Bugatti lo ha vuelto a hacer
F.A.S.
El inicio del siglo XXI vio nacer uno de los proyectos automovilísticos más interesantes y atrevidos de los últimos decenios. Aunque haya algunos que prefieren calificarlo como absurdo.
En 2001, Volkswagen presentó orgulloso el renacimiento (una vez más, después de un intento fallido por parte del empresario italiano Romano Artioli a finales de los 80) de Bugatti. En el salón del automóvil de Frankfurt presentó el prototipo de lo que sería el coche más potente del momento.
4 años más tarde se consiguió que el proyecto se convirtiera en un producto final de producción artesanal. Todas las cifras del bautizado como Veyron eran absolutamente impresionantes: motor de 16 cilindros, 8 litros de cilindrada y 1.001 caballos de potencia. Mil no bastaban tenían que ser 1.001. El típico guiño de Ferdinand Piëch. Cada uno de esos caballos, que movían menos de 2 kg de peso, le permitían en su conjunto alcanzar los 407 km/h.
El proyecto tuvo tanto éxito que Bugatti consiguió mantener vivo el modelo con una versión cabrio y una versión incluso más potente (1.200 cv) hasta 2016. Ese año se presentó una versión completamente renovada llamada Chiron.
Con el Chiron Bugatti no solo ha conseguido darle otra vuelta de tuerca a la potencia (llegando ahora a los 1.500 cv), sino que en agosto de este año ha logrado algo que nadie había conseguido hasta el momento. O al menos en un tiempo récord.
Contando con la habilidad del expiloto de Fórmula 1 Juan Pablo Montoya, el Chiron ha sido capaz de salir de cero, alcanzar los 400 km/h y volver a parar en… ¡menos de 42 segundos! (41,96 para ser exactos)
Lo increíble (además del tiempo), es que el Bugatti sólo necesitó poco más de 3 kilómetros de asfalto para conseguir este récord mundial.
Cualquier dato de la resistencia que las piezas del coche sufren en esta prueba sorprenden. Los neumáticos (diseñados específicamente para el Chiron como lo fueron para el Veyron por Michelin), sufren una fuerza centrífuga que multiplican por 3.600 el peso de un gramo de goma. La válvula de cada neumático (que solo pesa 18 gramos) se convierte a 400 km/h en una pesada carga de 45 kilos.
De los 42 segundos, el Chiron invirtió casi 33 en alcanzar la velocidad de 400 km/h. Muchos dudan qué es más impresionante: si alcanzar 400 km/h en ese tiempo o que sólo se necesiten 9 segundos y menos de 500 metros para parar un vehículo que no deja de rozar las dos toneladas de peso.
Gran parte de la efectividad de la frenada se consigue gracias al enorme alerón de un metro y medio de ancho que se activó en menos de un segundo desde que Montoya presionó el pedal del freno. El expiloto colombiano experimentó una impresionante fuerza de 2g, similar a la que experimentan los pilotos de naves espaciales durante el despegue.
Todo lo que ocurrió a primeros de agosto quita la respiración.
Bugatti lo ha vuelto a hacer. Y el coche con el que lo ha logrado muestra una mezcla perfecta de deportividad, elegancia y buen gusto, gracias a la combinación de colores y a los pequeños toques que publicitan su récord (“Zero-400-Zero”).
Corren rumores de que esto ha sido solo el principio. ¿Con qué nos sorprenderá Bugatti en 2018?…