Cocidos con clase
La cuchara está de moda. Lentejas, judías, y garbanzos viven un momento dorado. La calidad se pone por encima de los precios y podemos encontrar lugares maravillosos con precios muy razonables. Larga vida a la cuchara y que las tardes de siesta y manta vuelva a las casas de buena crianza.
Casa Ponzano
Calle Ponzano, 12. Madrid.
Tlf: 914 486 880
En el barrio de Chamberí, se sabe que el miércoles hay cocido en Casa Ponzano. Eso ya es un motivo más que suficiente. Estamos en una de las mejores casas de comidas de Madrid. Se puede decir sin complejos y sin tonterías, porque aquí se sabe lo que se hace. Además, el local es muy reconocido por sus excelentes escabeches caseros (carne o pescado, da igual) que en barra entran mucho mejor.
Da la impresión de que el local se llama como la calle en la que se ubica porque, precisamente, refleja perfectamente su espíritu. Paco y su equipo son unos maestros en la cuchara, los guisos madrileños o con el atún. Y por eso ha resistido perfectamente y sin mayores problemas la nueva ola de gastrobares que han proliferado en la zona. Los callos son famosos en Madrid, y sus tomates o las mollejas merecen una visita por si solas.
Taberna La Bola
C/ Bola, 5. Madrid.
Tlf: 915 476 930 / 915 417 164
Mucho y bueno se puede escribir de este santuario del cocido madrileño. En Madrid, decir la Bola es decir cocido. El local fue abierto en 1870 y mantiene la tradición de hacer un cocido de calidad, el cariño y el tiempo que necesita un buen puchero. Su web es un trozo de historia. Cuentan los cronicones de la Villa y Corte que hacia 1802 existía una botillería en la calle de la Bola esquina a la de las Rejas (hoy Guillermo Rolland), era un pequeño local frecuentado por obreros y estudiantes.
En 1870 lo transformó en restaurante «La Rayúa» una asturiana de pro, auténtica matriarca de esta dinastía familiar, Los Verdasco que, a lo largo de varias generaciones, siguen regentando el Restaurante Taberna LA BOLA.
Cuentan también los periódicos de principio de siglo que en LA BOLA “se podía comer tres tipos de cocido: a las doce del mediodía (el de 1.15 pesetas) para obreros y empleados, a la una de la tarde (el de 1.25 pesetas) que ya llevaba gallina, y era el preferido de los estudiantes y a partir de las dos, el de carne y tocino, elegido por periodistas y senadores.
Tan tentador es este cocido, que es apetecido por gentes de toda laya y gozar, en consecuencia, del consenso general de todos los madrileños, por encima de las consideraciones sociales. Todo es curioso en este plato, desde la forma de cocinarlo a la de comerlo. Siguiendo la tradición familiar, el cocido madrileño se cocina en su puchero de barro individual y al fuego lento del carbón de encina.”
Cruz Blanca
Carlos Martín Álvarez, 58. Madrid.
Tlf: 914 773 438
Cocido madrileño en un barrio de lo más castizo. El templo del cocido en Vallecas es en realidad una cervecería de trato informal donde el cachondeo de la barra se pone serio en los fogones. El Club de Amigos del Cocido reconoció su buen hacer al respecto, episodio del que queda constancia en las paredes del local, con las fotos y acreditaciones que se les concedió en su día.
De entrante, y ya por tradición, croquetas caseras con tomate natural y salsa, luego la sopa de cocido, que se puede repetir, y por último, el plato de garbanzos con chorizo, morcilla, tocino, berza, zanahoria y patata. Como aderezo, el tomate natural con un toque de comino. 20€