POR TIERRAS DEL MIÑO CON CARLOS MORO

La presencia de tres Bodegas Familiares Matarromera en Galicia se ha convertido en un camino mágico para los aficionados a los vinos de calidad. Aquí, los viñedos vigilan las aguas del Miño o el Avia. Los conventos recuperan la espiritualidad de una tierra que ha hecho del minifundio una forma de entender el viñedo. Cada rincón tiene sus secretos y Carlos Moro (presidente del grupo) nos enseña sus pueblos favoritos para entender esa senda de emociones y sentimientos.


1.- Leiro y San Clodio: El Corazón del Ribeiro y la Tradición Monacal

Leiro y San Clodio son dos nombres esenciales cuando se habla de la historia y el presente del Ribeiro, una de las denominaciones de origen más antiguas de España. Leiro, situado en el corazón del valle del Avia, es un pueblo rodeado de viñedos que trepan por las laderas y definen el paisaje. Aquí, la cultura del vino se palpa en cada rincón, desde las pequeñas bodegas familiares hasta las grandes firmas que han sabido modernizar la tradición sin perder la esencia.

El Monasterio de San Clodio (https://www.eurostarshotels.com/eurostars-monumento-monasterio-de-san-clodio-hotel.html), joya del románico gallego, es el epicentro cultural y enológico de la comarca. Fundado en el siglo X, sus muros han sido testigos de la evolución del Ribeiro y hoy albergan un hotel monumento y un restaurante donde el vino local es protagonista absoluto. La visita a San Clodio es imprescindible para quienes buscan comprender la simbiosis entre espiritualidad, arquitectura y viticultura: los monjes cistercienses fueron pioneros en el cultivo de la vid y en la ordenación del territorio, dejando un legado que aún se percibe en la organización de las parcelas y en la red de caminos empedrados que surcan el valle.

Para el enoturista, Bodega Sanclodio (https://tienda.matarromera.es/127-sanclodio) es un ejemplo como los vinos gallegos están en la vanguardia de los nuevos blancos. Las particularidades de las variedades autóctonas como la Treixadura, Godello o Loureira se entienden mejor cuando se abre la primera botella. Los vinos de Bodega Sanclodio expresan perfectamente las particularidades del Valle del Avia, caracterizados por su suelo granítico, conocido como “sábrego”. Viñedos que crecen en bancales o terrazas, vendimiadas a mano de las variedades más típicas de esta región gallega. El senderismo se encuentra aquí un escenario privilegiado, con rutas como la Senda del Avia, que conecta los principales enclaves históricos y naturales, pasando por antiguos molinos, puentes medievales y miradores sobre el valle. Gastronomía y paisaje se unen en matrimonios únicos que se encuentran en Sanclodio un compañero enológico perfecto.


2.- Ribadavia: Capital Histórica del Ribeiro y Escenario de Leyendas

Ribadavia es sinónimo de vino y de historia. Capital de la comarca del Ribeiro, su casco antiguo es un laberinto de calles empedradas, plazas porticadas y casas nobles que evocan el esplendor medieval de la villa. El viajero que llega a Ribadavia se encuentra con un auténtico museo al aire libre, donde cada rincón cuenta una historia relacionada con el comercio, la cultura y, por supuesto, el vino.

La judería de Ribadavia es uno de los conjuntos mejor conservados de Galicia y un referente para quienes buscan huellas del pasado sefardí en la península. Aquí, en las antiguas bodegas excavadas en la roca, se guardaban algunos vinos que luego viajaban a media Europa. El Castillo de los Sarmiento, la iglesia de Santiago y el Museo Etnológico son otros puntos de interés que combinan el arte, la historia y la cultura del vino. Ribadavia acoge cada año la Festa da Istoria (https://festadaistoria.com/?lang=es), una recreación medieval que transforma la villa en un escenario de época, con mercados, justas y banquetes donde el vino es el gran protagonista.


3.- Salvaterra do Miño: Frontera de Vinos y Culturas

No es un sitio cualquiera. Salvaterra do Miño, situada en la confluencia de los ríos Miño y Tea, es una villa fortificada que ha sido testigo de siglos de historia y de intercambio cultural entre Galicia y Portugal. Su castillo y murallas recuerdan un pasado de guerras y alianzas, pero hoy Salvaterra es sobre todo un punto de encuentro para los amantes del vino y la buena mesa.

La Denominación de Origen Rías Baixas tiene en Salvaterra uno de sus enclaves más destacados. Aquí, el albariño alcanza cotas de excelencia gracias a un microclima privilegiado y suelos de granito que confieren al vino una personalidad única. Viña Caeira (https://viñacaeira.es/) y sus vinos son un ejemplo de ese amor por los viñedos que se enlazan, se alinean y crean un paisaje de referencia. Precisamente, hablar de paisaje en esta zona es todavía más impactante. Los viñedos de Viña Caeira “crecen buscando el cielo”, ya que, para evitar la humedad del suelo, se encuentran emparrados a 2 metros de altura. Este aspecto tan diferencial propicia el crecimiento de los racimos de la uva albariño con la que se elaboran los vinos de la bodega. Visitar la bodega en época de vendimia es un espectáculo y disfrutar de la gastronomía local en sus emparrados también. La experiencia todavía es mejor al combinar los manjares de esta tierra con sus excelentes vinos blancos.

Salvaterra también es famosa por su Festival do Viño do Condado, una cita anual que reúne a bodegueros, gastrónomos y turistas en torno al vino, la gastronomía y la cultura local. El visitante puede degustar los mejores albariños, participar en talleres de cocina y descubrir la riqueza patrimonial de la villa, que incluye iglesias románicas, pazos y casas blasonadas.


4.- Arbo: Tierra de Lamprea y Viñedos Milenarios

Arbo, conocida como la capital de la lamprea, es también uno de los grandes referentes enológicos de la comarca del Condado do Tea, dentro de la Denominación de Origen Rías Baixas. Este pequeño pueblo, situado a orillas del Miño, combina como pocos la tradición vitivinícola con la riqueza gastronómica y paisajística. Además, ahora la comunidad mexicana ha recuperado muchos lugares y edificios en la zona, demostrando su amor por esta tierra.

Es un lugar de cine y Hollywood descubrió esta tierra en 1956, en el río Miño a la altura de Arbo, para rodar unas escenas de la película Orgullo y Pasión, dirigida por Stanley Kramer, película que pasó a la historia sin pena ni gloria pese a que el cartel era de los mejores: Frank Sinatra, Cary Grant y Sophia Loren.

El vino en Arbo es fruto de siglos de experiencia y de un entorno privilegiado, donde los viñedos se extienden en terrazas sobre suelos de granito y pizarra. Las catas suelen ir acompañadas de productos típicos, como la lamprea en sus distintas preparaciones, lo que convierte la experiencia en un auténtico festín para los sentidos.


5.- Ponteareas: Tradición Vitivinícola y Naturaleza Viva

Ponteareas, situada en el valle del río Tea, es una villa con una larga tradición vitivinícola y un entorno natural de gran belleza. El vino es aquí parte esencial de la vida cotidiana, y las bodegas locales han sabido mantener la calidad y la autenticidad de sus productos a lo largo de generaciones.

El enoturismo en Ponteareas se centra en la visita a bodegas familiares, donde el visitante puede conocer de cerca el proceso de elaboración del vino, desde la viña hasta la copa. El senderismo es una de las grandes pasiones de los habitantes y visitantes de Ponteareas, con rutas como la del río Tea, que atraviesa bosques de ribera, prados y zonas de baño naturales. El Parque Natural de A Picaraña es otro de los grandes atractivos, con senderos señalizados y áreas recreativas para toda la familia.

El arte y la cultura tienen también un papel destacado en Ponteareas, con festivales, exposiciones y actividades que ponen en valor el patrimonio local. La Festa das Flores, declarada de Interés Turístico Nacional, es una de las celebraciones más importantes de la villa y un ejemplo de la creatividad y el espíritu festivo de sus habitantes.


6.- Viñedos, Aventura y Patrimonio

Formalmente, es San Salvador de Vide, pero para los locales es Vide. Estamos en una parroquia situada en la comarca del Condado, vinculada a Castrelo de Miño. Es un pequeño pueblo rodeado de viñedos y montañas, donde la naturaleza y la tradición vitivinícola se dan la mano para ofreceral visitante una experiencia única. El vino de Vide es conocido por su calidad y por el carácter que le confiere el clima atlántico y los suelos de granito y pizarra.

La bodega Casar de Vide (https://casardevide.es/) es un juego entre la montaña y el río. Esta zona es perfecta para el cultivo de variedades como la treixadura, albariño, godello y torrontés. Con estas variedades se elabora Casar de Vide, el vino homónimo de esta bodega. Los viñedos que rodean a la bodega se encuentran a orillas del río Miño que, con sus meandros, propicia que la Treixadura exprese diferentes matices (la frescura de las orientaciones más umbrías y la madurez de las más expuestas, buscando siempre la complejidad y respetando siempre este carácter atlántico que se respira en el paisaje). El enoturismo se complementa con rutas de senderismo que recorrelos viñedos, los bosques y los ríos de la comarca, ofreciendo la posibilidad de descubrir antiguos molinos, pazos y miradores naturales es también un destino ideal para los amantes de la aventura, con actividades como el kayak, la pesca y la escalada en los alrededores. El visitante puede disfrutar de la tranquilidad del entorno, de la hospitalidad de sus gentes y de la calidad de sus vinos, en un ambiente acogedor y lleno de autenticidad.


 

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