Hay nombres que invitan al descanso y a la diversión. El valor de algunos destinos no es producto de una moda o una campaña publicitaria. La historia no se improvisa en una noche de verano.

Hay nombres que invitan al descanso y a la diversión. El valor de algunos destinos no es producto de una moda o una campaña publicitaria. La historia no se improvisa en una noche de verano.

La playa de San Pedro Alcántara en Marbella se ha ganado la etiqueta de playa con historia por derecho propio. Y con mayúsculas. En sus aguas habita un navío francés hundido del siglo XVIII que es una verdadera bicoca para buceadores y buscadores de curiosidades.

La presencia de este barco hizo que la Junta andaluza declarase Bien de Interés Cultural la playa de San Pedro, fue descubierto hace poco más de 15 años, para evitar el constante expolio al que ha sido sometido. La playa es, por otro lado, un lugar de lo más tranquilo y agradable para pasar el día.

La playa de Bolonia en Cádiz, en la Comarca de Campo de Gibraltar, es otra joya patrimonial española. Cerca de las playas de Zahara de los Atunes, por lo que tiene gran afluencia turística, esta playa entre dunas acoge también las ruinas de Baelo Claudia, una villa romana de los siglos VI y VII d.C. creada a partir de un asentamiento fenicio previo y que goza de todos los elementos que podemos considerar típicos de su cultura y su arquitectura.

Cerca tenemos varios recomendables chiringuitos para así poder rematar el día playero. Desde Baelo Claudia se exportaba el garum, una salsa que causaba sensación en todo el imperio romano.

La historia de la playa de Arnao de Figueras, en Asturias, no es en absoluto tan agradable pero es historia con mayúscula. Aquí se levantó un campo de concentración para presos republicanos durante la Guerra Civil española que estuvo operativo hasta mediados de la década de los cuarenta. Ubicada en Figueras, en el concejo de Castropol, la playa, de arena fina y baja peligrosidad, tiene todos los servicios necesarios y básicos para el turismo familiar y también de un camping recreativo cercano.

Una playa de película es la de Mónsul, en Almería, donde se rodaron éxitos cinematográficos como La historia interminable o Indiana Jones y la última cruzada, en este último caso con la memorable escena de las gaviotas espantadas por Sean Connery que derriban un avión nazi. Se trata de un arenal virgen sin vigilancia y no particularmente extenso pero que puede presumir de su evidente procedencia volcánica, que divide en dos la arena de manera muy notable.

La Playa de Atlantis en el sureste de Ibiza tiene un nombre espectacular que, en su origen, fue una cantera para extraer piedra para las murallas de Dalt Vila y el Castillo de Ibiza. Una playa de aguas cristalinas y arenas blancas que nos ofrece toda la atmósfera y vida que esperamos de un arenal de las islas pitiusas, con un ambiente hippie de lo más notable.