BRASAS, HORNOS, AMIGOS Y MUCHAS CASTAÑAS: Destinos para disfrutar de los otros frutos del bosque
Está claro que las castañas contienen un sabor mágico y, a pesar de que son famosas por comerse asadas en otoño, también forman parte de la gastronomía general de la península. Por eso, en esta ocasión, hemos querido sorprenderte con las 3 mejores escapadas gastronómicas que tienen como protagonista la temporada de las castañas y del vino.
Valle del Genal y la Fiesta del Tostón en Málaga
Otro destino perfecto para disfrutar de la temporada de castañas es el Valle del Genal, en la provincia de Málaga. Durante el otoño, este valle se viste de tonos dorados y rojizos, ofreciendo rutas de senderismo por sus castañares. Una de las tradiciones más esperadas es la Fiesta del Tostón, en la que se asan castañas al aire libre mientras los visitantes disfrutan de la naturaleza y la cultura local.
El Valle del Genal se encuentra ahí todo el año, pero es en otoño cuando despierta más piropos. Los colores de esta estación tiñen sus bosques de castaños creando preciosas estampas que invitan a caminar y a perderse por sus sendas. Entre las sierras y los tupidos espacios naturales, pequeñas manchas blancas (excepto una que es azul) salpican el entorno, son los 15 pueblos de este privilegiado valle.
Técnicamente, este valle se encuentra entre la Serranía de Ronda y la Sierra de las Nieves, y uno de sus focos naturales más importantes y conocidos es el Bosque del Cobre. El nombre de este bosque de castaños ya da una pista de los colores imperantes en el mismo, sobre todo en otoño, donde se dan cita una sucesión de tonos rojos, ocres y cobrizos.
El agua es el otro elemento del valle. Una sucesión de riachuelos y ríos que cruzan la comarca, como el Guadalteba, el Guadiaro y el Genal. El sonido de estas corrientes de agua mezclado con la sinfonía tonal de castaños y alcornoques crean una bonita experiencia en el viajero amante del senderismo. Benarrabá y Atajate son pueblos encantadores. Igualeja presume de ser blanca y serrana y no podemos irnos de la zona sin una visita a Pujerra y su Museo de la Castaña. Benadalid y su castillo siempre nos servirá como reclamo.
El valle de Vilanova de Meià
El valle de Vilanova de Meià es una zona pintoresca de la comarca de la Noguera, provincia de Lérida, que se encuentra rodeada de montañas y prados. Es un lugar excelente para una excursión tranquila, donde también podrás disfrutar de la fauna y flora locales. El valle ofrece un ambiente idílico para pasar una mañana o una tarde de otoño recogiendo castañas y disfrutando de la naturaleza.
Realmente es casi un escondite para los que buscan un destinos tranquilo. El término municipal ocupa una apacible cuenca entre las sierras del Montsec de Rúbies y la Serra de Manent, configurando un entorno ideal para el senderismo y las actividades en la naturaleza lejos de los principales destinos turísticos. El pueblo conserva el encanto medieval de su antigua villa fortificada. Con este espíritu histórico el viajero accede al casco antiguo bajo un portal gótico tras el cual se encierra un enjambre de callejones estrechos y empinados.
Los castaños se pueden encontrar en diferentes partes del valle, especialmente en las
zonas más sombrías y húmedas. Esta área también cuenta con una gran
biodiversidad y es probable que encuentres otras especies de árboles que conviven
con los castaños.
El paseo por las entrañas de Vilanova conduce a lo alto de la suave colina en la que se asienta el pueblo, presidida por la majestuosa Iglesia de Sant Salvador. El templo es de origen románico con aportaciones posteriores. En el interior, dos vírgenes comparten el culto de los vecinos: la talla románica de la Mare de Déu de Meià y la gótica de la Mare de Déu del Roser. En lo alto de la colina se encuentran también los restos del antiguo castillo y el pueblo original. En este recinto destaca la antigua capilla de la fortaleza, hoy Santuario de la Mare de Déu del Puig de Meià. Una romería renueva cada año a principios de mayo el culto local por esta virgen. La ruta por el término municipal fija parada también en interesantes pueblos de aire medieval como Santa María de Meià, que presenta una espaciosa colegiata barroca, Lluçars, Garzolà, Tórrec y Argentera.
La Sierra de Francia: Castaños y vinos como reclamo
La Ruta del Vino Sierra de Francia es una de las escapadas gastronómicas más originales de otoño, combinando naturaleza, micología y castañas, producto estrella de la región. Esta ruta ofrece una inmersión en un entorno de bosques de castaños, donde podrás disfrutar de un recorrido de 9,2 kilómetros por el ‘Sendero Micológico’ entre Montemayor del Río y El Cerro, con vistas y paisajes que parecen sacados de un cuento.
Tras la caminata, puedes visitar Castañas y Derivados El Cerro, donde degustarás castañas de formas variadas: al natural, secas, en harina, en crema y en almíbar. Las técnicas tradicionales y el clima favorable aportan a las castañas un sabor y calidad excepcionales.
Opcionalmente, puedes complementar la experiencia con paseos guiados por el histórico Montemayor del Río y comidas en restaurantes locales, además del transporte para facilitar tu visita. Mucho y bueno se puede disfrutar en una de la comarcas más atractivas de Castilla y León, con el otoño como gran reclamo.
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