7 COSAS QUE HACER EN VILLACASTÍN, SEGOVIA
Villacastín, en la provincia de Segovia, es un destino lleno de historia, cultura y naturaleza. Todos hemos visto este nombre como una de las salidas de la AP6 y como lugar de parada en la antigua N-VI que sigue circulando al lado de su granítica iglesia. Este pintoresco pueblo, conocido por su importancia en el mundo de la cantería, cuenta con una variedad de atractivos que lo convierten en un lugar ideal para quienes buscan disfrutar de un turismo tranquilo pero enriquecedor. A continuación, te presentamos una guía completa de las mejores cosas que ver y hacer en Villacastín.
1. La Iglesia de San Sebastián
Uno de los monumentos más emblemáticos de Villacastín es la Iglesia de San Sebastián, conocida popularmente como la «Catedral de la Sierra«. Este templo combina los estilos gótico y herreriano, y su importancia histórica trasciende los límites de la localidad. Aunque no se conservan los planos originales, se sabe que su construcción precede a la del Monasterio de El Escorial, sirviendo como referencia para otros templos de la época.
Al entrar, lo primero que llama la atención son sus imponentes naves, los detalles arquitectónicos y la sensación de paz que envuelve el lugar. La iglesia es un testimonio vivo de la habilidad y la devoción de los artesanos que la levantaron, convirtiéndola en una parada obligada para los amantes de la historia y la arquitectura. Un trabajo de cantería que demuestra el buen oficio de los maestros canteros de estas tierras.
2. El Menhir de Villacastín
En una de las rotondas de acceso a Villacastín se alza imponente el menhir, un homenaje a los canteros de la villa. Este monolito de 13,13 metros de altura es la piedra cortada a mano más grande de Europa, un impresionante testimonio del talento de los canteros locales y su contribución al patrimonio cultural de la región.
La presencia del menhir no solo es una muestra de la destreza técnica de los canteros, sino también un símbolo del estrecho vínculo entre Villacastín y su tradición en la cantería. Su impresionante tamaño y su ubicación estratégica lo convierten en un lugar perfecto para tomar fotos. Otras tres piedras como esta fueron solicitadas por Dalí para la construcción de uno de los monumentos más conocidos de Madrid, frente al Palacio de los deportes.
3. El Convento de Santa Clara
El Convento de Santa Clara, construido entre 1621 y 1632, es otro de los tesoros arquitectónicos de Villacastín. Fundado por los Condes de Molina de Herrera, el convento fue diseñado por los arquitectos Pedro de Pedrosa y Andrés Merinero. Desde su inauguración, el 4 de diciembre de 1632, ha sido hogar de monjas franciscanas Clarisas, quienes aún mantienen viva la esencia espiritual del lugar.
El edificio destaca por su arquitectura elegante, propia del estilo herreriano. Pasear por sus alrededores y contemplar sus muros te transportará a una época de profundo fervor religioso y esplendor arquitectónico. A esto hay que unir los dulces que elaboran las monjas que viven en dicho monasterio. Sus magdalenas y sus almendras son una pecado para los más golosos.
4. La Ermita del Carrascal y otras ermitas
Villacastín cuenta con varias ermitas llenas de historia y encanto, siendo la más destacada la Ermita del Carrascal, construida entre 1671 y 1673. Situada en un entorno de gran belleza natural, esta ermita es el escenario de celebraciones religiosas como las fiestas en honor a la Virgen, que tienen lugar a mediados de mayo.
El acceso a la ermita es una experiencia en sí misma, gracias a un camino flanqueado por árboles que ofrece una vista panorámica del norte del pueblo. Desde su soportal, se pueden admirar los paisajes segovianos mientras se respira un aire de tranquilidad y devoción.
Además de esta ermita, Villacastín cuenta con muchas más, como la ermita de Nuestra Señora de la Caridad y Rosario, la ermita de los Esclavos, la ermita del Corpus Christi o la ermita de la Santa Vera Cruz, entre otras.
5. Paseo por La Fresneda
Un paseo por La Fresneda es una experiencia que combina naturaleza, historia y tradiciones locales. Comienza en la Casa de Pastores, un testimonio de la vida cotidiana en la zona, y sigue hacia la Fuentecerrá, donde los antiguos habitantes de La Fresneda se abastecían de agua potable.
A medida que avanzas por este entorno de robles, te toparás con Valdelaloba, un encinar que alberga un mirador con vistas impresionantes. En la zona también encontrarás viviendas que podrían remontarse a los años 1000-1100, posiblemente de origen celta o bretón, así como las ruinas de un almacén de patatas del siglo XV.
El recorrido incluye el Puente del Cardeña y la Cija del Cabrero, una construcción ganadera que conserva una viga gigantesca de roble. Este paseo también ofrece oportunidades para observar la fauna local, especialmente rapaces como el águila imperial.
6. Excursión al Puente de las Merinas
Aunque está alejado del casco urbano, merece la pena una visita. El Puente de las Merinas es una joya arquitectónica olvidada que merece ser redescubierta. Construido con bloques de granito al estilo medieval, este puente de «lomo de asno» se encuentra sobre el río Voltoya y formaba parte de la Cabaña Real de Carreteros, una red de cañadas utilizadas por los pastores para la trashumancia, en tiempos de la Mesta.
Con sus dos ojos asimétricos y su calzada de piedras pulidas por el paso del tiempo, el puente es un testimonio de la vida rural de antaño. Aunque actualmente está en desuso, su belleza melancólica lo convierte en un lugar ideal para visitar.
7. Tapeo en la Plaza Mayor
Para finalizar tu visita a Villacastín, no puedes dejar de disfrutar del tapeo en su Plaza Mayor. Este acogedor espacio es el corazón social del pueblo, donde los lugareños y visitantes se reúnen para disfrutar de la gastronomía local. Los bares y restaurantes de la plaza ofrecen una amplia variedad de tapas, desde los clásicos torreznos y croquetas hasta platos más elaborados que reflejan la riqueza culinaria de la región. Los torreznos del bar Plaza, los huevos fritos de Casa Marcial, la oreja del Hostal Victoria o las tortillas o la morcilla de La Serrana son casi una
parada obligatoria. Además, Villacastín aspira a ser capital mundial de los huevos fritos con picadillo.