EN POZUELO, REINA LA CARNE
La parrilla se ha convertido en un referente en Pozuelo. Carne + Calidad + Terraza crean un triángulo que no falla nunca a la hora de salir a cenar. Te damos las ideas. Solo tienes que agendar la cita y disfrutar. Eso sí, la factura es cosa del comensal.
LA TABERNA DE ELIA
LA TXITXARRERIA
La Txitxarrería en la Avenida de Europa (Francia, 6) es otro de los restaurantes más consolidados de la zona. Uno de esos lugares que transmite espíritu familiar, porque aquí nunca se falla. Con su última renovación, la calidad se mantiene y el ambiente norteño se dulcifica. Un lugar en el que al entrar se tiene siempre la sensación de haber estado allí antes, un espacio para la amistad, el ocio y la buena mesa.
Jose Manuel Díaz Contreras, propietario, es el alma de este local y se siente orgulloso se llevar casi 22 años con las puertas abiertas. “Abrimos en octubre de 1992. Entonces Pozuelo no era la ciudad que es a día de hoy, la Avenida de Europa se empezaba a construir y zonas como ésta comenzaban a crecer tanto en urbanizaciones como en comercios.»
La calidad aquí no se mide por las modas. Respetando siempre la misma exigencia en cada plato y pudiendo así ofrecer una amplia carta de calidad. Esto no es fácil cuando no se cuenta con una plantilla de trabajadores consolidada, no es ese su caso ya que prácticamente la mayoría del personal lleva con ellos desde el principio. También han ido adaptándose a las exigencias de los comensales, tanto en en lo referente a la carta, como en aquello que envuelve a una comida (el mobiliario, decoración, iluminación, etc…).
Es una cocina típica de las sidrerías del norte de España basada en la parrilla, que cuenta con variadas propuestas tanto en carnes como en pescados. La carta ofrece muchas posibilidades de entrantes, acompañamientos y platos principales fuera de la parrilla, como los guisos que ofrecemos a medio día en las comidas; marmitako, alubias de Tolosa con chorizo y cocido madrileño todos los jueves, entre otros.
Sin duda las carnes premium y el Txitxarro a la parrilla, son los platos más destacados y de alguna forma un referente de su restaurante. También depende un poco de la temporada de los alimentos; de cara a la temporada de setas ofrecen más guisos.
Se trata de una carta que ofrece en sus muchas propuestas diferentes formas de disfrutar de un buen bacalao, verduras y ensaladas, productos del mar y de la tierra… para paladares de todo tipo. En cuanto a los vinos igualmente han elaborado un amplio catálogo de ofertas de bodega que cubra diferentes gustos, para el mejor acompañamiento de cualquier comida.
Su amplia terraza ha sido reformada recientemente. Esta, vestida con amplios ventanales y un jardín contiguo, ofrece un agradable entorno verde, creando un espacio inmejorable a cualquier hora del día.
ZURITO
Hay lugares que se afianzan con el tiempo y donde sólo el nombre simboliza el disfrute. El restaurante Zurito (Lope de Vega, 2), del chef y propietario Teto Bargueño, es uno de esos lugares.
Zurito lleva ubicado en Pozuelo desde el año 2000, donde tenía un pequeño local en el que elaboraban una excelente cocina en miniatura, donde solamente preparaban «pinchos», de ahí su nombre. Tiempo después ampliaron a una sala con diez mesas hasta terminar, hoy en día, con un restaurante con una buena barra para tapear y salones, con capacidad para 130 comensales.
Pero lo que más me gusta de este restaurante es que su chef, Teto Bargueño, es un gran «disfrutón» y adora la cocina. Otra de las cosas que destacaría es su amplia y cuidada bodega donde podemos disfrutar de vinos a muy buen precio y muy bien seleccionados.
Teto ha sido uno de los chefs que desde un principio apostó por el proyecto de cría de vacuno en paralelo «Fisterra Bovine World» y ahora en su restaurante se puede disfrutar el lomo de una de las razas más deseadas, en concreto el de la raza Holstein Frison (Holanda), además de producto nacional, sobre todo de origen gallego.
La carne de Frison la pudimos probar en Hamburguesa, con un impresionante gusto en boca que perduraba unos segundos y con una infiltración de grasa perfecta… Y a continuación en Chuleta, otra auténtica maravilla. Con una larga maduración pero que resultaba muy elegante y en la que no aparecían (como en otras largas maduraciones) los sabores lácticos.
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