Todo depende del cristal con que se tome
Tan importante como escoger bien el vino es saber dónde beberlo. Cuando elegimos una cristalería u otra, estamos condenando o ensalzando las virtudes del líquido que atesora. Si, además, consideramos la expresividad de un producto tan complejo como el vino, rico en matices que marcan la diferencia, tomar esta decisión exige cierto criterio. Te presentamos cuatro apuestas seguras, con nombre propio, a prueba de errores… ¡Salud!
ZWIESEL, DE BAVIERA A LA MESA
Las copas de diseño de Zwiesel están presentes en más de 130 países, siendo las preferidas de los mejores restaurantes, hoteles y líneas navieras. Afortunadamente, su elegancia también está hoy al alcance de nuestra mesa. A la garantía que nos ofrecen sus años de tradición, sumamos la virtud de haber sabido innovar para mantenerse como líderes en el mercado. Su estrategia incluye conocer de primera mano las necesidades de la alta restauración, para ofrecer lo que el sector necesita en cada momento, y esa empatía también la notamos en casa.
Son copas con un diseño moderno y atemporal, tan sofisticadas que parecen hechas a mano. Para su fabricación se opta por el cristal Tritán, patentado hace años por la propia marca, que se traduce en unas copas que nos ganan de inmediato por su nitidez, su brillo excepcional, su sonoridad y, sobre todo, su resistencia. Capaces de soportar mil lavados relucientes como el primer día, se rompen hasta un 40% menos que las copas de cristal tradicional. Pero si hay una ventaja mayúscula es que podemos meterlas sin miedo al lavavajillas, olvidándonos de tener que fregarlas a mano, esa cara no tan amable de las ocasiones especiales.
LA CRISTALERÍA FINA DE PEUGEOT
Si algo caracteriza a los mejores es no conformarse. Tal vez por eso, la firma francesa líder en la fabricación de automóviles reclama su hueco en la mesa con una de las cristalerías finas más apreciadas por los amantes y entendidos del sibarita mundo del vino.
La gama Peugeot Saveurs ofrece decantadores, copas, jarras y vasos de todo tipo que prometen la correcta oxigenación y el inmejorable servicio de nuestros vinos y licores. En su filosofía, apuestan por conservar lo mejor de la tradición, con la cuidada técnica del soplado, sin renunciar a la modernidad. El resultado son piezas de auténtica excepción, que combinan diseño, ingenio e innovación y que respetan con suma elegancia los aromas y sabores de cada vino, adaptándose a las necesidades de cada variedad.
RIEDEL, UNA COPA PARA CADA UVA
La marca austríaca goza de una merecida fama gracias a sus copas, vasos y decantadores fabricados artesanalmente. Si algo les posiciona como uno de los mejores fabricantes del mundo es la importancia que conceden a cada tipo de uva. Son copas diseñadas por y para cada variedad específica, así que son el complemento perfecto para quienes deseamos toda la intensidad de los aromas y sabores en cada sorbo. Forma y placer van de la mano.
La misión que la firma asume para sus copas es la de comunicar el mensaje del vino, sin ruido, sin distorsiones. Un laborioso trabajo de investigación, que tiene su origen hace más de tres siglos, permite que no solo potencien su intensidad y su calidad, sino que resalten la textura y faciliten la percepción del equilibrio entre los diferentes matices de cada líquido. Por algo son las preferidas de los mejores sommeliers a nivel mundial.
STÖLZLE, EXPERTOS EN LA CULTURA DE LA MESA
En la línea del diseño profesional, no podemos olvidarnos de los alemanes de Stölzle, uno de los mayores fabricantes de Europa: producen la friolera de 35 millones de copas al año. Describir su trabajo es fácil: innovación y calidad.
Con las técnicas más modernas, consiguen una cristalería que entra por los ojos con sus esbeltas formas. Son piezas únicas, con un resultado parecido al del tradicional soplado a boca y que, además, carecen de plomo. Tienen series ideadas para vinos, espumosos, licores, cervezas y cócteles, según las peculiaridades de cada bebida. Lo que tienen en común, sin embargo, es la marca de la casa: un brillo y una resistencia espectaculares. En resumen, una opción muy digna para los más exigentes, que termina de convencer con una increíble relación calidad/precio.