Harina, azúcar y a la pradera: DULCES DE SAN ISIDRO
Madrid en mayo tiene un sabor especial. Con la llegada del día 15, la ciudad se viste de chulapos y chulapas, se llena de música castiza, romerías en la pradera y, por supuesto, dulces. Cualquier fiesta es bien acompañada por gastronomía, y el Día de San Isidro no podía ser menos.
Hoy hacemos un recorrido por los sabores típicos de esta celebración. Desde las conocidas rosquillas hasta otros caprichos menos famosos pero igual de deliciosos. ¿Preparado para abrir el apetito?
El dulce más típico: las rosquillas de San Isidro
Si hablamos de dulces en San Isidro, el primero que se nos viene a la cabeza son las rosquillas. Pero, por si no lo sabías, no hay solo una. Hay al menos tres tipos distintos que, aunque comparten forma, tienen sabor diferente.
1. Las tontas
Empezamos por las más sencillas, pero no por ello menos queridas. Las rosquillas tontas no llevan cobertura ni glaseado. Son doradas, algo secas al paladar, y con un sabor suave a anís o limón. Podría decirse que son la base de todas las demás. Su sencillez es su encanto.
2. Las listas
Aquí ya subimos el nivel. Las listas están cubiertas por un glaseado de azúcar con un toque de limón. Son más dulces que las tontas, pero mantienen ese aire de rosquilla tradicional. El nombre les viene, dicen, porque al tener “cobertura” parecen más espabiladas que las anteriores más sencillas.
3. Las de Santa Clara
Estas son las más blancas. Se cubren con un glaseado blanco hecho con clara de huevo y azúcar. Su textura es crujiente por fuera y esponjosa por dentro. Reciben su nombre por haber sido elaboradas tradicionalmente por las monjas clarisas.
El origen de estas rosquillas de San Isidro se remonta al siglo XVIII. Según cuenta la tradición, una vendedora llamada “la Tía Javiera”, muy popular en su época, fue la primera en venderlas durante la verbena del santo. Con los años, las recetas se fueron diversificando y nacieron los diferentes tipos que conocemos hoy. De hecho, hay muchas pastelerías de Madrid que mantienen recetas familiares centenarias.
Aunque las rosquillas se llevan la mayor parte de la fama, no son el único dulce con protagonismo en estas fechas. Aquí te dejamos algunos más que también forman parte del imaginario madrileño:
Barquillos
Quizá no sean exclusivos de San Isidro, pero los barquillos tienen un lugar especial en la fiesta. Estos cilindros de masa crujiente, hechos con harina, azúcar y agua, son el snack perfecto para llevar en la mano mientras se pasea por la pradera. El barquillero fue una figura muy popular durante los siglos XIX y principios del XX que actuaba y ejercía su oficio en la calle. Por supuesto que vendía esos famosos barquillos, unas galletas rugosas que se elaboraban con agua, harina, azúcar, aceite y limón o canela y eran onduladas. Tenían forma de barco y por esto reciben este nombre.
Por si no lo sabías, los barquilleros realizan un oficio que estaba dentro de la repostería. Casi siempre estaban en la calle, que era donde hacían su oficio, vendiendo los diversos barquillos. Así llevan una barquillera a sus espaldas y también la cesta de mimbre donde dejaban los barquillos para poder venderlos.
Es muy típico ver a los barquilleros con su característico tambor metálico, que hacen girar a modo de ruleta a modo de juego para vender sus dulces.
Mazapanes y figuras dulces
Aunque más asociados a la Navidad, algunas pastelerías también elaboran figuras de mazapán en forma de claveles o chulapos para decorar durante las fiestas. Son un detalle bonito y muy dulce para regalar o adornar la mesa.
En los últimos años, algunas pastelerías madrileñas se han atrevido a reinterpretar los clásicos con un aire moderno. Por ejemplo, rosquillas listas con glaseado de chocolate o barquillos rellenos de crema pastelera. También han surgido versiones “gourmet” o veganas, adaptándose a los nuevos gustos sin perder el espíritu de siempre.
Esta mezcla entre tradición e innovación es parte del encanto de San Isidro. Puedes probar la receta más clásica en una pastelería centenaria del centro y, a la vuelta de la esquina, encontrarte con una reinterpretación moderna digna de cualquier escaparate gourmet.
Si se te ha hecho la boca agua y quieres probar algunos de estos dulces, durante las fiestas de San Isidro, es muy fácil encontrar todos estos dulces en diferentes puntos de Madrid. Por supuesto que las podemos encontrar en las casetas de la pradera de San Isidro: Aquí encontrarás puestos con rosquillas artesanas, barquillos y caramelos. Nada como comerlos al aire libre, sentados en la hierba.
También en las pastelerías tradicionales. Lugares como La Mallorquina, El Riojano o Casa Mira mantienen viva la tradición y elaboran rosquillas con recetas centenarias.

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