Pueblos de Rioja Alavesa

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Viñedos, bodegas, rincones mágicos… hablar de Rioja Alavesa es hablar de vino y de color. Esta pequeña comarca franqueada por las sierras de Cantabria y Toloño se marca por el sabor más que por el mapa. Es un destino imprescindible para los amantes del buen vino y la buena mesa. Hoteles, restaurantes, museos, bodegas, paisajes… todo en Rioja Alavesa gira alrededor de sus viñedos. Su ruta del vino es un referente que siempre sorprende y los pueblos menos conocidos con un encanto especial en los que perderse y disfrutar de esta tierra… y sus gentes.

1.- LABRAZA

Labraza es la villa amurallada más pequeña de Euskadi. Es una aldea deliciosa, llena de casas señoriales, con su castillo y sus calles empedradas, y en medio de acantilados y ribazos.

Se erige en lo alto de una colina, rodeada de vides y campos de cereal, y es curioso ver como su muralla, construida allá por el 1200 se ha ido integrando en la arquitectura de la aldea y ha pasado a formar parte de los muros de las viviendas.

Un buen momento para visitar Labraza son los días de sus tres fiestas más queridas: San Roque, San Miguel y La Purísima. Esos días los vecinos invitan a todo el que acuda a su pueblo a una de gustación de pintxitos vascos, todo un detalle.

2.- PAGANOS

Bodegas, cuevas, castillos… esta villa medieval era famosa por albergar el mayor número de ermitas de la zona, aunque hoy están todas desaparecidas. En Paganos se pueden ver uno de los mejores paisajes de viñedos y cielos abiertos de toda la Rioja.

Aquí se encuentra la famosa Casona del Inquisidor en cuya fachada se puede ver el epitafio «el mundo es ansi» que Pío Baroja tomara para el título de su novela homónima. En las afueras de Paganos se alza espectacular el dolmen de San Martín desde hace nada más y nada menos que unos 6.000 años.

En Paganos también se celebran fiestas, como no, el 23 de noviembre, por San Clemente, tienen su fiesta de clementinas con vino rojo, y por San Blás lo celebran bailando el chulalai, la danza folclórica más primitiva de la comarca.

3.- KRIPAN

La Sierra de Toloño protege esta villa que ya existía en tiempos de los romanos. Aparte de poder tomar un buen vino, Kripan es un destino ideal para los forofos de la naturaleza. El Parque del Nacedero, la ermita de San Tirso en lo alto de la sierra de Toloño, y las numerosas cuevas con restos neolíticos hacen de Kripan un buen sitio donde parar y reposar contemplando sus atardeceres.

4.- MOREDA

Moreda están en la frontera con Navarra. Ríos, campos de cereal y viñedos la rodean, y sus casi 300 habitantes pasan la vida entre casas señoriales. El documento escrito más antiguo que se conserva sobre esta aldea data del 934, donde se cuenta cómo cada vecino ofrecía una medida de vino al año al monasterio de San Millán de la Cogolla.

Cada domingo de Resurrección en Moreda se queman a los «judas», un pobre matrimonio de paja y palos que cada año los mozos del pueblo ajustician por ser los causantes de todas las desgracias que acaecían en el pueblo.

5.- OYON

Oyon es el pueblo más poblado de toda la Rioja Alavesa, a 6 kilómetros de Logroño y 15 de Laguardia. Con esta ubicación no es de extrañar que sea buena tierra de vino y de bodegas. La cultura del vino y el enoturismo están a la orden del día en esta localidad.

Oyon siempre ha estado vinculado al Camino de Santiago y da gusto pasear por sus calles y contemplar sus casas señoriales y sus palacios barrocos como el del Marqués del Puerto. Su iglesia, Santa María de la Asunción, tiene una de las torres renacentistas más bonitas de toda la Rioja. También es curioso visitar su Museo Etnográfico, que habla de su tradición ganadera y agricultora, y de las raíces más profundas de esta villa.

6.- ELVILLAR

Elvillar cuenta con uno de los dólmenes más importantes del País Vasco, la Chabola de la Hechicera, desde donde se ven unas vistas magníficas de la villa, y cada año se celebra un aquelarre, con sus brujas y su macho cabrío de turno.

En Elvillar, sus suaves laderas, los viñedos de tempranillo y su plaza mayor invitan al paseo y al deleite. En el 2018 fue la sede de la Fiesta de la Vendimia que se celebra todos los años en septiembre para festejar la recogida de la uva en la Rioja Alavesa, y su vino ha sido siempre un referente en la Rioja. El vino de Elvillar, beber y callar.

7.- LEZA

Esta aldea está a orillas del río Leza. Tiene unas panorámicas de ensueño gracias a su situación privilegiada en la entrada a los Cameros. A dos kilómetros del pueblo, y como escondida entre su frondosa vegetación hay una pequeña ermita románica, la Virgen del Plano, que merece la pena visitar. En Leza casi toda la producción de vino es de corte familiar, pequeños pagos que llevan dedicándose al cultivo de la vid desde tiempos de sus ancestros.

8.- VILLALBA

En Villalba se respira tranquilidad y aire puro los 365 días del año. Está apenas a 5 kilómetros de Haro, a la sombra de los montes Obarenes. El Palacio de Ruiz Castillo, o la ermita de los Remedios, la Parroquia de San Pelayo o sus casas de sillería con blasones, son su mejor reclamo para perderse por sus callejuelas y de vez en cuando, parar en alguna tasca a beber un buen vino de la tierra. Un rincón perfecto para disfrutar de esta tierra de vino….

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