ME COMO LLEIDA.
Cuando se circula sin prisas, la opción de parar en algún comercio local y comprar alguna de las maravillas gastronómicas locales se convierte casi en obligación… Pocas provincias ofrecen tanta variedad y posibilidades como Lleida. Comer es un ritual que ofrece delicias en cada tienda, o en los restaurantes que saben hacer fácil el arte de cocinar. En estas fiestas, comprar y disfrutar ofrece nuevas posibilidades. El comer moldea nuestro carácter y en Lleida sabemos como acertar.
Turrón de Agramunt
La carretera que une Balaguer y Agramunt tiene premio. Turrones Vicens es un referente para los amantes del chocolate y el turrón… todo aquí está bueno. Elaborado desde el medievo en este municipio leridano, este turrón de avellanas o almendra tiene denominación protegida desde 2001 y puede encontrarse en tabletas tradicionales o bien como tortas. Pan de ángel, azúcar, miel y huevo componen esta deliciosa especialidad perfecta para épocas navideñas (y todas las demás del año).
Su color dorado y textura crujiente es característica, además de deliciosa. La causa, el cuidado proceso de tostado de las avellanas previo a su pelado, bien distinto del de las almendras, que es justo a la inversa. Un conocimiento del producto que ya no se lleva y que demuestra que la experiencia y el talento son un grado.
Vinos de Costers del Segre
Un producto que dice mucho de la nueva enología. Sus espumosos son un referente para cualquier época de año. Algunas bodegas son ejemplo del nuevo enoturismo.
Conocer a Joan, de Celler Matallonga es una lección de agricultura sostenible. Sus catas son una lección de cómo entender la tierra y el viñedo….Algo parecido sucede en Arbeca, donde María Jose y su marido, desde El Vylars, saben recibir y hacerse querer porque demuestran su amor a la tierra. Si queremos conocer bodegas más grandes siempre podemos visitar las Bodegas de Cstell del Remei o Tomás Cusiné.
El Costers del Segre tiene Denominación de Origen y sus particularidades propias, con variedades tintas como el Cabernet Sauvignon, el Merlot, el Pinot Noir blancas con el Macabeo y la Parellada, y otras como el Tempranillo. Pisamos un suelo capaz de imprimir matices distintos al vino, un aroma especialmente potente pero sin perder el equilibrio.
Aceites de arbequina de Les Garrigues
Otro producto netamente mediterráneo. El aceite de Les Garrrigues tiene mucho de perfume y es perfecto para desayunar con una buena rebanada de Pan con Tomate y aceite.
El oleoturismo es ahora un gran reclamo para conocer este producto con DO propia.
El aceite de arbequina de Les Garrigues está considerado uno de los mejores del mundo y se obtiene de una aceituna bien madurada que a continuación se elabora de manera artesanal y natural, pero siguiendo los controles más exigentes. Además de sus virtudes propias, refuerza la de los demás alimentos cuando lo utilizamos para cocinar, requiriendo además de menores cantidades para hacerlo.
Queso de l’Alt Urgell y la Cerdanya
Este delicioso queso de leche de vaca frisona tiene su propia denominación de origen. La leche, recogida a diario, proviene de los municipios del Alto Urgel y la Cerdanya, a caballo entre Lérida y Gerona, y es elaborado en la fábrica de la Cooperativa Cadí en la Seo de Urgell.
De una característica forma cilíndrica y de color anaranjado, es un queso tierno y cremoso con cierto aroma a setas y frutos de la tierra, producto del particular clima y proceso de producción aplicado. La tradición quesera de la zona proviene de tiempos antiguos, y aquí está su demostración práctica. Una cooperativa … con más de 100 años de historia.
Caviar valle de Arán
De los mismísimos Pirineos sale esta delicia llamada Nacarii, un caviar proveniente de esturiones criados de forma natural en aguas del río Garona y elaborado de manera artesanal.
Lo llamativo es el uso de acuíferos que utilizan agua de una central eléctrica cercana, lo que enfatiza el esfuerzo a la hora de elaborar un producto en medio de su entorno natural y de manera absolutamente natural… Una sorpresa que se complementa con la carne del esturión, pescado que no es fácil de encontrar.
Gerd
Esta frambuesa silvestre sirve para todo. Especialmente para una tarta de frambuesa que podríamos calificar como una de las grandes y múltiples delicias de la sobremesa leridana. O para hacer una buena confitura. Jugosa y dulce, esta frambuesa silvestre se puede recoger especialmente desde julio a octubre y aporta una buena dosis de potasio, magnesio, vitaminas y antioxidantes. Si está en perfectas condiciones no tiene por qué resultar ácida.
Laura desde el valle del Boí sabe como elaborar las mejores mermelada que uno puede encontrar cuando se va a Lleida… El viaje merece la pena.
MERMELADAS TUPINET VALL DE BOÍ
Laura Farrero Garcia
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