6 PUEBLOS SUBARU 6
SALOBREÑA. Granada
Salobreña es una palabra mayor en el turismo de la Costa Tropical de Granada. Un gran peñón corona la localidad y permite observar el tejido urbano, el mar y la naturaleza. Abajo toda una red de pequeñas calles que delatan el pasado árabe y el encanto típico de Andalucía, con flores y un clima generalmente fresco que facilita el turismo en todas las épocas del año.
El castillo árabe y el Parque de la Fuente son algunos de los lugares más turísticos e interesantes, aunque una vez que no sentamos a la mesa Salobreña, con sus productos frescos del mar, su pulpo y marisco, no se queda precisamente atrás.
ARACENA. Huelva.
Aracena es una de las citas obligadas de Sierra Morena. Desde Sevilla y la N-433 llegamos a esta villa con una población de algo más de 8.000 habitantes y que tiene absolutamente todo lo que pedimos y esperamos de una típica localidad andaluza, con blancos edificios encalados enclavados en un paisaje ejemplar.
De orígenes tanto árabes como romanos, este pueblo construido alrededor de un castillo del siglo XIII, del cual conservamos los restos, tiene una amplia historia y mucho que contar. La iglesia de Nuestra Señora del Mayor Dolor, de aires medievales, es el segundo de los grandes puntos de interés, aunque para salirnos de lo normal quizá prefiramos una visita a la Gruta de las Maravillas, inserta dentro del propio pueblo. Una serie de grutas y lagos subterráneos perfectamente acondicionados para nuestra visita.
VILLACASTIN. Segovia
Segovia sería otra cosa sin Villacastin. Tomar un café en la plaza con Jose o llegarnos hasta Casa Marcial para disfrutar de sus huevos fritos es casi obligación. Recorremos sus calles imaginando su brillante pasado y nos detenemos para contemplar el Ayuntamiento, la iglesia de San Sebastián, sus ermitas y el puente de las Merinas… cada rincón despierta nuestro interés. Además, la fama repostera de las Clarisas del Monasterio de Ntra. Señora de los Ángeles nos obliga a probar, antes de irnos, los placeres monásticos: las delicias de Santa Clara, los bocaditos de almendra, las magdalenas, los naranjines… Y luego, la subida a la Cruz de Hierro con nuestros Subaru.
PAGANOS. Alava.
Bodegas, cuevas, castillos… Esta villa medieval era famosa por albergar el mayor número de ermitas de la zona, aunque hoy están todas desaparecidas. En Paganos se pueden ver unos de los mejores paisajes de viñedos y cielos abiertos de toda la Rioja.
Aquí se encuentra la famosa Casona del Inquisidor en cuya fachada se puede ver el epitafio «el mundo es ansi» que Pío Baroja tomara para el título de su novela homónima. En las afueras de Paganos se alza espectacular el dolmen de San Martín desde hace nada más y nada menos que unos 6.000 años.
En Paganos también se celebran fiestas, como no, el 23 de noviembre, por San Clemente, tienen su fiesta de clementinas con vino rojo, y por San Blás lo celebran bailando el chulalai, la danza folclórica más primitiva de la comarca.
UBEDA. Jaén
Hay que dejar un rato para disfrutar de su Plaza Primero de Mayo, dispuestos para recorrer esta ciudad tan rica en historia y cultura. En este mismo lugar podemos visitar la Iglesia de San Pablo, hermoso edificio gótico con portada románica de transición. En su interior hay que ver la espléndida capilla renacentista de los Vago, que la gente del pueblo también conoce como la de las Calaveras, con representaciones de la transición a la otra vida y al purgatorio.
Nosotros nos trasladamos a la parte opuesta de la Plaza para visitar el Ayuntamiento Viejo. Su fachada de columnas y arcos estilizados nos da una idea de por qué a Úbeda se le llama “la perla italiana del Renacimiento Andaluz”.
Haciendo esquina con el parador, nos encontramos con la Capilla del Salvador, la obra arquitectónica más importante de Úbeda, que es en realidad un mausoleo. Encargado por Don Francisco de los Cobos, secretario del emperador Carlos V, para enterrar allí a su familia y demás parientes.
En su construcción participaron distintos artistas de la época, desde Andrés de Vandelvira, artista prolífico de Úbeda y protegido de Don Francisco, hasta el mismo Berruguete quien se ocupó del retablo mayor…
LAYOS. Toledo
Para muchos, Layos es un pueblo anónimo. Para unos, el lugar perfecto para tomar un cocido en La Higuera de Jose. Para otros, el pueblo es famoso por el Palacio de los Condes de Mora, joya de la arquitectura del siglo XV. Incluso hay algunos que han encontrado en esta pequeña población su amor por el golf. Sin embargo para los amantes de los caballos, esta pequeña población a las afueras de Toledo es la “frontera”, para tener un punto de partida y recorrer las cercanías.
Aquí en Layos nos encontramos con Joaquín un viejo amigo de la infancia que nos descubre con detalle los secretos de estas tierras de volcanes, de cuevas, de bellos parajes naturales y, por supuesto, de castillos.
A los que no conocemos la zona nos llama la atención la diversidad del paisaje. Durante los primeros kilómetros, una amplia senda nos lleva hacia el Embalse de Guajaraz. Resulta asombroso como un lugar tan cercano a Toledo guarda tal patrimonio natural. En la orilla, vemos fácilmente patos, garzas reales y una abundante población de cormoranes, que secan sus alas al sol. Incluso una pequeña “cuadrilla” de buitres vigila las zonas de encinas y los miembros rezagados de un pequeño rebaño de ovejas.
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