeñ o taller artesanal morirá tres añ os despué s, con 82 añ os. Para entonces, la fiebre de las autocaravanas ya habí a explotado, ganando adeptos en los cinco continentes. Un sueñ o, el de vivir sobre ruedas, que sigue escribiendo su historia. El sueñ o de otra forma de viajar ya es una realidad que cumple añ os.
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