SETAS: MITOS, CONSEJOS Y SITIOS PARA BUSCARLAS
Pocas aficiones necesitan tanto un libro como esta. Fotos y dibujos son muy buenos consejeros antes, durante y después de estar en el campo. Lo primero es tener una guía de hongos excelente. La guía debería tener descripciones macro y microscópicas de los hongos, un buen capítulo de intoxicaciones, buena información sobre hábitat y distribución, y fotografías para comparar las setas recogidas con la ilustración de la guía. Leer es un deporte iniciático, y en el mundo de las setas casi una obligación.
La guía de la editorial Omega es casi un referente que va en la mayoría de mochilas y coches de los aficionados a la micología. Incluso la gente muy experta en la materia recomienda esta guía, como el Dr. Gabriel Moreno Horcaja, profesor del Departamento de Ciencias de la Vida (Botánica) de la Facultad de Biología en la Universidad de Alcalá y presidente de la Sociedad Micológica de Madrid.
Un fin de semana en Soria, Teruel, Segovia, Madrid o Lérida puede ser una forma perfecta de integrar el turismo y la gastronomía, porque la oferta es muy generosa.
Los lugares para buscar setas son múltiples. Si hay lluvia, en casi todos los sitios crecen setas: en el campo, en los bosques y hasta en los jardines. Cada paisaje tiene sus hongos. El níscalo, por ejemplo, es típico de pinares, y algunos boletos de los hayedos. Para buscar setas se debe valorar la altura, la vegetación, y si estás cerca del mar o en la montaña. Evidentemente, la variedad de lugares y climatologías nos lleva a una diversidad de especies y escenarios muy diferentes.
Para buscar setas, se debe conocer bien la zona o llevar un buen mapa. Hay que saber de árboles y diferenciar, por ejemplo, la jara del tomillo, porque ciertas setas solo crecen bajo un tipo de vegetación (matorral, arbusto, árbol, etc.), lo cual es básico para saber qué buscamos. En el norte de España, que es más lluvioso, la temporada de setas suele durar más. En las zonas centro y sur de la Península, las setas aparecen con las primeras lluvias y la humedad. La diversidad de hongos en España es enorme: en torno a las 9.000 especies. Si hay humedad y temperatura, se pueden encontrar hongos y setas en cualquier lugar.
El equipamiento es sencillo. No se necesitan muchas cosas. La cesta es indispensable para recoger setas. Además de la guía, la cesta es la herramienta básica, ya que airea las setas y evita que fermenten en el camino de vuelta a casa. Tan necesaria como la cesta es la navaja, para cortar, ya que nunca se deben arrancar las setas.
En este tema hay distintas opiniones. Es importante ser muy ordenado y limpio durante la recogida para que valga la pena ir a por ellas y poder cocinarlas bien en casa. También se recomienda envolverlas para que no se mezclen unas con otras.
Hay otros errores muy comunes. No es cierto que meter una moneda de plata en el guiso y que se ennegrezca indique que las setas son venenosas, ya que hay setas venenosas que no ennegrecen. Otro error común es pensar que todas las setas de colores llamativos son venenosas. Hay setas con colores llamativos, como el rebozuelo o la seta de pie azul, que no son venenosas. Quizás ha contribuido a este mito el hecho de que la seta más popular, la Amanita muscaria, sea tan atractiva y venenosa a la vez.
En caso de intoxicación, se debe acudir al hospital sin dudar. En el hospital se miden los parámetros de orina y sangre para evaluar la situación de los órganos vitales (riñón e hígado, principalmente). Aunque algunas personas sean aprensivas, conviene más curarse en salud, pasar por un lavado de estómago y salir de dudas, que quedarse en casa especulando si la seta era comestible.