MAZDA CX-60, UN LUJO DISCRETO
Desde sus orígenes, Mazda ha sido una marca profundamente arraigada en la cultura del esfuerzo, la ingeniería y el arte. Con sede en Hiroshima, Japón, este fabricante ha forjado su reputación a base de principios distintos a los del grueso de la industria. A lo largo de las décadas ha entregado al mundo coches tan míticos como el MX-5, ha revolucionado conceptos con motores como el Wankel y ha defendido con orgullo tecnologías propias. Sin embargo, la transformación de Mazda en la última década ha sido más sutil y ambiciosa: se ha propuesto competir, sin alardes, con las marcas premium europeas.
De todos sus modelos, el CX-60 (https://www.mazda.es/gama/mazda-cx-60/)es el que mejor resume todos esos elementos. Es un coche espectacular, pero que seduce desde la sencillez… Su calidad no necesita grandes dramas. Cuando ya lleva unos años en el mercado, se nota que es un producto de referencia.
El CX-60 aterrizó en 2022 como el primer integrante de una nueva generación de “grandes” productos de la marca. Su aparición marcó varios hitos simultáneos: no solo fue el primer vehículo de arquitectura longitudinal y tracción trasera en décadas dentro de Mazda, sino también su primer híbrido enchufable de producción. Desde el primer vistazo, quedó clara la nueva orientación de la firma japonesa: diseño escultural, interiores cuidados hasta lo artesanal, y una puesta en escena que nada tiene que envidiar a los SUV premium alemanes o escandinavos. Incluso los supera en mucho detalles… Aquí less is more
El diseño del CX-60 nace del lenguaje Kodo, una filosofía estética que entiende el movimiento como una forma de arte. Cada línea, cada pliegue en su carrocería ha sido concebido siguiendo esa visión. El frontal imponente con su parrilla tridimensional y los faros afilados transmite fuerza y serenidad a partes iguales, mientras que su silueta, con un largo capó y voladizos cortos, denota una concepción clásica del automóvil, propia de vehículos con propulsión trasera. Todo encaja
El interior es otra declaración de intenciones. Mazda ha querido distinguirse no solo por calidades, sino por su filosofía de diseño. Lejos del barroquismo tecnológico de ciertos competidores, los japoneses han preferido inspirarse en el “ma”, el arte del espacio vacío, y en el “omotenashi”, el espíritu de hospitalidad japonés. El resultado es un habitáculo elegante, sereno y acogedor. Maderas auténticas, cuero napa, tejidos con costuras japonesas a la vista, y una disposición clara de mandos transmiten una atmósfera casi artesanal. Tecnológicamente, el CX-60 está a la altura de los tiempos con un cuadro de instrumentos digital de 12,3 pulgadas, una pantalla central del mismo tamaño, conectividad sin cables y un Head-Up Display amplio y preciso que proyecta información sobre el parabrisas.
Pero el alma de este coche no está solo en cómo se ve o se siente, sino en lo que lo mueve. El Mazda CX-60 ha nacido con una gama mecánica audaz y distintiva. En lugar de seguir las tendencias del downsizing, la marca ha apostado por la eficiencia a través de la tecnología y una concepción más pura de la ingeniería. El gran protagonista de la gama es el híbrido enchufable, el Mazda e-Skyactiv PHEV. Esta motorización combina un motor atmosférico de 2,5 litros y cuatro cilindros con un motor eléctrico y una batería de 17,8 kWh. Juntos, desarrollan una potencia máxima de 327 CV y un impresionante par de 500 Nm. Esta configuración le permite acelerar de 0 a 100 km/h en solo 5,8 segundos, con un consumo oficial que ronda 1,5 litros cada 100 kilómetros y una autonomía eléctrica cercana a los 63 km, suficiente para afrontar la rutina diaria sin emisiones.
Para los amantes del diésel, Mazda sorprende con una alternativa que desafía el ocaso del gasóleo. El motor e-Skyactiv D es un seis cilindros en línea de 3,3 litros, dotado de tecnología de microhibridación de 48 voltios y una innovadora combustión DCPCI que mejora la eficiencia y reduce notablemente las emisiones.
En conjunto, el Mazda CX-60 ofrece una experiencia de conducción sofisticada y sólida. La arquitectura longitudinal, es decir, el motor colocado en el eje delantero pero longitudinalmente, permite una distribución del peso muy equilibrada. El bastidor es robusto, y en la edición de 2025 se han realizado mejoras en la puesta a punto de la suspensión trasera, endureciendo los amortiguadores y ablandando ligeramente los muelles para lograr mayor aplomo sin sacrificar confort. El comportamiento dinámico, sin alcanzar el grado de deportividad de un sedán deportivo, es notablemente más refinado que el de muchos competidores en su segmento.
En el 2025, la gama del CX-60 se ha consolidado con acabados más detallistas como el Takumi Plus o el Homura Plus. Vienen acompañados de elementos exclusivos como techo solar, llantas de 20 pulgadas, sistema de sonido Bose con 12 altavoces, detalles en madera y hasta cuero blanco. La atención al detalle es exquisita. También se ha sumado a la paleta de colores un nuevo tono llamado Zircon Sand Metallic, que resalta sus líneas de forma elegante y discreta.
Ahora bien, para quienes buscan el mismo nivel de refinamiento pero en un formato más familiar, Mazda ha lanzado recientemente el CX-80, con el que comparte plataforma y motorizaciones, pero no enfoque. El CX-80 es un SUV más largo (5 metros de largo frente a los 4,75 del CX-60) y ofrece una tercera fila de asientos que le permite configuraciones de seis o siete plazas, ideal para familias numerosas o aquellos que desean mayor versatilidad sin renunciar a la calidad premium japonesa. A nivel mecánico, el CX-80 mantiene el mismo sistema híbrido enchufable de 328 CV y el diesel de seis cilindros de 254 CV, siempre con tracción total en este caso.
El comportamiento del CX-80, debido a su mayor longitud y peso, es más sereno y enfocado al confort en autopista que a una conducción ágil. El CX-60, siendo más corto y ligero, ofrece un tacto más cercano al de un coche dinámico. La elección entre ambos dependerá del uso que se le quiera dar al vehículo. Por precio, el CX-80 se sitúa unos 3.000 a 5.000 euros por encima del CX-60, una diferencia justificada por su mayor tamaño y habitabilidad.
Por eso con el CX-60, Mazda no solo ha llegado al segmento D-SUV con un modelo atractivo, eficiente y muy bien construido. Lo ha hecho con una idea clara: demostrar que la calidad, la innovación y la cultura del automóvil todavía tienen cabida en pleno 2025. Sus competidores deben estar atentos, porque Mazda ya no es sólo una opción alternativa. Es, cada vez más, una elección sensata y apasionada a partes iguales.

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