La Manchuela se viste de primavera.

Por suerte, todavía hay sitios que sorprenden. La Manchuela merece una ojeada al calendario y reservar unos días en nuestra agenda. Sobre todo en las primeras semanas de primavera, el río Júcar se transforma en una riquísima paleta de “colorines” cuando pasa por estas tierras de la Manchuela conquense y albaceteña. La primavera es perfecta para visitar esta zona manchega cuando las riberas de los ríos se cubren de multitud de hojas de diferentes tonalidades.

Atrás han quedado los días gélidos que nos ha ofrecido este invierno, aunque cada más escasos, y se agradece poder disfrutar de esta naturaleza mediterránea. Aunque aún quedan unos días fríos, marzo puede ser una buena opción para realizar una ruta de senderismo por las hoces del Júcar a su paso por la localidad de Alarcón.

La zona que recorremos principalmente es parte de lo que antes se conocía como Castilla la Nueva, con campos dedicados al cereal y al viñedo pero los paisajes que ofrecen las zonas de las hoces formadas por los ríos Júcar y Cabriel son el lugar idóneo para inmortalizar nuestras mejores fotos. Un lugar excelente para el off-road. Caminos compactados para nuestro Skoda Superb. Con nombres como Alarcón se nos llena la boca de historia y con Alcalá del Jucar nos viene el sabor de sus aceites y guisos. Nos podemos alojar en un castillo o en una cueva, pero así es la vida.

Seguro que vamos a encontrar escenarios inesperados. Los puntos más espectaculares de la ruta los encontramos en Jorquera, Alcalá del Júcar, Alarcón y Minglanilla. A escasos kilómetros de esta última localidad podemos visitar la Reserva Natural de las Hoces del río Cabriel con sus famosos “Cuchillos o Cuchillares”.

Las hoces del río Júcar en su versión más “asilvestrada” se encuentra en el espacio comprendido en la desconocida comarca de la Manchuela entre Valdeganga y Alcalá de Júcar. En ese trayecto es muy fácil “toparse” con pueblecitos a pie de río, con numerosas casas empotradas en las paredes. Llama especialmente la atención la desigualdad entre el paisaje apacible de la llanura manchega y la frondosa vegetación de los desfiladeros que a tantos turistas atrae. El amarillo frente a el verde, el secarral frente al vergel…

 

Uno de los puntos más importantes de esta sinuosa senda manchega se encuentra en la antigua Xurquera. Desde sus miradores se pueden disfrutar de vistas panorámicas y todo el esplendor de esta villa fortificada. En buena parte de la localidad predomina todavía las edificaciones medievales y además, existen numerosas casas blasonadas.

Arriba la piedra, abajo los jardines geométricamente dibujados sobre el lecho del río. A la mayoría que llega aquí por primera vez, llama la atención las pequeñas aldeas de casas cuevas excavadas en la roca, arquitectura típica en los pueblos de la ribera del Júcar.

Esta ruta la realizamos principalmente por carreteras secundarias que normalmente suelen estar en perfecto estado aunque en algunos tramos encontramos un firme irregular y bastante parcheado. Es frecuente que circulen tractores por estas carreteras lo cual tenemos que tener en cuenta manteniendo una circulación siempre adecuada al tipo de vía en la que nos encontremos.

La Recueja es otro rincón que merece la pena ver, un pequeño y tranquilo pueblo, donde el paisaje y la posibilidad de acampar son los mejores motivos para visitarlo. La llegada a Alcalá del Júcar puede ser todo un acontecimiento, es, sin lugar a dudas, uno de los pueblos más espectaculares y pintorescos de toda La Manchuela, con sus casas escalonadas en una ladera hasta la cima donde se alza el castillo árabe, que da nombre al lugar (‘AL-KALÁ’: el castillo) y abrazado por la hoz de este río.

Si se continúa con el itinerario trazado junto al río Júcar, se llega a Tolosa donde el paisaje se torna más abrupto, el cauce se estrecha y se convierte en cañones espectaculares. Llegado a este punto, las posibles rutas se multiplican y así, se pueden recomendar parajes como Las Rochas, el Tranco del Lobo y El Molinar.

Poder dormir en un castillo como donde está ubicado el Parador de Alarcón Av. Amigos de los Castillos, 3. Alarcón. Tlf: 969 330 315. En un castillo de origen árabe y durante siglos propiedad de los Marqueses de Villena encontramos este fantástico alojamiento con la firma y calidad inconfundible de la marca Paradores. Otro estilo lo vamos a encontrar en las Cuevas de Al-Axara. Cl. Ribera de Cubas, 102. Cubas. Jorquera. Tlf: 968 476 879 / 662 006 742. Al-Axara, situada sobre uno de los cortados del río, en uno de los paisajes más mágicos de la Manchuela, es en realidad un complejo formado por un grupo de casas independientes. Un lugar muy especial para parejas.

Siguiendo nuestra ruta por estas olvidadas tierras manchegas salimos de las Hoces del Júcar para llegar hasta Casas-Ibáñez, por la carretera comarcal CM-3207 y posteriormente enlazamos con la N-322. Si llegamos a la Villa de Alarcón por la CU-V 8033 y nos da la bienvenida su maravillosa hoz sobre el río Júcar y su portentoso castillo. La simple silueta del castillo es su mejor reclamo. Su poderoso torreón parece vigilar todavía la posible llegada de los enemigos que en los tiempos en los que se levantó eran los cristianos, porque fueron los “moros” quienes construyeron esta fortaleza en el siglo VIII.

En estos territorios conquenses visitamos pueblos casi abandonados pegados al pantano de Alarcón como Olivares del Júcar, Valverde del Júcar, Olmedilla de Alarcón o Buenache de Alarcón. Éste último tras recorrer sus calles llegamos hasta un pequeño cerro donde se encuentra la Ermita de la Virgen de la Estrella. Si hay ganas siempre podremos llegar hasta Cuenca por la CM 2100. Quedarnos es opción nuestra…