TURISMO RURAL CON MUCHO SABOR: Lo Rural en código ASCARIOJA
Los pueblos de La Rioja tienen una forma muy particular de entender la vida cotidiana. Día tras día, noche tras noche esos pueblos que guardan el alma de una vida tranquila y placentera se convierte en residencia de los que buscan en el Turismo Rural un estilo de vida tan deseado como idealizado. Cada pueblo es un micromundo que de la mano de Ascarioja podemos poner en valor como un concepto de ocio y actividad económica.
Torrecilla en Cameros
Torrecilla en Cameros es una puerta vibrante de la Sierra de Cameros, un pueblo donde la vida rural late con fuerza y la naturaleza se abraza a la historia. Cruzado por el río Iregua y rodeado de montañas, Torrecilla rebosa hospitalidad y dinamismo. Sus veranos son un mosaico de actividades culturales gratuitas: cine al aire libre, conciertos, talleres infantiles y la famosa Fiesta de la Solidaridad, que cada agosto reúne a vecinos y visitantes en torno a un proyecto solidario.
Los que tienen la suerte de pasar los meses de verano saben bien que el verdadero tesoro está en su entorno: senderos como el de San Pedro, rutas BTT, paseos micológicos en otoño, pesca, caza y avistamiento de aves. El Parque Natural Sierra de Cebollera, con sus hayedos, cascadas y ciervos, es un paraíso para el senderismo y la aventura. Torrecilla presume de una oferta gastronómica sencilla y sabrosa, y de un ambiente acogedor donde cada estación tiene su encanto. Aquí, el turismo rural es sinónimo de autenticidad, naturaleza y experiencias que se graban en la memoria. Los huéspedes de Villaliquidambar saben que Joaquín y su galgo son los mejores guía para desfrutar del Valle del Iregua.
Muro de Aguas
Enclavado en la Rioja Oriental, Muro de Aguas es el refugio perfecto para quienes buscan desconexión, cielos limpios y naturaleza en estado puro. Este pequeño pueblo, rodeado por la Sierra de la Demanda, es célebre por su certificación Starlight: la ausencia de contaminación lumínica lo convierte en un paraíso para el astroturismo y la observación de estrellas. Desde la Casa Rural Muro de Aguas, con su terraza panorámica y su jardín, parten rutas de senderismo, ciclismo y paseos a caballo, ideales para explorar bosques, antiguos despoblados y restos arqueológicos romanos y medievales.
Los alrededores ofrecen también zonas de setas y puntos de observación de aves y ciervos. La tranquilidad y el contacto con la naturaleza son aquí un lujo cotidiano, y los visitantes pueden combinar la aventura con la inmersión en la cultura y la gastronomía riojana, explorando además rutas del vino cercanas.
Cuzcurrita de Río Tirón
Cuzcurrita es la postal perfecta de la Rioja Alta: calles empedradas, casas solariegas y el castillo de los Velasco reflejándose en el río Tirón. Este pueblo invita al paseo pausado entre bodegas centenarias y plazas sombreadas, pero también es un excelente punto de partida para el turismo activo.
Desde aquí se pueden realizar rutas de senderismo y cicloturismo por los viñedos y bosques cercanos, practicar piragüismo en el Tirón o descubrir la flora y fauna local. La proximidad a la Sierra de la Demanda permite excursiones de montaña y, en otoño, la recolección de setas. Cuzcurrita es también un destino enogastronómico: sus bodegas ofrecen catas y experiencias únicas, y la cocina local, con productos de temporada y recetas tradicionales, es un aliciente más para volver. Obligada la visita al Asador Aker y alojarnos en la casa Los Colmenares, un ejemplo de hospitalidad y buen hacer.
San Asensio
San Asensio, cuna del clarete, se alza entre viñedos en los fértiles valles del Ebro y Najerilla. El pueblo está dominado por el castillo de Davalillo, desde donde se obtienen vistas espectaculares de los campos de vides. San Asensio es sinónimo de enoturismo: sus bodegas, algunas con más de cuatro siglos de historia, abren sus puertas para visitas y catas. La Rioja en estado puro y alguna casa rural vinculada a Ascarioja conviente la experiencia de unos día en este pueblo en algo único.
La localidad celebra la famosa Batalla del Clarete en julio, una fiesta popular única. Pero el turismo activo también tiene su espacio: rutas 4×4 por los parques naturales, senderismo entre viñedos, paseos en bicicleta y visitas al monasterio de Santa María de la Estrella. El entorno invita a la observación de aves y a descubrir la riqueza patrimonial y natural de la Rioja Alta, siempre con el vino como hilo conductor. Conocer la Bodega de los Lecea es una experiencia que queda en nuestra memoria gustativa.
Enciso
Enciso es un destino de leyenda, conocido por sus huellas de dinosaurio y su paisaje de barrancos y montes rojizos. El Barranco Perdido, parque de paleoaventura, es un reclamo para familias y amantes de la prehistoria, con circuitos multiaventura, rutas de senderismo temáticas y talleres de paleontología.
El entorno de Enciso es ideal para la práctica de deportes al aire libre: rutas a pie o en bicicleta por el Cidacos, escalada en las paredes de arenisca y baños en pozas naturales. En otoño, los bosques cercanos son ricos en setas y la observación de fauna es habitual.
El pueblo conserva una arquitectura singular, con casas de piedra y callejuelas que invitan a perderse. Enciso es, además, punto de partida para explorar la Reserva de la Biosfera de La Rioja, donde la naturaleza y la aventura se dan la mano. Además, casas como La Tahona es un ejemplo de Turismo Rural de verdad, con los propietarios abriendo las puertas de su casa con lo que eso conlleva. Los que fueron pioneros ahora ya son unos veteranos.
Laguna de Cameros
Laguna de Cameros es un remanso de paz en la sierra, rodeado de bosques y prados que cambian de color con las estaciones. El pueblo, pequeño y acogedor, es ideal para quienes buscan la esencia del turismo rural: tranquilidad, paisajes y vida tradicional. Desde Laguna parten rutas de senderismo que atraviesan hayedos y pinares, y que conectan con miradores naturales de gran belleza.
La zona es excelente para la observación de aves, la recogida de setas y la pesca en arroyos cristalinos. En invierno, la nieve cubre los montes y permite actividades como las raquetas o el esquí de fondo. Laguna de Cameros es también un buen punto para descubrir la gastronomía serrana y participar en fiestas locales que mantienen vivas las tradiciones de la sierra riojana. Silvia y su casa el Nogal es buen ejemplo de la buena vida en esta tierra que vigila las aguas del rio Leza.
Estos seis pueblos de La Rioja son ventanas abiertas al turismo rural más auténtico, donde la naturaleza, la cultura y la aventura se entrelazan para ofrecer experiencias inolvidables y el deseo, siempre latente, de regresar.

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