GOTLAND: LA DELICADA ISLA FANTASMA

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No sé si es una leyenda o una gentileza a la fantasía, pero cuentan en los bares de la isla de Gotland, que era un lugar mágico, que tenía la capacidad de emerger de las aguas por el día y sumergirse por la noche… Todo acabó cuando  un hombre llamado Tjelvar, se acercó a la isla  portando el fuego. Aunque como todos estos relatos tiene una parte de fantasía, y no se sabe ciertamente si es verdadera, parece ser que algunos estudios geológicos han demostrado que la isla de Gotland se hundió y emergió del mar en varias ocasiones.

Gotland tiene el tamaño suficiente para disfrutar de todo, pero sabiendo que se puede llegar a tiempo. Se encuentra en la costa este de Suecia; con una superficie de sólo 3.140 Km2 y tiene poco más de unos 65.000 habitantes, cifra que se multiplica extraordinaria-mente en los meses de verano, cuando recibe la mayor parte del turismo.  Salvando las temperaturas es la Ibiza escandinava. Sol, ambiente relajado y un gusto por las cosas buenas que no entiende todo el mundo.  

No es extraño que se considere la Isla de los Vikingos, Gotland aún tiene mucho de cuento y encantamiento. Su historia se encuentra inexorablemente unida a esta raza de guerreros que habitaron las frías tierras escandinavas hace más de un milenio. La  historia también ha dejado su huella. El gusto por  la navegación es una prueba evidente.

Frente a una playa o cerca de alguna zona de agua dulce se pueden encontrar restos y testimonios de su paso: antiguos cementerios, piedras ornamentales, poblados reconstruidos  y cientos de objetos  de una cultura tan atractiva como  desconocida. Los vikingos y su legado cultural van más allá de sus salvajes incursiones  en las costas de la Europa más meridional. 

Para una primera visita, lo más fácil acceder por la capital, Visby, una ciudad construida, ocupada y destruida por vikingos, teutones y daneses. Su arquitectura es un juego medieval. Se debe atravesar la muralla para entender su caprichoso trazado urbanístico. Callejuelas empedradas, cuidados jardines  y restos de una arquitectura que se tiene a la piedra  y la madera como  protagonistas. Los restos de Santa Katarina lo demuestran perfectamente. Y puestos a conocer la forma de ser local hay que acercarse hasta las iglesias de la Santísima Trinidad y la de San Lorenzo, que según la “crónica social” fueron levantadas por dos hermanas con “fortuna y capital”, cuya enemistad les llevó a hacerse una iglesia cada una para no tener que verse ni en misa.

Y puestos a pasear siempre podemos acercarnos a su Jardín Botánico, creado en 1855. El jardín está siempre abierto y no hay que pagar entrada. Durante los meses de junio, julio y agosto hay distintas actividades en su interior, conciertos, conferencias y tours guiados. También se encuentran en el recinto las ruinas de la iglesia de St. Olof, que fue una de las de mayor esplendor de Visby y de la que sólo queda sobre tierra la torre oeste, cubierta de hiedra. Una postal para la foto perfecta.

El recorrido en coche o bicicleta es obligado. Por la carretera 142 se puede ir en línea recta al sur de Gotland, y llegar a la conocida localidad de Burgsvick, donde  podemos entender como es la vida cotidiana en los pueblos de la isla.  Es la referencia perfecta. Su playa, su puerto y unos centenares de habitantes que parece formar parte del cuento perfecto. 

Y por supuesto hay que llegar a Hoburgen se encuentra en la punta más meridional de Gotland a 37 metros sobre el nivel del mar. Todo un espectáculo de naturaleza se desata en invierno, cuando las tormentas azotan la costa de Gotland con la furia del dios escandinavo Thor. Así se entiende, la formación de los Raukares, unas formaciones rocosas erosionadas y esculpidas por el viento y el agua a través de los siglos, y que aquí se encuentran en las bahías de Holmhällar, al Este.

Y los amantes de la  cultura vikinga seguro que llegan a Tofta, con una larga playa de arena, y la “Ciudad Vikinga” un viaje de 1.000 años en el tiempo. En este reconstruido poblado vikingo se puede aprender más sobre ellos que en los libros. Entre las actividades que se pueden realizar, está la confección de joyería, hacer pan, arquería o tiro de hacha. Hay un mercado y como novedad un altar para sacrificios. 

Gotland es un mundo dentro de una isla, con ofertas para todos los gustos. Una naturaleza sorprendente, ciudades con historia, pueblecitos llenos de encanto, playas para tomar el sol y descansar, colinas y acantilados donde practicar senderismo, arte y cultura amenizando los días y las noches… y sobre todo una gente hospitalaria, orgullosa de compartir durante unos breves meses su tierra.

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