LLEIDA APUESTA POR OTRA MOVILIDAD

Siete pueblos para siete días.

Donde cargar nuestro coche enchufable se ha convertido en una excusa para tener un referente tanto de noche como de día… Quien tiene un cargador tiene un punto de descanso, un lugar para una parada y un rato para el disfrute de las baterías propias. Saber donde parar nos puede ayudar a disfrutar de muchos momentos.


1.- Rialp: Naturaleza salvaje y energía renovable en el Pallars Sobirà

Enclavado en el corazón del Pallars Sobirà, Rialp es el punto de partida ideal para descubrir la naturaleza virgen del Pirineo leridano. El pueblo, de calles empedradas y ambiente montañés, ha sabido combinar su legado rural con la modernidad, instalando puntos de recarga para coches eléctricos que permiten a los viajeros circular de forma sostenible por la comarca.

Rialp es famoso por su proximidad al Parque Nacional de Aigüestortes y Estany de Sant Maurici, donde los amantes del senderismo y la fotografía de paisajes encuentran un paraíso de lagos glaciares y picos escarpados. El río Noguera Pallaresa, que atraviesa el municipio, es uno de los mejores escenarios de España para practicar rafting y kayak, atrayendo a deportistas de todo el continente.

La gastronomía local es otro de sus grandes atractivos. En los restaurantes de Rialp se pueden degustar platos de montaña como la olla aranesa, el civet de jabalí o los embutidos artesanales, acompañados de vinos de la zona.


2.- Garòs: Tradición aranesa y movilidad sostenible en el Valle de Arán

Garòs, pequeño y encantador pueblo del Valle de Arán, es conocido por sus casas de piedra y tejados de pizarra, que conservan la arquitectura tradicional de la comarca. Aquí, la apuesta por el turismo responsable se refleja en la instalación de puntos de recarga para coches eléctricos, integrados en la red rural del Pirineo. Garòs es un excelente punto de partida para explorar la Val d’Aran, tanto en verano, con rutas de senderismo y BTT, como en invierno, gracias a la cercanía de la estación de esquí de Baqueira-Beret.

El pueblo ofrece una experiencia gastronómica auténtica, con restaurantes que sirven platos como la olla aranesa, el trinxat de montaña y quesos locales de oveja. Los visitantes pueden recorrer los senderos que conectan Garòs con otros pueblos del valle, o disfrutar de actividades como la pesca en el río Garona y excursiones a caballo. La presencia de puntos de recarga eléctrica facilita la movilidad de quienes apuestan por un turismo sostenible, permitiendo descubrir el Valle de Arán sin dejar huella.


3.- Ribera de Cardós: Aventura y tranquilidad en el Alto Pirineo

Ribera de Cardós, situado en el idílico valle homónimo, es un destino perfecto para quienes buscan desconexión y aventura. El municipio ha incorporado puntos de recarga eléctrica, alineándose con el auge del turismo sostenible en la montaña. Rodeado de bosques y prados, Ribera de Cardós es ideal para practicar senderismo, rutas en bicicleta y observación de aves, especialmente en la Reserva Natural de la Vall de Cardós.

La gastronomía local destaca por sus productos de proximidad: quesos artesanales, miel de alta montaña y carnes ecológicas. Los restaurantes y casas rurales ofrecen menús basados en recetas tradicionales, como la escudella y los guisos de caza. Los visitantes pueden disfrutar de baños en las pozas del río, rutas de trail running y, en invierno, excursiones con raquetas de nieve. La recarga eléctrica junto al Museo de las Mariposas (https://www.papallones.cat/indexsp.htm) es un buen reclamo para cargar energías y recorrer lo pueblecitos cercanos.


4.- Balaguer: Historia, deporte y energía limpia en la capital de La Noguera

Balaguer, la capital de la comarca de La Noguera, sorprende por su riqueza patrimonial y su dinamismo. La ciudad dispone de varios puntos de recarga para vehículos eléctricos, ubicados en zonas estratégicas para facilitar la visita a su casco antiguo y alrededores. Balaguer es famosa por su Plaza del Mercadal, una de las más grandes de Cataluña, y por la iglesia de Santa Maria, joya del gótico catalán. El castillo Formós y el Museo de la Noguera permiten un viaje por la historia medieval y árabe de la ciudad.

El río Segre ofrece un entorno privilegiado para la práctica de deportes acuáticos, como el piragüismo, y rutas de senderismo y ciclismo por la ribera. La gastronomía de Balaguer es variada, destacando los caracoles a la llauna, la coca de recapte y los productos de la huerta local. La presencia de puntos de recarga eléctrica refuerza el compromiso de la ciudad con la movilidad sostenible, haciendo de Balaguer una parada imprescindible para los viajeros eco-conscientes.


5.- Arbeca: Olivos milenarios y sabores de la tierra en Les Garrigues

Arbeca, en la comarca de Les Garrigues, es sinónimo de aceite de oliva virgen extra y paisajes de secano. El pueblo ha instalado puntos de recarga eléctrica para facilitar la llegada de visitantes que apuestan por la movilidad sostenible. Arbeca es conocida por sus olivos milenarios y la variedad de aceituna arbequina, base de uno de los aceites más prestigiosos de España. El punto de carga, cerca de la Cooperativa es una buena excusa para comprar aceite. El yacimiento ibérico de los Vilars es una visita obligada para los amantes de la arqueología y la historia antigua.

El entorno invita a recorrer rutas a pie o en bicicleta entre campos de olivos y almendros, y a participar en catas de aceite en las cooperativas locales. La gastronomía gira en torno a productos de la tierra: pan con aceite, embutidos artesanos y platos de caza.


6.- Lles: Entre la nieve y los prados del Pirineo Cerdà

Lles, en la comarca de la Cerdanya, es un destino de referencia para los amantes de los deportes de invierno y la naturaleza. El pueblo ha incorporado puntos de recarga eléctrica para coches, facilitando la llegada de esquiadores y senderistas que apuestan por la movilidad limpia. La estación de esquí nórdico de Lles de Cerdanya ofrece kilómetros de pistas para esquí de fondo y raquetas, con vistas espectaculares al Cadí y al Puigpedrós.

En verano, las rutas de senderismo y BTT recorren bosques de pino negro y prados alpinos, ideales para la observación de fauna y flora pirenaica. La gastronomía local se basa en platos contundentes como el trinxat, las carnes a la brasa y los quesos de montaña. Los puntos de recarga eléctrica, situados en el núcleo urbano y junto a la estación de esquí, permiten disfrutar de Lles y su entorno sin emisiones, integrando sostenibilidad y deporte en una experiencia única.


7.- Aitona: Floración, fruta dulce y energía verde en el Segrià

Aitona, en la comarca del Segrià, es famosa por el espectáculo de la floración de los frutales en primavera, que tiñe de rosa y blanco los campos del municipio. El pueblo ha instalado puntos de recarga rápida para coches eléctricos, facilitando el acceso a quienes visitan la zona durante la temporada de floración y recolección de fruta. Aitona es un referente en turismo rural y agroturismo, ofreciendo rutas guiadas por los campos de melocotoneros y nectarinas, y visitas a explotaciones agrícolas.

El río Segre permite la práctica de deportes acuáticos como el kayak y la pesca, mientras que las rutas de senderismo y ciclismo recorren los paisajes agrícolas del municipio. La gastronomía local destaca por los postres elaborados con fruta fresca, como melocotones al vino, y platos tradicionales de la huerta. Los puntos de recarga eléctrica, ubicados en el centro y en las principales vías de acceso, permiten disfrutar de Aitona de forma sostenible, sumando energía verde a la experiencia rural.

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