LA POSADA DE PRADOREY: PARADA Y FONDA TODOS LOS DIAS.

El enoturismo de calidad está en crecimiento. Ya no nos conformamos con una copa de vino y unas  láminas de queso o unos embutidos locales. El cliente de calidad  valora los productos de la tierra y  la cultura gastronómica del entorno. Por eso,  es muy interesante la apuesta de Bodegas Pradorey.  ¿Un plan perfecto? Paseo por la finca, visita a la bodega, cata de tres referencias, disfrutar de su cocina y dormir en esta histórica posada… ¡Realmente, un planazo!

La ubicación es importante. Estamos tan sólo a  2 km de la bodega de Pradorey (Carretera CL – 619 km 66, 1. Gumiel de Mercado, Burgos. Tel. 947 54 69 00. www.pradorey.es), donde  la familia Cremades cuenta con un edificio cargado de historia, La Posada (https://pradorey.es/posada/).

Parece ser que el edificio  fue construido por encargo del Duque de Lerma en el año 1601 como un palacete de caza de estilo herreriano para el rey Felipe III, es hoy en día uno de los alojamientos más singulares y recomendados de la zona, con 18 habitaciones ideales para descansar y desconectar en un entorno único disfrutando de un ambiente cercano y familiar en cualquier momento o tras una jornada de enoturismo. Un plan que ahora se vuelve más irresistible que nunca con la nueva propuesta gastronómica de La Posada de Pradorey, abierta para todos y no solo para los huéspedes de este singular hotel.

El restaurante tiene un valor intrínseco por sí mismo.  Y no, en plena Castilla no vamos a comer ni morcilla, ni chuletillas, ni lechazo al horno; nos vamos a poner en las manos de Ricardo Martín y saborear un atractivo recetario, sencillo y cuidado, con sabores identificables, bonitas presentaciones y por supuesto, con guiños al producto local.

No en vano, porque Ricardo es arandino. Se formó en la Escuela de Hostelería de Burgos y sus primeras prácticas fueron con Cristian Palacio en Tórtoles de Esgueva (Burgos) y con él se fue a Yecla (Murcia), marcando su evolución la cocina moderna. Tras unos años volvió a su tierra para aprenderlo todo sobre la cocina tradicional castellana en La Perla, y después otro tanto sobre eventos en el mítico Montehermoso. Si a esto le unimos  el reconocimiento por sus originales tapas como el Trampanchazo o Entre algodones y se rumorea que su tortilla -ojo, que lleva morcilla y pimientos- está entre las mejores de España, en 2023 se alzó con el 4º puesto en el campeonato nacional.

La idea de un menú degustación de 5 pases por 50 euros resulta muy atractiva. Ricardo lo empieza con el café y el primer pase es un Capuccino de boletus con pastas de mantequilla y trufa. El segundo bien podría ser el postre… pero no: Bizcocho de zanahoria y pimentón, hummus, y crujiente de especias, todo un trampantojo. Para continuar, un acercamiento al entorno con una espectacular Trucha arcoíris con velouté de tomillo y romero, mini verduras glaseadas y crema de zanahoria. El menú continúa con el Km0, y ahora es el turno de la caza: Lomo de ciervo en costra de especias, crema de maíz, pétalos de remolacha y reducción de vino tinto. Y el postre, el de verdad, es una Tatín invertida… Tiene un precio de 50 € e irá cambiando con la temporada. Si vamos con más prisas o menos presupuestos,  para almuerzos más informales, en los mediodías de lunes a viernes sirven un menú ejecutivo con varias opciones para elegir que incluye aperitivo, primero, segundo y postre por 20 €.

Ahora bien, para quienes lo prefieran, la carta, además de estos platos y la famosa tortilla, incluye recetas como: Alcachofas confitadas, crujiente de cecina y ajoperejil, Salmón al horno con espinacas a la crema, trigueros y chips de verduras, Lingote de panceta a baja temperatura, crujiente de trigo y jamón, yema y bizcocho de especias o Pularda rellena de higos y foie con falso risotto de setas y reducción de vino tinto. También hay opciones más informales, de las de chuparte los dedos, como las cremosas croquetas, la hamburguesa de lechazo o el sándwich campero. En el paraíso goloso destaca la Pannacota de chocolate blanco, coulis de frutos rojos y mango deshidratado.

El vino tiene en la mesa su merecido protagonismo. Tanto para el menú degustación como si se come a la carta, la bebida está clara, alguna de las 17 referencias de Pradorey. En esta bodega de Ribera del Duero tienen opciones para todos los gustos, cada uno con su ‘personalidad’… como el sorprendente Rosado, el extraordinario Valdelayegua, el elegante La Mina, el bohemio El Cuentista, la influencer Lía, el trendy Sr. Niño… Vinos únicos como Adaro un homenaje al fundador, Javier Cremades de Adaro, y el exclusivo Élite.

Entre las novedades, la gama Salgüero, un trío de ases marcado por las varietales y el tiempo, compuesto por el primer albillo mayor de la casa elaborado como un orange wine, un espectacular y complejo rosado de merlot, tempranillo y albillo mayor y un tempranillo ecológico con paso por tinaja. Para los coleccionistas: El Buen Alfarero, elaborado en tinajas, y otro al alcance solo de unos pocos, El Retablo. Si no queremos volver a la carretera, la solución es fácil. Visita a la finca, bodega, cata, cena y alojamiento desde 245 € pareja.  Los placeres aumentan su  intensidad cuando se comparten.

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