EN RUTA POR LA MURCIA MÁS VERDE: EL VALLE DE RICOTE
Murcia es una región sorprendente, donde la vida florece en un paisaje que combina huertas, palmeras y montañas. Hoy nos adentramos en esta región con una ruta que comienza en las playas del Mar Menor y nos lleva a través de campos de golf y valles verdes, hasta llegar a las tranquilas playas de Calabardina. A medida que avanzamos, descubrimos que el legado árabe aún resuena en estos paisajes luminosos, como en el Valle de Ricote y la Sierra Espuña.
Al entrar en el Valle de Ricote, nos rodean huertas y palmeras, un verdadero oasis donde la cultura árabe aún pervive. Aquí encontramos pueblos como Abarán, Archena y Cieza, que muestran la herencia de los moriscos y una rica vida agrícola.
Las alquerías y las norias, utilizadas aún para llevar el agua del río hasta los cultivos y regarlos, son un testimonio del ingenio árabe. Abarán, en particular, alberga varias norias que, aunque algunas ya no funcionan, son un hermoso recordatorio del pasado. Aquí podemos descansar y disfrutar de una comida casera, conversando con los agricultores locales sobre su vida en esta tierra fértil.
En Ulea, encontramos una iglesia con reminiscencias de una antigua mezquita, rodeada de chumberas. Y en Ojós, la iglesia de San Agustín nos recibe en medio de callejuelas que evocan la historia morisca de la zona.
En las proximidades de Ricote, las zonas de pinar nos sorprenden, ofreciendo un lugar ideal para caminar. Las rutas señalizadas nos llevan a miradores con vistas espectaculares, especialmente agradables en primavera, lejos del calor del verano. Blanca, con su imponente castillo y sus antiguas calles, se convierte en una parada obligatoria también.
Continuando hacia Cieza, nos dirigimos al oeste, rumbo a Calasparra, un lugar famoso por su arroz, el único en España con denominación de origen. Aquí, las familias aún se dedican a cultivar este grano, manteniendo viva una tradición que se remonta siglos atrás.
Desde Calasparra, la carretera nos lleva a las Sierras de la Puerta y de los Cambrones, revelando rincones escondidos y paisajes impresionantes. Aunque las carreteras son estrechas y algo complicadas, la experiencia de explorar estos parajes vale la pena.
Un poco más adelante, Caravaca de la Cruz se alza como un punto estratégico, un bastión cristiano que ha resistido la historia. Este pueblo invita al descanso y al disfrute de la naturaleza que todavía permanece en gran parte desconocida.
El casco urbano de Caravaca, restaurado y lleno de historia, nos lleva a su castillo del siglo XV, que domina la localidad. Este año, el pueblo celebra el Año Jubilar, una ocasión única para descubrir su riqueza cultural y disfrutar de todo lo que ofrece.
Siguiendo con nuestra ruta de castillos, llegamos a Lorca. Aquí merecerá la pena caminar por sus alrededores, donde el castillo es un centro de actividad cultural y un futuro parador que promete ser un gran atractivo.
Poco a poco nos aproximamos a la costa, hasta llegar a Águilas, con el Cabo Cope y Calabardina, un lugar que se ha salvado del turismo masivo de los últimos años. Explorar este Parque Regional desde la antigua torre de Cope, construida en el siglo XVI, es una experiencia maravillosa. Los acantilados impresionantes y las dunas fósiles son el hogar de especies protegidas que no debemos molestar.
Murcia, con su verde exuberante, su historia rica y su deliciosa gastronomía, nos ofrece un sinfín de experiencias que merecen ser descubiertas. Desde las tranquilas huertas hasta las impresionantes playas, cada rincón tiene su propia historia y su propio encanto, esperando a ser explorado por quienes buscan un viaje auténtico. Así que, ¿por qué no aventurarse y descubrir todo lo que esta hermosa región tiene para ofrecer?
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