Tabernas históricas de Madrid
Dicen que están llenas de turistas… y ¿qué? Conocer el patrimonio histórico de una ciudad incluye conocer sus bares. Madrid es un pueblo de tabernas, bares y casas de comidas. Aunque el diseño, lo “cool”, lo “trendy” y lo “fashion” necesita “carnaza efímera”, los lugares clásicos merecen un respeto, una visita y esa parada con caña, que sigue marcando la diferencia a la hora de callejear sin más referencia que ir de bares.
Cl. Puerta Cerrada, 11, Tlf: 913 663 166.
Su fachada lo dice todo. Roja y verde, con la fecha de apertura junto al nombre. En Casa Paco no hay nada “vintage”, todo es absolutamente auténtico. ¿En qué consiste su secreto? Precisamente en dar lo que promete, y nada más: comida tradicional al estilo mediterráneo, un restaurante experimentado y mucha devoción hacia el cocido y los callos madrileños y lugar adecuado para el jolgorio y la caña.
La azulejería y los rótulos nos remiten a tiempos anteriores al móvil, el iPad, y las prisas, pero eso ahora lo hacen muchos. La diferencia es que esto no es un simulacro franquiciado, es real. Buen trato, grandes tapas (gran variedad de tortillas y croquetones, cómo no), poco espacio y mucho ruido, como mandan los cánones. Un bar de los de toda la vida ubicado en un excelente lugar, donde podemos revivir sensaciones auténticas de una buena taberna, de esas que nunca mueren.
Casa Alberto. Cl. Huertas, 18, Tlf: 914 299 356
Las mismas puertas de madera rojas que dan entrada a otras tabernas tradicionales de Madrid nos dan la bienvenida, con una diferencia: aquí todo es auténtico, como demuestran sus ya casi dos siglos de historia. Ubicada en el lugar donde vivió Cervantes, el negocio ha reunido bajo su techo a todo tipo de intelectuales y artistas, desde toreros hasta escritores, algo que se referencia en sus paredes.
Taurina y teatral, todo en Casa Alberto – incluyendo los reconocimientos, una pista para distinguirla de los fraudes – nos indica que hemos dado en el blanco en lo que a aperitivo se refiere. En la barra, tapas de callos, croquetas y pimientos, además de la tradicional tortilla. Y en el restaurante, todo tipo de guisos de cuchara, carnes rojas y pescados contundentes que demuestran que, aparte del vino y la tapa rápida, también son capaces de querer de manera especial al cliente.
Casa Camacho. Cl. San Andrés, 4. Tlf: 915 313 598
Cambiamos de registro y nos vamos al aguardiente. Aunque en un buen bar de barrio como el presente, de todo hay, como en botica. Fundada en la década de los 20 del siglo pasado, aquí son expertos en lo que denominan el ‘Yayo’, famoso en toda Malasaña. Una demoledora combinación de ginebra, casera y vermut (este último la especialidad de la casa) que, bien complementado con una tapa clásica, nos puede convertir una buena mañana de sábado en otra memorable.
La decoración de guerrilla y las tapas españolas, de las de verdad (anchoa, bonito, pepinillo y, en general, todos los sabores fuertes), convierten Casa Camacho, con su espacio reducido y el trato madrileño, en un lugar genuino mucho más adecuado para expertos patrios que para turistas blandengues.
Casa Ciriaco. Cl. Mayor 84, Tlf: 915 480 620.
Si la tradición en Madrid tiene un nombre, ése debe ser el de la presente, ubicada –de manera nada casual- cerca de la Opera, al lado de la Almudena, y en la calle Mayor, en pleno centro de la capital. Una casa de cerveza, vino y comidas caseras constantemente poblada por clientela del lugar y también turistas. El pisto, las croquetas y las empanadillas, bien… como también su famosa gallina en pepitoria.
Aquí ha pasado de todo. Desde un atentado contra Alfonso XIII hasta el punto de reunión para los amigos de Mingote. Aquí ha parado todo el mundo, Julio Camba, el Viti, o Gento. La vida es excesivamente corta para beber mal vino. Las reuniones se alargan con un trato sencillo y directo que no existe en ninguna otra parte salvo en estos salones con décadas de historia.
Casa Labra. Cl. Tetuán, 12, Tlf: 915 310 081
Quien baje o suba a pie entre Callao y Sol conocerá seguro este mítico local, ubicado al lado y enfrente de El Corte Inglés, que llena su terraza de gente – el interior es minúsculo – haga frío o calor. Casa Labra es para el aficionado a las Tabernas, como el campo del Boca, para el aficionado al fútbol.
Sus míticos y sabrosos croquetones de bacalao, bien complementados con cerveza o vino blanco, rosado o tinto, aunque mejor de Valdepeñas, de alguna manera nos trasladan un siglo hacia atrás, por mucho que sus incursiones en la cocina contemporánea funcionen muy bien. Su papel en la fundación del PSOE y en general en la mitología madrileña lo convierten en imprescindible.
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