DURANGO: de la historia al plato

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DURANGO:  HISTORIA Y GASTRO A LA SOMBRA DEL ANBOTO


Durango  es una población para marcar en el mapa. Enclavado en el corazón de Vizcaya y a las faldas del emblemático monte Anboto, es un pueblo donde los ecos medievales, la cultura vasca y la excelencia gastronómica conviven bajo un manto de historia y paisajes. La personalidad de la villa, su cocina y la propuesta singular de unos restaurantes de referencia nos van a ayudar a  pasar un fin de semana perfecto.

Durango es un cruce cruce invisible entre caminos verdes y ríos de relatos, Durango se alza sobre el valle del Ibaizabal, arropada por las peñas y montañas del Duranguesado. Parece  ser que fue fundada como Tabira en el siglo XIII —aunque algunos cronicones sitúan su origen en tiempos de Sancho VI de Navarra—. Durante varios siglos se le conocía como Villanueva de Durango, un nombre que reflejaba su fusión entre núcleo fundacional y merindad.

Los días de paseo hay que descubrir el casto viejo que también es buena para tomar algunos vinos con los amigos locales. El corazón urbano original, entre las iglesias de Santa María de Uríbarri y Santa Ana, conserva la traza de tres calles históricas, atravesadas por una transversal y custodiadas antaño por puertas como la de Kurutziaga y San Pedro, de las que hoy sólo pervive el arco de Santa Ana, superviviente de las murallas medievales.​

La historia de Durango es la de una villa de contradicciones: ciudad navarra hasta su definitiva integración en Castilla en 1200, escenario de guerras de bandos en la Edad Media, corte de Don Carlos en la primera guerra carlista, y blanco de la aviación en el funesto bombardeo de marzo de 1937, que tiñó de tragedia sus calles y templos.

La huella de aquel día permanece en la memoria y en los monumentos de la villa, como el espacio para la memoria en la calle Kurutziaga. El aire de Durango, sin embargo, no es cenizo, sino vital: la plaza Ezkurdi late como epicentro de la vida social, la feria del libro y disco vasco convoca a miles de visitantes cada diciembre, y los museos y escenarios culturales mantienen la llama de una villa que nunca claudicó ante la adversidad.​

A la hora de comer no hay que andarse con olvidos. La tradición ganadera, la herencia del recetario vasco y la fortuna de contar con un entorno natural fértil han forjado una cocina de carácter: carnes de Eusko Label —chuletón, cordero, ternera de montaña—, pescados frescos del Cantábrico, hongos y setas de los bosques cercanos, hortalizas de los caseríos, y una repostería sencilla pero memorable.

Conviven bodegones de parrilla y brasa, bares de toda la vida donde las txistorras y morcillas acompañan el txakoli de Durangaldea, y restaurantes creativos donde la cocina se viste de autor sin renegar nunca del producto de cercanía. No faltan platos como los guisos de alubias, el bacalao a la vizcaína, el revuelto de hongos ni las especialidades de temporada: setas, quesos de caserío, pescados y carnes asadas.

Aquí no hay ruta.  Se elige un sitio, se reserva y se va a comer y a disfrutar. Bajo la mirada atenta de los montes y la memoria viva de su historia, la cocina y los fogones de Durango continúan alimentando el alma de Euskadi, plato a plato, generación tras generación.


Kobika: creatividad vasca con raíces

Hay un local que parece en todas las recomenaciones. El Restaurante Kobika es la consagración de la familia Kortabitarte, heredada de padres a hijos y dedicada plenamente a la restauración en general y a la gastronomía vasca en particular.

La andadura se inició en el año 1968 en el emblemático Hotel San Blas de Abadiño (Bizkaia) cuando lo regentaba el padre de Koldo, Iñigo y Agurtzane hasta el año 1999. Es en ese año exactamente cuando nació el Restaurante Kobika de Durango (Bizkaia). Con toda la experiencia adquirida durante todos esos años el Kobika destinó todos sus esfuerzos y conocimientos a desarrollar una cocina de autor en la que primase el producto local.

Esta claro que Kobika es el buque insignia de la cocina de autor en Durango. Bajo la batuta de los hermanos Kortabitarte, Kobika conjuga el respeto por el recetario clásico vasco con toques de modernidad, frescura y maridajes sorprendentes. Es un local espacioso, con una carta que rota continuamente y una bodega de más de cien referencias. Si eres  aficionado a comer sin prisas, estás en el lugar adecuado.

Los locales saben que el menú del día no falla. Incluye platos como ensalada de langostinos, revueltos de hongos, carnes estofadas y pescados de temporada.  Si  merecemos un homenaje, sin duda hay que optar por el menú Gourmet: para ocasiones especiales, combina elaboraciones como gelatina de vermut, gyozas de centollo, guisantes lágrima, mero a la plancha, magret de pato y culmina con tarta tatin sobre mousse de queso y crujiente de caramelo. Incluso podemos  hacernos los despistados un jueves por la noche y caer en la noche de pinchos que  siempre es una sorpresa.

 

Dirección: San Ignacio Auzunea Etxetaldea, 8, 48200 Durango, Bizkaia

Teléfono: 946 81 00 03

Web: https://www.kobika.es


Gaztelua: la esencia del producto marino y el asado

Situado en el corazón de Durango, Gaztelua es muy apreciado por su ambiente acogedor y su carta centrada en la calidad de la materia prima. Mucho aficionado del Athletic acaba aquí para celebrar  las victorias o dejar de lado las derrotas.  Estamos en un restaurante pequeño, íntimo, volcado en el producto de temporada y conocido principalmente por su destreza con los pescados y mariscos.

La carta es limitada, pero todo lo que sale de la cocina tiene el sello de la tradición vasca y el mimo por la buena técnica.  Áquí las raciones son generosas y en temporada de setas los aficionaos a los boletus saben  que la cocina no falla.  Lo mismo sucede con sus alcachofas y con esa tarta de queso de procedencia secreta.  Por 40 euros te quedas muy satisfecho… y la sobremesa está incluida en el precio.

 

Dirección: Herriko Gudarien Kalea, 1, 48200 Durango, Bizkaia

Teléfono: 946 81 67 22

Web: https://restaurantegaztelua.es/


Garai Jatetxea: tradición y paisaje

En el vecino pueblo de Garai, a pocos minutos de Durango, Garai Jatetxease erige como un templo de la cocina vasca tradicional. Desde 1970, ofrece el recetario clásico con una apuesta innegociable por el producto del entorno. El restaurante, renovado en 2022, mantiene su identidad: una carta breve, guiada por la estacionalidad, en un comedor con vistas al valle.

Muros de piedra, pilars de madera y ese aspecto de caserío moderno que gusta a casi todo el mundo. Garai Jatetxea propone platos de siempre, ejecutados con respeto por la materia prima: carnes rojas a la brasa, pescados frescos, revueltos de hongos, foie, pimientos de Gernika, ensaladas con productos del caserío. Los postres caseros —tarta de queso, flan, cuajada— completan una experiencia que se acompaña de una bodega seleccionada.

En otoño, no  hay que andar  con muchas dudas  Su foie a la plancha, sobresaliente en textura y sabor y  la opción de unos  hongos revueltos. Si a esto le unimos un Rape o una Lubina al  horno dejan  cerrada la nota de más de un cliente.  El bacalao lo bordan  y el solomillo es de los que se recuerdan…

Dirección: Plaza San Miguel, 17, Garai, Bizkaia

Teléfono: 946 81 63 91

Web: https://garaijatetxea.com/es/

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