Galicia bien vale una escapada, o dos. Y sean pocos o muchos los días de los que dispongamos, la oferta que Paradores ha diseminado por la comunidad autónoma ofrece historia, lujo, buena gastronomía y paisajes a tutiplén. Si queremos huir del turismo convencional, nada mejor que recurrir a uno de estos cinco alojamientos que saben a playa, montaña, descanso y buen yantar, pero todo con el buen gusto adicional de compaginarlo con las bondades de un edificio histórico bien cuidado y reacondicionado, y sobre todo, con mucha clase. Nuestro Fiat 500 L nos va a permitir recorrer con libertad todo ese entramado de carreteras gallegas donde los kilómetros parecen tener más de mil metros.

VERIN

Verín es un símbolo del paisaje gallego. Estamos en la villa central de la comarca de Monterrei, situada muy cerca de la frontera con Portugal y bañada por el río Támega. Son conocidos sus ancestrales carnavales, además de sus manantiales y el castillo. En la fortaleza de Monterrei se conservan sus recintos amurallados, la iglesia gótica de Santa María de Gracia y el palacio de los Condes de Monterrei, actualmente en proceso de remodelación pero con su fantástica silueta vigilando los alrededores.

La arquitectura transmite el alma de esta tierra. El Parador de Verín es un precioso pazo típicamente gallego con vistas a la imponente fortaleza medieval de Monterrei y el extenso valle fronterizo con Portugal. En el Parador podrás refrescarte en la piscina, pasear por los apacibles jardines y disfrutar de la exquisita gastronomía gallega. Es el lugar perfecto para perderse por los caminos del valle, conocer los prestigiosos manantiales de Cabreiroá y Sousas o visitar las bodegas de la D.O. Monterrei.

Sus carreteras casi piden un vehículo como el Fiat 500 L. Subir y bajar. Caminos y carreteras para la foto soñada o un pic-nic improvisado. Una opción perfecta. Podemos guardar fechas para su próximo Carnaval que ha sido declarado fiesta de Interés Turístico Nacional. Te sorprenderá por tradiciones tan divertidas como las guerras de harina contra los visitantes, y por otras tan arraigadas en la cultura local como el Cigarrón, personaje protagonista que, ataviado con una máscara de madera tallada y exquisitamente decorada, cencerros en la cintura y látigos, fustiga a vecinos y visitantes.

La imagen del vecino Parador Castillo de Monterrei, también es un referente. Construido por Sancho Sánchez, conde de Monterrei, es un lugar de posición estratégica y bélica ya desde los Reyes Católicos. Aunque fuera se distinga por su aspecto pintoresco, dentro nos ofrece una decoración moderna con materiales que nos harán sentir como en casa o mejor.

BAYONA

Si buscamos el mar, seguro que vamos a llegar a Baiona. El parador de Baiona, en Lugo, constituye por sí mismo una visita obligada si estamos en las Rías Baixas. Domina, como recinto amurallado que es, todo el horizonte con unas estupendas vistas al mar a lo que suma un gran jardín y una piscina que nos anuncia que nuestra estancia aquí no carecerá en absoluto de lujos. Las habitaciones son modernas, el hotel ofrece todo tipo de servicios y modernos sin olvidar el excelente pescado y marisco del restaurante del parador, que marida a la perfección con la abundante oferta que más abajo ofrece Baiona.

Se trata de un pueblo medieval pero también de playas, muchas playas: a muy poco tiempo de las Islas Cíes, este paraíso gallego nos proporciona lugares como La Barbiera, la Concheira y la Ribeira, ideales para relajarnos en la arena y el mar. Realmente es la opción perfecta para una escapada tan salvaje como sofisticada.

MONFORTE DE LEMOS

El parador de Monforte de Lemos, en Lugo, es un ejemplo típico de las bondades de estos lugares históricos habilitados como alojamiento de lujo. Ya el propio pueblo es apodado como “El Escorial gallego” por una razón concreta: su solemnidad y profusión de edificios históricos. En cuanto al parador, se trata de un alojamiento de lujo, pero lujo asequible y para todos, sobre todo si tenemos en cuenta todo lo que ofrece.

El conjunto histórico de San Vicente do Pino está formado por varias dependencias incluyendo el Palacio de los Condes de Lemos, donde se ha habilitado el propio hotel. Es un edificio del siglo XVII y tres alturas con toda la solemnidad que podemos atribuirle a una construcción palaciega de estas características. En su interior, no obstante, encontramos instalaciones tan contemporáneas como un jacuzzi, un gimnasio y unas habitaciones que disponen de todo lo que necesitamos.

RIBADEO

Ribadeo, en Lugo, es una de las joyas de la Costa Cantábrica. A esta localidad casi fronteriza entre Asturias y Galicia no le falta ni playa ni montaña tiene paisaje y cultura, casas indianas y un bonito puerto para pasear, además de un pequeño y pintoresco faro, el de Illa Pacha, que ya por sí solo nos imbuye de carácter marinero.

El parador es igualmente maravilloso, puesto que ofrece todos los lujos de un establecimiento moderno, con habitaciones bien decoradas con estilo rural y motivos pesqueros, y otros aditamentos para sentirnos muy VIP, y por supuesto suma todo lo que nos ofrece el propio municipio en cuanto a opciones culturales, deportivas y de ocio, que no son pocas. Ojo a la gastronomía gallega, con mucho marisco y pescado pero también más cosas, sin que para ello haga falta romper el bolsillo, y no se nos olvidan los paisajes panorámicos a la ría de Ribadeo o del Eo.