Toyota Yaris GR

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En un momento de incertidumbre, exigentes normativas y uniformización de todos los modelos, los productos con valor se convierten en icono. Eso es lo que sucede precisamente con el Toyota Yaris GR y su consolidación en el mercado. Con su éxito, se demuestra que la marca líder en exprimir la eficiencia de los automóviles, Toyota, sabe optimizar lo deportivo y la eficiencia. La valentía de los japoneses es de aplauso, con una máquina rápida, con personalidad y alma, un coche casi único en un mercado que a veces resulta un poco aburrido.

Nada de esto quiere decir que el Yaris GR no respete la exigente normativa anticontaminación. Pero los extraordinarios 160 caballos que impulsan este pequeño utilitario de poco más de 1.000 kilos están hechos para proporcionar todo tipo de sensaciones al conductor. Un lujo que paradójicamente solo podía permitirse Toyota, líder en vehículos híbridos y creadora de la tecnología de la electrificación que ahora anima a todas las novedades y guía el mercado del automóvil.

Las vías traseras ensanchadas del GR respecto al Yaris original incrementan la estabilidad de un pequeño modelo capaz de devorar las curvas de cualquier carretera sin perder la compostura. El modelo, sin embargo, no pierde de vista las necesidades del uso diario y se muestra extraordinariamente práctico y frugal como vehículo urbano. Sin pudor podemos decir que el Yaris GR es un coche con dos caras: práctico y útil para el día a día, increíblemente rápido en vías secundarias. Un coche de carreras puesto en la calle con lo último en seguridad y eficiencia de Toyota.

Toyota incluso ha añadido un ‘Circuit Pack’ optativo para aumentar la potencia, el comportamiento deportivo y, en definitiva, la radicalidad de su apuesta. El resultado es siempre un vehículo único en un contexto cada vez más adocenado, capaz de aportar personalidad y apostar abiertamente por el dinamismo y el carácter recuperando de paso ese ADN deportivo que la marca japonesa siempre ha tenido.

La dirección es rápida y viva, el cambio de relaciones cortas igualmente veloz y directo, y el tacto del vehículo, que sube de vueltas de manera inmediata y se muestra deseoso de entrar en las curvas, ciertamente contundente. La tracción integral colabora a “pegar” el utilitario al asfalto, regalando al conductor sensaciones casi únicas en el mercado actual.

Combinados con el estable chasis de última generación – y solo 3,99 metros de longitud – del Yaris tradicional, el resultado solo podía ser una bomba. Ojo que el vehículo luce completamente distinto de las demás versiones, por mucho que éstas puedan adornarse con un acabado deportivo: el Yaris GR es 50 centímetros más largo, 6 más ancho y 4 más bajo que un Yaris “normal”.

En el interior se prima, obviamente, la experiencia y sensaciones del conductor. Pero sigue siendo un coche amplio en su categoría, sobre todo en las plazas delanteras, aquellas que disfrutarán más de los avances en conectividad que Toyota ha incorporado en una pantalla central táctil de ocho pulgadas dotada de Android Auto y Apple Car Play. Los acabados son excelentes sin alterar la sobriedad característica de la marca en los interiores: aquí el demonio está bajo el capó, y se manifiesta con contundencia. Los asientos estilo baquet, eso sí, ya nos anuncian la tormenta de sensaciones que está por llegar.

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