Restaurante La Morena
Las modas cambian, pero lo bueno permanece y La Morena Madrid es uno de esos restaurantes que llevan tatuada la palabra éxito. Aunque ha sido inaugurado hace unos meses, el concepto ha nacido en 2018 fruto de la experiencia en Tarifa de sus responsables. La idea es la misma. Todo en su carta destila pasión y originalidad, ganas de hacer las cosas bien y una voluntad de sorprender que brilla por su ausencia en no pocos de sus competidores.
En la versión madrileña de La Morena, ubicada en el 210 del Paseo de la Castellana, tratan de distanciarse de convencionalismos sin perder la identidad de sus platos. Parte de este criterio parte de la decoración que es sumamente agradable y acogedora de la mano de Fran Cassinello del estudio Mandalay Interiorismo que ha creado un espacio acogedor y fresco al mismo tiempo. Se han utilizado varias gamas de azules mezcladas con blancos y dorados para dar calidez, glamour y lujo alfombras con dibujos de olas, suelos de cerámica de la firma italiana Emil que brillan como si estuvieran mojadas por el agua y cortinones de terciopelo que consiguen sensación de confort y teatralidad. Realmente un lugar bonito.
Él ritual de salir necesita lugares como éste. Fabricar una experiencia en la que el comensal se sienta como en casa, pero a la vez emocionándolo con los recuerdos del pasado. Para ello hace falta talento, sentido de la maravilla y un toque diferencial, si no, sería lo de siempre. Al proyecto de Brayan Sevilla y Luis Salinas, se une José María Acuña como responsable de sala, con recomendaciones muy acertadas de la bodega.
La carta fusiona la gastronomía latinoamericana y asiática, pero lejos de anclarse en las modas, va más allá aportando ese toque gaditano, fresco, evocando esos largos veranos de playa y puestas de sol frente al mar. El producto de Tarifa tiene que ser obligatoriamente fresco y local, y la técnica – asiática y latina – debe estar bien perfilada, pero sin ahogar la espontaneidad y sencillez de los platos.
La identidad de Tarifa se aprecia en la pasión por los productos del mar. Imprescindible el ceviche filipino o los calamares rellenos de salda tomyum. El bacalao con aceite de cilantro estimula la memoria gustativa y sirve para crear opinión frente a su carrillera al curry.
Mejillones alegres con curry rojo, uno de los imperdibles de la carta. Los mejillones están elaborados con curry de mostaza antigua, leche de coco y merkén chileno, un condimento que aporta un toque picante muy rico. Un plato de diez al igual que el Saam vietnamita de cazón en adobo, con mayonesa de Kimchi, crujiente de cerdo y cebolla frita.
Si este negocio se está convirtiendo muy rápido en uno de los locales de moda de Madrid es por algo. Platos de fusión a la moda, pero sin ceder al impulso fácil, aportando un toque propio y nacional a la cocina internacional. Calidad ante todo, y sobre todo, capacidad de retrotraer al cliente a tiempos pasados y, si no mejores, al menos sí distintos. Para rematar la experiencia sureña – porque de eso hablamos, de experiencia –, los postres: tarta de queso, cremoso de chocolate y flan embotado de una calidad irrefutable en todos los casos.
Y como el ambiente es agradable, nada mejor que seguir en parte de arriba del local con un ambiente que para el reloj.
Más info:
Restaurante La Morena. P.º de la Castellana, 210. 28046 Madrid. Tlf: 914 243 692.
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