Encanto marítimo: 5 pueblos costeros imprescindibles en Euskadi

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La costa vasca es un tesoro de paisajes espectaculares, donde el mar Cantábrico se funde con acantilados imponentes, playas de arena dorada y puertos con siglos de historia. Desde pequeñas villas pesqueras hasta localidades con un vibrante ambiente cultural, cada rincón tiene algo especial que ofrecer. En este recorrido, exploraremos cinco de los pueblos costeros más encantadores de Euskadi, donde la tradición marinera, la gastronomía y la belleza natural se combinan para crear destinos inolvidables.

1. Lekeitio

Hay sitios donde tomar el aperitivo tiene mucho de ritual  y Lekeitio, en la costa de Bizkaia, es uno de ellos. Estamos en un encantador pueblo pesquero rodeado por los montes Otoio y Lumentza. Su entorno natural destaca por la ría del Lea, la isla de San Nicolás y las playas de Isuntza y Karraspio.

Los día soleados es un placer pasear por el  casco antiguo  que conserva un rico patrimonio, con la Basílica de la Asunción de Santa María y palacios históricos como los de Uriarte y Oxangoiti. El puerto de Txatxo y la ermita de San Juan Talako ofrecen una visión de su legado marinero, mientras que el faro de Santa Catalina brinda panorámicas espectaculares.

Entre sus festividades, destacan San Antolín en septiembre, con el famoso «Día de los gansos«, y San Pedro en junio, con la tradicional «Kaxarranka«. Hoy, Lekeitio combina su pasado pesquero con el turismo, atrayendo a quienes buscan historia, mar y cultura.

 

2. Bermeo

El siguiente pueblo que visitaremos es Bermeo, en la costa de Bizkaia y dentro de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai. Es una villa marinera con un fuerte legado histórico. Fundada en 1236, fue la principal población del Señorío de Vizcaya hasta 1602, lo que le otorgó privilegios y protagonismo en las Juntas Generales. Hoy, su economía sigue ligada a la pesca y la industria conservera. Las fotos del viejo puerto, antes de la remodelación nos lleva a otros tiempos, pero se mantiene el sabor marinero. 

El municipio ofrece un rico patrimonio cultural y natural, con lugares emblemáticos como San Juan de Gaztelugatxe, la Torre Ercilla (Museo del Pescador), la Puerta de San Juan y la iglesia gótica de Santa Eufemia. Su costa, marcada por acantilados y formaciones rocosas, incluye el cabo Matxitxako con su faro  y las islas de Izaro y Akatz. ¡Una pasada!

Si podemos elegir una fecha, apunta las  fiestas de Bermeo, como las de Nuestra Señora de Almike en septiembre o la romería de San Juan en junio, reflejan su arraigada tradición. Además, el Parque Lamera, junto al puerto, es un punto de encuentro clave. Bermeo es un destino que combina historia, cultura y paisajes espectaculares a orillas del Cantábrico.

3. Sopela

Sopela, también en la costa de Bizkaia, es un destino ideal para los amantes del mar y la aventura. Sus impresionantes acantilados y playas, como Barinatxe (La Salvaje), Arriatera-Atxabiribil y Meñakoz, atraen a surfistas y turistas en busca de paisajes espectaculares. Además, su costa ofrece rutas de senderismo y parapente con vistas panorámicas inigualables.

Más allá de sus playas, la localidad cuenta con un rico patrimonio, desde la iglesia de San Pedro y la ermita de San Andrés hasta los restos del Cinturón de Hierro, vestigios de su historia defensiva. También destacan los asentamientos prehistóricos de Kurtzio y esculturas al aire libre en su casco urbano.

Las festividades de Sopela, como San Pedro en junio y las celebraciones del Carmen y Santa Marina en julio, combinan cultura y tradición en un entorno vibrante. A solo 30 minutos de Bilbao, Sopela es un destino perfecto para disfrutar de naturaleza, deporte y cultura vasca.

 

4. Zarautz

El nombre nos lleva a las vacaciones sin calendario. Ubicada en la provincia de Guipúzcoa, Zarautz es una localidad costera con una gran riqueza histórica y natural. Fundada en 1237, tuvo en la pesca su principal actividad hasta el siglo XVI, cuando su economía comenzó a diversificarse con la agricultura y la construcción naval. Se cree que en sus astilleros se construyó la nao Victoria, el barco que completó la primera vuelta al mundo bajo el mando de Juan Sebastián Elcano.

Su playa, la más extensa del País Vasco con 2,8 km de longitud, es conocida como “La Reina de las Playas” y ha sido un importante destino turístico desde el siglo XIX, cuando la reina Isabel II veraneaba en el Palacio de Narros. Hoy en día, su paseo marítimo y sus olas atraen a turistas y surfistas de todo el mundo.

Además de su encanto playero, Zarautz cuenta con espacios naturales protegidos como el biotopo de Iñurritza, donde conviven dunas, marismas y acantilados. Su cercanía a San Sebastián y Getaria la convierte en un destino ideal para combinar historia, deporte y naturaleza en la costa vasca. 

 

5. Orio

Orio es otro pintoresco municipio costero de Guipúzcoa. Su historia está marcada por el paso de los peregrinos del Camino de Santiago y su casco antiguo, Goiko Kale, conserva el encanto medieval con calles empedradas y edificios históricos como la iglesia de San Nicolás de Bari y la ermita de San Martín de Tours.

La gastronomía es otro de sus grandes atractivos, con el besugo a la parrilla como plato estrella, junto con las angulas capturadas en la ría. Sus playas, Antilla y Oribarzar, ofrecen opciones tanto para familias como para quienes buscan tranquilidad. Además, su proximidad al Parque Natural de Pagoeta permite disfrutar de la naturaleza en estado puro.

Si vemos entrenar a la trainera local,  la experiencia puede ser completa. El remo es parte esencial de la identidad de Orio, cuya trainera amarilla ha cosechado numerosos éxitos. Sus festividades principales son San Pedro en junio y San Nicolás en diciembre, además del popular Día del Besugo en julio, que celebra su icónica tradición gastronómica.

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