La creatividad tiene un ‘Camino’

Cuando se atraviesa la puerta de este establecimiento se nota que aquí hay calidad. Los escalones que llevan a la primera planta parecen una metáfora de como se entiende en La Fábrica el noble arte de dar de comer. Siempre hay que ir un escalón más… Esa parece la filosofía de Ricardo Temiño y Cristina Lázaro en su manera de entender su empresa.

Realmente son dos restaurantes en un mismo local que se integran y se complementan. Por un lado, un salón para su carta y el Menú de Temporada; y por otro, en exclusiva para la nueva propuesta de altura creada a partir de las historias de los peregrinos con un formato único y muy personal: el espacio Ricardo Temiño Restaurante. Dos presupuestos distintos y una manera muy honesta de dar de comer a todos los que disfrutan de lo bueno.

Técnicamente, estamos en el corazón de Burgos. En la calle San Juan, número 3. A 150 metros de la plaza Mayor de Burgos, 5 minutos de la Catedral y casi a la misma distancia de la escultura de El Cid Campeador que sigue siendo el referente para todos los que buscamos un referente para pasear por la parte peatonal de la ciudad.

Antes de valorar la comida hay que reconocer que estamos en un lugar agradable, bonito, moderno y cómodo. Se demuestra que hay voluntad de generar comodidad y eso siempre se agradece. La restauración de un viejo hostal realizada con maestría por el arquitecto Luis García Camarero junto con Espacio 706, y por la interiorista Aurora de la Fuente Manjón, demuestra que lo bien hecho, bien parece. Si a esto le unimos las referencias a El Camino de Santiago, ya tenemos una línea argumental. Diez años después de la apertura de aquel restaurante en la calle Briviesca, Ricardo y Cristina saben muy bien lo que ofrecen.

La versión más sofisticada del local ofrece una versión muy gourmet, cargada de emociones para un nuevo peregrino de mesa y mantel. Es casi un cuento gastro, para los que disfruta de comer y problemas de distancias. Su recién estrenado menú degustación está inspirado en los peregrinos y sus relatos, y, como no podía ser de otra forma, está bautizado como ‘Camino’.

Imaginación y calidad son los escalones de este menú gastronómico de 16 pases -4 aperitivos, 3 preludios, 5 platos, 3 postres y petit fours- creado a partir del intercambio cultural a lo largo de los siglos por la diversidad de procedencia de los peregrinos. Guisantes, bacalao, espárragos, ternera o mero son piezas de un juego global y fácil de entender. Lo cotidiano también puede ser sofisticado, y eso se agradece se tiene una base sólida. Los 90 euros de este menú están más que justificados…

“Todos nos hemos enriquecido, sin duda es un Camino que ha influido en las cocinas de las regiones por las que pasa, que aporta diferentes productos, distintas visiones de la cocina o elaboraciones y lleva de un lado a otro, cientos de experiencias gastronómicas”.

La otra opción, La Fábrica Restaurante, donde se puede tomar el Menú Temporada -ejecutivo, de martes a viernes en dos turnos a mediodía con lo mejor de cada estación- o la interesante carta de cocina burgalesa reinterpretada con la que el equipo lleva enamorando a su fiel clientela durante años. Auténtico chollo, para los que logran una mesa porque la reserva es obligada. Son platos como las Gyozas de lechazo a baja temperatura con jugo de asado, Pichón de caserío en cuatro pasos, Bacalao confitado con guiso de morro y oreja o de postre, el Queso de Burgos, miel y nueces, un manjar de kilómetro 0 con varias elaboraciones y texturas.

El horario de cocina es de miércoles a sábado de 13:30 a 15:30 y de 20:30 a 22:30 horas. Domingos y lunes cierran por descanso martes solo funciona La Fábrica. Lucen un Sol Repsol otorgado en 2024 y es restaurante recomendado en la Guía Michelin.

 

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