STAUB inversión a largo plazo

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STAUB:  el placer de  cocinar con tiempo


La memoria gustativa tiene una extraña capacidad para recordar los grandes momentos.  En aquel primer viaje a  Estrasburgo en las Navidades de 1990,  hubo varios momentos que quedaron en la memoria para siempre. El desencanto de tomar  un primer vino caliente  o el intenso olor a especies de algunos puestos de comida en los mercadillos Navideños de Estrasburgo se vieron compensados con creces por las alguna botellas de Riesling y Pinot Noir  que eran como golpes de emociones en cada sorbo,  y el  increíble sabor de  un primer Baeckeoffe  Carne de cerdo, mucha cebolla, aderezo  secreto y  un increíble cazuela  hierro fundido  que parecía la  marmita de todos los sabores…

La forma, el color y la marca quedaron para siempre grabados en mi memoria. STAUB era símbolo de calidad desde ese primer momento para mí.  Era bonita,  resistente y  me recordaba a las sartenes de hierro fundido que mi abuela usaba para cocinar  en el viejo horno panadero de casa en el pueblo cuando había algún evento especial en la familia.

Con el tiempo descubrí que STAUB era mucho más que una cazuela de hierro. La aventura de Staub comenzó en Alsacia,  en 1974, de la mano de Francis Staub. Desde entonces, todos sus productos, fabricados en Francia, se han caracterizado por la excelencia y se ha convertido en una marca de referencia tanto en Francia como a nivel internacional.   Esas cazuelas pan prestigio a cualquier cocina.

No es casualidad que Francis Staub diseñara aquí su primera Cocotte de hierro fundido en 1974, sentando así las bases de la empresa STAUB. Pocas cosas han cambiado desde entonces, ya que solo los utensilios de cocina hechos con materiales de la más alta calidad y de acuerdo con los principios de la artesanía tradicional, son lo suficientemente buenos para la preparación de obras maestras culinarias.

Son piezas que aunan eficacia, calidad y diseño es siempre objetivo en los utensilios de cocina, aunque sean sólo unas pocas piezas las que saldrán más allá de los fogones para conquistar las mesas. Han pasado más de 50 años, pero la idea inicial es lo más importante y la calidad se demuestra en el día a día.

Las cocottes de la marca francesa STAUB combinan estos factores en un resultado digno de coleccionistas, ya que cada una de sus piezas es única, con un proceso de fabricación tradicional con más de 100 controles de calidad.

La definición oficial de Cocotte nos describe una cazuela de paredes gruesas, fabricada normalmente en hierro fundido y con siglos de tradición en la cocina europea. Encontramos piezas similares en otras culturas, es parecida al tetsunabe japonés y está relacionada con el potjie sudafricano y la bedourie australiana, pero cuando hablamos de cocottes es inevitable remitirnos a la tradición francesa en cuanto al diseño y fabricación de estas piezas.

La cocotte es la joya de la corona de STAUB (y la cazuela favorita de los cocineros más famosos del mundo). Gracias a su tapa con sistema de goteo continuo los platos quedan deliciosos y sanos, al conseguir que el agua condensada se distribuya uniformemente sobre los alimentos durante la cocción, conservando un 10% más de humedad que una olla convencional. Con excelentes propiedades de retención de humedad, asegura una cocción con riego uniforme a fuego lento, gracias al efecto “lluvia de sabores”, tecnología que favorece que los alimentos preserven los valores nutricionales de los ingredientes, la intensidad de los sabores y un resultado tierno y jugoso.

Por supuesto que estas piezas están hoy en algunos de los mejores restaurantes de mundo.  Si embargo,  hay un nombre que está por encima de todo.  STAUB ha sido durante décadas  el arma de trabajo del gran Paul Bocuse. Si un sólo chef pudiera simbolizar el arte de la cocina francesa sería Paul Bocuse, una larga vida dedicada a la cocina al más alto nivel con logros increíbles. Votado como «Chef del siglo»  y apodado el «Papa de la gastronomía», su máximo reconocimiento fueron sin duda sus 3 estrellas Michelin, que se celebraron durante 50 años en su Auberge du Pont de Collonges, cerca de Lyon. Hijo de restaurador, aprendió entre los grandes y su cocina simple y clásica es considerada como una forma de arte.

Incluso después de su fallecimiento, Paul Bocuse sigue siendo una a institución, gracias a sus restaurantes, su fundación, sus escuelas y sus libros, los cuales continúan su tradición de «la bonne cuisine», como a él le gustaba llamarla, era la imagen de su persona: simple, accesible y auténtica. Staub es parte de ese concepto…  Lo bien hecho bien parece.

Todo un clásico que vuelve para continuar inspirando recetas y alegrar mesas y cocinas. Fabricadas con la técnica mayólica en su esmaltado,  que le otorga un brillo único y un tono de profunda intensidad, las cocottes y cacerolas STAUB son ideales para guisos que requieran una cocción lenta, el hierro fundido retiene y distribuye el calor uniforme y eficientemente. Su perfecto acabado garantiza una duración extrema, a prueba de rasguños, óxidos y decoloraciones. Dispone de un recubrimiento interior negro ligeramente texturizado que facilita el sellado en las primeras fases de cocción.

Desde el año 2008 Staub forma parte del grupo alemán Zwilling, especialista en cuchillería y utensilios de cocina… La leyenda sigue y la memoria  se mantiene viva.

 

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