Una ruta por los faros de Nueva Inglaterra
Nueva Inglaterra es un lugar que hay que visitar. Situada al noreste de Estados Unidos, esta pequeña región que puede atravesarse entera en poco más de un día esconde muchísimos encantos en su camino. Massachussets es su estado más poblado y el Cape Cod su destino playero por excelencia. Sin embargo, esta península de arena ofrece mucho más que eso. Tomando la carretera 6A, también llamada Old King’s Highway, seguiremos la ruta de los faros.
Las arenosas playas de Cape Cod saldrán a nuestro encuentro combinándose con un interior rural con imponentes montañas. El escenario es perfecto para alquilar un coche y perderse en carreteras secundarias, en este punto del mapa donde Europa y América se dan la mano. Aunque ya han pasado muchos años desde que el capitán inglés Bartholomew Gosnold desembarcara en sus aguas.
Sustituiremos las lujosas mansiones de Newport y las universidades de Boston por otro tipo de edificaciones también típicas pero con un punto más romántico: los faros. Estos gigantes que tienen la suerte de mirar cada día hacia el mar poseen ese inevitable aire místico que nos trae a la cabeza historias de todo tipo. Hablan de naufragios y de amantes separados por las aguas. La King’s Road nos conducirá por las dunas solitarias de la costa en busca de historias y paisajes.
El punto de partida lo decide el viajero. La localidad de Sandwich es la más antigua de Cape Cod, y nada más que por este dato ya merece una visita. Hay algunos museos, un bonito estanque con cisnes y la casa más antigua del cabo, la Hoxie House. A un paso, en el puerto de Barnstable, podremos contemplar un faro mítico: el Sandy Neck. Es de propiedad privada, por lo que no podremos acercarnos a él. Fue levantado en 1826, y por aquel entonces consistía en una linterna de madera, pero en 1857 fue reemplazado por el que vemos hoy en día. Son muchos los propietarios que han pasado por este faro que ha vuelto al funcionamiento hace poco gracias a su restauración.
Al sur está Hyannis, famosa por ser uno de los destinos vacacionales preferidos de John F. Kennedy, del que aquí hay incluso un museo conmemorativo. Un nuevo faro nos espera en su puerto, el Hyannis Harbor. Construido en el siglo XIX alberga muchas anécdotas, como que su propietario ponía un espejo en su habitación para poder observarlo sin salir de la cama. Es un poco difícil de encontrar, pero el buen amante de los faros no debe desistir en su búsqueda por Keyes Beach.
Continuando en nuestra ruta por Cape Cod tenemos una nueva parada cerca de West Yarmouth. Un faro de seis metros de altura, sin contar la linterna, que por su forma cónica parece un cohete a punto de despegar. Esta llamativa construcción en piedra data de 1816, y su nombre, Point Gammon, proviene de un juego de mesa habitual entre los marineros del mismo nombre. El terreno en el que se encuentra es privado, por lo que sólo es posible verlo en barco. Por suerte se organizan tours en la zona.
Pero si uno lo que quiere es vivir la experiencia de pasar la noche en un faro, tendrá que conducir unos kilómetros hasta Dennis, al este de la desembocadura del río Bass. Ha pasado bastante tiempo desde que en 1855 un hombre llamado Warren Crowell dispusiera una antorcha en el ático de su casa para ayudar a los marineros locales. Con los años el faro cayó en desuso, pero sus propietarios no paraban de recibir la visita de curiosos. Por ello lo acondicionaron como un hotel, el Lighthouse Inn, en el que además se puede disfrutar de una playa privada, alojamiento con vistas y un tour guiado por el faro.
En el codo del cabo merece la pena acercarse hasta Chatham, la localidad más distinguida de Massachusetts, donde podremos ver no uno sino hasta tres faros. El más popular sin duda es el que recibe el mismo nombre de la localidad. En su origen tuvo dos torres de madera, aunque hoy en día sólo se conserva una, ya que la otra fue trasladada a Eastham. La que hoy podemos ver es blanca y de hierro fundido, pero aún se conserva la antigua linterna en el museo Atwood, a pocos metros del faro.
Dando un agradable paseo de más o menos un kilómetro y medio por Harding’s Beach, en Chatham, podemos encontrarnos con el faro de Stage Harbor. Si se prefiere, se puede tomar el ferry que discurre por la isla de Monomoy, hoy abandonada, sin electricidad ni caminos pavimentados, y repleta de aves marinas. Es un espacio protegido, declarado Refugio Nacional de Fauna Salvaje, en el que la única prueba de que esto fue antaño un puerto pesquero es el faro Monomoy Point. De hierro fundido y color rojo cobrizo, es uno de los faros más antiguos de la zona.
Ponemos rumbo al norte de Cape Cod donde la US 6 se encuentra en su camino con la 6A a la altura de Orleans, para ascender juntas por el brazo del cabo hacia Provincetown. Muy cerca de donde se unen ambas carreteras está Eastham, una peculiar localización donde antaño hubo tres faros juntos, conocidos como “las tres hermanas de Nauset”. El motivo para tal número era no confundirlos con los dos faros de Chatham. La torre actual, pintada en rojo y blanco para aumentar su visibilidad, se ha convertido en un icono de Cape Cod, y aparece en innumerables postales, calendarios e, incluso, en bolsas de patatas fritas.
En el Salt Pond Visitor Center los fans acérrimos encontrarán una lente Fresnel que fue retirada del faro de Nauset en 1982. Además en el centro nos darán toda la información que necesitemos sobre las atracciones históricas, los faros y las playas oceánicas que pueblan la zona.
En las inmediaciones del pequeño y pintoresco pueblo de Truro donde se encuentra una de las mayores atracciones del cabo. Su nombre oficial es “Cape cod” pero es conocido por la mayoría como ‘Highland light’. Estamos ante el faro más antiguo del cabo Cod, de 1797. El que vemos hoy en día no es el original, que era de madera, sino una construcción posterior de 1857. Es una de las luces más potentes de la costa y, por suerte, esta sí que podemos visitarla por dentro.
En el extremo más al norte de la bahía Provincetown es sin duda la ciudad de moda de la costa noreste de Nueva Inglaterra. Ambiente vanguardista, galerías de arte y una intensa vida nocturna conviven con largas playas y dunas. Podemos unirnos a una excursión para observar ballenas o continuar con nuestra particular búsqueda de los faros más emblemáticos de Cape Cod. De nuevo se nos ofrece la posibilidad de pasar la noche en un faro en mitad del campo, en el Race Point, que recibe su nombre por las peligrosas corrientes marinas que hacen la zona una pesadilla para los marineros.
Y si queremos más, hay dos faros cercanos que son bastante peculiares por ser cuadrados en vez de cilíndricos: los faros de Wood End y Long Point. Antes de partir, es imprescindible tomar un buen bogavante en alguno de sus restaurantes o chiringuitos de playa.
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