CABRA DE MORA
La belleza es mejor que el tamaño.
La carretera que nos trae de Alcala de la Selva es algo único… pero el premio está al llegar a Cabra de Mora. ¿Dónde estoy? Pues en un lugar que marca la diferencia, porque nadie se lo espera.
A poco más de 50 kilómetros de Teruel, puedes encontrar tu escapada ideal. ¿No te lo crees? ¿En serio? Pásate por el pequeño pueblo de Cabra de Mora, con poco más de 50 habitantes y uno tiene la sensación de llegar a una isla del bienestar. No te arrepentirás.
La historia ha marcado la vida cotidiana de este pueblo. Sus raíces se hunden en el antiguo pasado árabe de la península. Un lugar que presume de su riqueza histórica y de un entorno natural privilegiado, con tradiciones muy arraigadas. Documentado desde 1309 y que vivió su esplendor económico y arquitectónico entre los siglos XVII y XX, gracias a la explotación del agua y al auge de industrias textiles, molineras y cerámicas.
Aunque también guarda huellas de un pasado mucho más lejano. Con la Roca Hernando viajamos al Paleolítico: una piedra de más de 5 metros de largo y 2 de alto que contiene arte rupestre y que está considerada Bien de Interés Cultural.
Entre los lugares que no te puedes perder, si finalmente te decides a visitar este rinconcito de historia, están varios de estos imprescindibles. La Iglesia de San Miguel Arcángel es una visita obligada. Consagrada en 1729 y construida en torno a la tradición clásica del siglo XVIII, es una joya patrimonial que no puedes pasar por alto. Su campanario parece que vigila el rio, es un lugar de referencia para los ciclistas que recorren la zona.
Pero no es el único lugar que merece la pena. Sus numerosas ermitas son auténticas maravillas. Destacan especialmente la de la Escala Santa, declarada Bien de Interés Cultural en 2001, la de Loreto y la de los Desamparados. Además, el municipio cuenta con una particularidad única en la zona: su iglesia conserva un órgano del siglo XVIII, el último de la comarca Gúdar-Javalambre que mantiene sus tubos originales. Actualmente, se encuentra en proceso de restauración.

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Entre montañas y ríos, Cabra de Mora también es un paraíso para los amantes de la naturaleza. Podrás disfrutar de actividades al aire libre como senderismo, ciclismo o simplemente relajarte con un picnic en plena naturaleza. Es un lugar perfecto para recorrer a pie o en bicicleta y desconectar del ruido de la ciudad.
Y si lo tuyo es la gastronomía, aquí también vas a disfrutar. Solo hay un restaurante. Natalia y Simón demuestra que la hermandad ucranio dominicana funciona muy bien en la cocina. Migas, ternasco al horno o trufas son solo algunos de los sabores que te enamorarán. Sus espetos de carne son una pasada. En invierno, la tradicional matanza del cerdo permite la elaboración de embutidos caseros con ingredientes de primera calidad, manteniendo el sabor de lo auténtico.
Y en verano aquí hay fiestas, para que la gente baile en la plaza. La Asunción de la Virgen y San Roque (15 de agosto), y San Miguel Arcángel (29 de septiembre), son dos de las celebraciones más destacadas. Días grandes en los que el pueblo se viste de gala y se llena de tradición, música y alegría. No te los puedes perder.

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