Southwest USA
El Suroeste de los Estados Unidos es sin duda el desierto más filmado y fotografiado del mundo. Y es que no está muy lejos de los estudios de Hollywood, en la cercana y dorada California y además una de sus ciudades, Las Vegas, como un espejismo de neones en el desierto, es una de las grandes mecas turísticas norteamericanas, visitada por millones de personas cada año. No hay frontera. El límite lo pone nuestra capacidad.
Y por si eso fuera poco, el gran desierto del Suroeste resulta un paisaje especialmente fotogénico, con sus mesas (mesetas) por las que parece que van a aparecer los indios de un momento a otro, con sus cactus en forma de candelabro y sobre todo, con el cañón más espectacular del mundo: el Gran Cañón del Colorado.
En realidad , el desierto se extiende por cuatro estados americanos: Nuevo México, Arizona, Utah y Nevada, desplegando un paisaje que va desde monolitos de arenisca roja hasta las montañas de nieves perpetuas que se alzan sobre una elevada meseta desértica que aparece cortada por varios profundos cañones. Para poner un poco de vida al escenario, están los «actores»: los indios del salvaje oeste: Apaches y Navajos sobre todo, pero también indios pueblo (en Nuevo México), Hopis (que conviven con los Navajos y los Apache en Arizona).
Para viajar por estas zonas desérticas hay que prepararse bien, si, aunque estemos en los modernos y civilizados Estados Unidos. Las distancias son enormes y las condiciones de vida en el desierto durísimas. Ante la inmensidad del desierto, nos centraremos en el de Arizona, cortado por el impresionante corte del Gran Cañón del Colorado River. Más de la tercera parte de este estado pertenece a los nativos americanos que constituyen la mayoría de la población en cuanto se sale de las ciudades, e incluso en el noreste de Arizona podemos ver el Indian Country, un estado soberano de los Navajos en el noreste de Arizona, muy cerca de donde viven los Hopis, los más tradicionales de los nativos americanos. Por último, los Apaches viven en las montañas del sureste y son los más prósperos de toda Arizona.
Otro de los atractivos de este «desierto» de cine son las ciudades típicas del oeste, como Tombstone, donde tuvo lugar el famoso duelo de OK Corral, una ciudad de saloons que visitan tanto los rancheros locales, como los visitantes. No faltan tampoco los pueblos fantasmas, sobre todo en el sureste de Arizona, casi perdidos. En Dragoon, en medio de esta tierra estéril se encuentra uno de los mejores museos antropológicos de los EEUU, el Amerind Foundation Museum, dedicado a las culturas nativas del suroeste, el Pacífico noroeste, América Central y del Sur.
Una de las sorpresas de este estado desértico es la atracción que ha ejercido sobre los diseñadores más visionarios de este siglo, sobre todo Frank Lloyd Wright que vino a trabajar en el Biltmore Hotel y se quedó a vivir durante veinticinco años. Su casa-estudio de Taliesin West de Phoenix es ahora escuela de arquitectura, estudio de diseño y centro de exposiciones.
Arizona también a atraído a Paolo Soleri, discípulo italiano de Wright que ha creado una serie de edificios hechos de tierra y cemento e incluso un proyecto de la era espacial respetuoso con el medio ambiente: Arcosanti, que emerge en pleno desierto. Su visita dura unas tres horas y reúne a gente de todo el mundo. También en este desierto, al sureste de Phoenix, se ha levantado el módulo espacial
Biosphere-2, una auténtica arca de Noé experimental, polémica pero muy curiosa.
Y no se puede hablar de Arizona sin hablar de los Hopi, un pueblo indígena que ha vivido en el mismo territorio durante más de ocho siglos. Son los habitantes de las mesetas (mesas) y han sido los únicos
capaces de sobrevivir en un medio tan adverso, desértico y estéril. Su hábitat se levanta en torno a plazas en torno a la cual se han ido levantando casas a medida que las antiguas se derrumbaban. Hoy quedan unos 10.000 Hopis y sus poblados pueden visitarse, pero después de tanto kilometraje, ningún visitante se va de Arizona sin ver el Gran Cañón del Colorado, un espectáculo que supera todo lo imaginado. Es un abismo de casi 2 kms de profundidad y entre 7 y 30 de anchura. Sus formas y colores son extraordinarias y los miradores ofrecen vistas cambiantes a lo largo del día. Se puede bajar a pie o en mula, sobrevolarlo en helicóptero o recorrerlo en barca por un río de aguas rápidas.
También se puede pasar la noche en el Phanton Ranch en la base del cañón o nadar en las cascadas de la idílica Havasupai Reservation. Dentro del Cañón, el sendero más popular es el Bright Angel que sale de una cabaña de madera del pueblo y se tarda en recorrer unas cuatro o cinco horas para descender 15 kms hasta Phanton Ranch y regresar unas ocho o nueve horas más tarde… Eso y mucho más vamos a encontrar en la Arizona más extrema.