TIERRAS DE ALENTEJO: Placeres con otro ritmo otoñal
El Alentejo, una región encantadora de Portugal, es un destino que invita a explorar y disfrutar de la naturaleza, la historia y la gastronomía. Situada al sur del río Tajo, esta zona se presenta como un lugar donde los olivos, castillos, ríos y montañas coexisten en armonía. Al cruzar la frontera desde España, especialmente a la altura de Extremadura, te sumerges en un paisaje diferente, lleno de colores vibrantes y una cultura rica que ha sabido resistir el paso del tiempo y las grandes rutas turísticas.
El Alentejo se caracteriza por su atmósfera tranquila y tradicional, una característica que lo distingue del Portugal más cosmopolita y moderno. Aquí, la vida transcurre a un ritmo pausado, lo que permite disfrutar de cada rincón y de la calidez de su gente. La región está salpicada de pueblos blancos que parecen surgir de la tierra roja, con castillos que se alzan sobre colinas, testigos silenciosos de una historia rica en guerreros y batallas.
Uno de los lugares más pintorescos es Monsaraz, conocido como el “nido de las águilas”. Este pequeño pueblo fortificado ofrece vistas impresionantes de río Guadiana, que marca la frontera con España. Pasear por sus calles empedradas es como retroceder en el tiempo, con casas blancas adornadas con flores y un aire de tranquilidad que invita a relajarse. Desde lo alto de sus murallas, la panorámica es simplemente espectacular.
El Alentejo no solo sorprende por sus paisajes, sino también por su gastronomía. La región es famosa por sus aceites de oliva de calidad excepcional y por sus embutidos, que son un deleite para los paladares. Muchos visitantes no pueden resistir la tentación de llevarse a casa botellas de aceite de Moura o vinos de Borba, que han ganado reconocimiento por su sabor y calidad. A lo largo del camino, especialmente en la ruta hacia Évora, te encontrarás con hermosos jardines llenos de flores y caballos que corren libremente, un reflejo de la vida rural y la tradición agrícola de la zona.
Évora, la capital del Alentejo, es un lugar que merece una visita prolongada. Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, la ciudad está repleta de historia y belleza. Sus calles estrechas y tortuosas, rodeadas de murallas medievales, invitan a perderse en un laberinto de descubrimientos. La majestuosidad del templo de Diana, uno de los templos romanos mejor conservados de Europa, es un símbolo del rico patrimonio histórico de la ciudad. Además, los palacios con elegantes jardines y conventos que adornan la ciudad añaden un toque de esplendor a la visita.
Para quienes buscan un lugar especial para pernoctar, la Pousada de Loios, ubicada en un antiguo monasterio, ofrece una experiencia única. Desde su patio, se pueden disfrutar vistas increíbles de las casas señoriales que rodean el lugar, proporcionando una mezcla perfecta de historia y confort.
El Alentejo es también un territorio donde la renovación de lugares históricos se ha convertido en una prioridad, transformando antiguos edificios en atractivos turísticos. Por ejemplo, el monasterio de Nuestra Señora de la Asunción es un magnífico ejemplo de cómo se puede rehabilitar un edificio sin perder su esencia. Este enfoque no solo conserva la historia, sino que también revitaliza la economía local y atrae a visitantes que buscan experiencias auténticas.
En el camino hacia Montemor-o-Novo, se pueden descubrir más tesoros de la región. Esta ciudad es conocida por su castillo, donde Vasco da Gama supuestamente planeó su famoso viaje a la India. También es el lugar de nacimiento de San Juan de Dios, patrón de los enfermos, lo que le otorga un significado especial.
Arraiolos, otro destino imperdible, es famoso por sus alfombras y tapices elaborados a mano desde el siglo XIII. Aunque el camino hacia la Torre del Homenaje puede ser empinado, el esfuerzo se recompensa con vistas panorámicas que cuentan historias de antiguas leyendas de princesas y guerreros.
El Alentejo, con su combinación de historia, naturaleza y gastronomía, se presenta como un refugio para quienes buscan escapar del bullicio y descubrir un Portugal diferente. Desde sus castillos y paisajes hasta sus pueblos encantadores, esta región tiene algo que ofrecer a cada visitante. Al fin y al cabo, es un lugar que deja huella, donde cada rincón esconde una historia y cada comida es una celebración de los sabores de la tierra. Sin duda, el Alentejo es un destino que invita a ser explorado y apreciado, una joya que se resiste a desaparecer en el vaivén del progreso.
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