EL TREN QUE VIGILABA EL RÍO ERESMA
Estamos en uno de los recorridos más interesantes de la provincia de Segovia. Este año se cumple el 140 aniversario de una obra civil que hoy tiene un importante componente de ocio. Estas vías castellanas fueron holladas por primera vez por un tren el 1 de junio de 1884, día en el que el tren inaugural recorrió los 92 km que separan Segovia de Medina del Campo. La capital segoviana quedaba unida a la red general, redimiendo, de manera parcial, su frustración de perder la traza principal del ferrocarril que uniera Madrid con la frontera francesa en Irún.
Es la historia de una disputa. Segovia se postuló como firme candidata a ver pasar estos trenes tal que veinte años atrás. La cercana ciudad de Ávila también optaba a ganar el pulso para obtener aquellos raíles privilegiados. La elección entre una u otra ciudad no se basó en los méritos propios de cada una, sino más bien en cómo se las apañarían los trenes para superar la durísima barrera montañosa que suponía el Sistema Central.
Finalmente, los abulenses ganaron el reto y la vía directa, por El Escorial, se abrió en julio de 1863. Los segovianos tuvieron su estación término dos décadas más tarde, y aún hubo que esperar otros cuatro años, hasta el verano de 1888, para que los trenes pudieran remontar el alto del León por el largo túnel de Tablada.
Fue la Compañía del Norte la responsable de la construcción de ambos trazados, por lo que nunca hubo, en realidad, auténtica competencia entre ambos, manteniendo las dos vías su vida pareja durante poco más de un siglo. Pero lo cierto es que el tramo segoviano nunca dejó de tener un carácter local, y solo algún expreso se dejaba caer por la estación del acueducto. Nunca hubo doble vía en este sector, que sí llegó a estar electrificado.
Finalmente, la debilidad del tráfico regional hizo que el tramo Segovia-Medina de esta línea se clausurara más que discretamente en el año 1993. Se salvaron de la quema dos tramos. Por un lado, el que accedía a Segovia desde Villalba y, por el lado contrario, el que unía Olmedo con Medina. Este último, olvidado también durante poco más de una década, resucitó como vía de ensayos para los trenes de ancho variable y, desde 2008, a su vera corren los nuevos trenes de alta velocidad hacia Zamora y Galicia.
Básicamente, los senderistas lo han dividido en tres tramos. El primer tramo, con inicio en la ciudad de Segovia, es ideal para recorrer en bicicleta y en familia dada su escasa dificultad. El itinerario transcurre por el antiguo trazado ferroviario de la línea Segovia-Medina del Campo utilizado desde 1884 hasta 1993. Los primeros kilómetros están marcados por el tren de alta velocidad. Iniciamos la marcha en el conocido como Puente de Hierro o puente de Tejadilla; a partir de este punto y hasta el kilómetro 4, el itinerario sigue fielmente el recorrido de la antigua vía férrea, dejando atrás la ciudad de Segovia.
A continuación, una verde pradera indica la llegada a la Ermita de Nuestra Señora de la Aparecida, desde la que se celebran romerías anuales. Unos metros después, el itinerario cruza la carretera de acceso al polígono industrial Nicomedes García para, 250 metros más adelante, pasar al otro lado de la vía del AVE por un paso subterráneo de escasa altura, iniciando inmediatamente después un tramo compartido de 360 metros.
Una vez superado ese tramo hasta el kilómetro 24, entramos en un recorrido tranquilo, bello y con poca población, pero sumamente atractivo en bicicleta eléctrica; es un paseo cómodo y perfecto para el otoño. Si lo hacemos andando, en el kilómetro 25 podemos ir pensando en un descanso. La antigua estación de Yanguas de Eresma, situada en el barrio de San Pedro, que junto con el área de descanso Yanguas-Carbonero, marca el final de la primera etapa del Camino Natural Vía Verde del valle del Eresma.
Una segunda fase parte de la estación de Yanguas-Carbonero, avanzando paralela al río Eresma hasta llegar a la ermita de la Virgen del Tormejón. Siguiendo el trazado del ferrocarril, se supera el apeadero de Armuña y las localidades de Miguel Ibáñez y Ortigosa de Pestaño, con su bella estación. Finalmente, el trazado se interna en un pinar de pino resinero que nos conducirá al final de la etapa en Nava de la Asunción.
Entre choperas de producción y pequeños rodales de pinos se alcanza el punto kilométrico 27, dejando a la izquierda el Molino Caldillas, siendo necesario desviarse brevemente del camino para contemplar sus ruinas. A continuación, transitaremos por una zona tapizada por campos de cereal, en los que no es difícil ver rebaños de ovejas Churras, Castellanas (también en su variedad Negra) y Ojaladas, todas razas autóctonas. Tras varios cruces de camino, divisaremos la Ermita de la Virgen del Tormejón.
Miguel Ibañez, Ortigosa de Pestaño o la Virgen de Pozo Viejo nos van a marcar un camino muy interesante. Inmersos en la masa de pinar, avanzaremos hasta el pequeño refugio forestal situado en el punto kilométrico 42. El camino continúa pasando junto a una cantera en el kilómetro 44 y poco antes de llegar al 46 se abandona definitivamente el pinar; desde este punto ya se divisa la población de Nava de la Asunción.
Esta tercera y última etapa de la Vía Verde Valle del Eresma comienza donde finalizó la anterior, en el punto kilométrico 48, en la localidad segoviana de Nava de la Asunción. El itinerario comienza cruzando la carretera provincial SG-V-3413, dejando poco después a la derecha la antigua estación de Nava de la Asunción, en perfecto estado de conservación, ya que el edificio que en el pasado albergó a los viajeros del ferrocarril acoge hoy el museo dedicado al afamado poeta de la localidad, denominado Estación de Encuentro Jaime Gil de Biedma.
El pinar de resinero sigue dominando el paisaje; avanzamos inmersos por el Monte de Utilidad Pública llamado El Cantosal. La antigua estación de Coca, de la que hoy solo se conservan en pie las ruinas de su almacén y una nueva área de descanso, bien merecen una parada. Esta vasta historia y el amplio patrimonio arquitectónico, en el que destacan su castillo mudéjar, la muralla medieval y la torre de San Nicolás, son motivo más que suficiente para visitar esta localidad.
De vuelta al itinerario, un antiguo refugio forestal, actualmente restaurado y puesto en valor como ruta senderista, pone punto final al pinar de El Cantosal, regresando a un paisaje dominado por cultivos de cereal de secano.
En este punto se observa a la derecha la Laguna de Caballo de Alba, perteneciente al LIC Lagunas de Coca y Olmedo, al que pertenecen numerosos humedales de pequeño calado, algunos de ellos de naturaleza salina y que suponen un refugio perfecto para multitud de especies de aves.
Poco después del punto kilométrico 67 se cruza la carretera VP-1106, que da acceso a la localidad de Fuente-Olmedo, ya en la provincia de Valladolid. Finalmente, tras algo más de tres kilómetros, un panel interpretativo marca el final de esta tercera y última etapa del Camino Natural Vía Verde del valle del Eresma, a escasos 600 m de Olmedo, inmejorable final para esta aventura ferroviaria.
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