La Rioja tierra de castillos y vida rural
La Rioja, tierra de vinos y paisajes encantadores, también alberga un rico patrimonio histórico en forma de castillos y fortalezas. Estas impresionantes construcciones, muchas de ellas erigidas entre los siglos IX y XV, reflejan la importancia estratégica de la región durante la Reconquista y los conflictos entre reinos medievales. Estos combinan historia y belleza arquitectónica, los castillos riojanos nos transportan a un pasado de batallas, alianzas y resistencia. En este recorrido, exploraremos la historia, la arquitectura y las curiosidades de estas fortalezas, testigos silenciosos de la evolución de La Rioja a lo largo de los siglos.
1.- Castillo de los Velasco en Cuzcurrita de Río Tirón
En pleno casco histórico de Cuzcurrita, junto al río Tirón, se encuentra el Castillo de los Velasco que fue construido a finales del siglo XV por Pedro Suárez de Figueroa. Se trata de un recinto amurallado con cubos en los ángulos y una esbelta torre del homenaje, que no tiene ninguna ventana en sus muros.
En el siglo XVI, durante el reinado de Felipe II, Pedro de Velasco, IX señor de Cuzcurrita, fundó mayorazgo al casarse con Marta de Rojas y Osorio, labrando el escudo de armas de la portada en arco apuntado en el muro norte, defendida por un bello matacán.
En la parte trasera del castillo, junto al lavadero, está la cascada que cae desde el canal que nace en la presa y vuelve a juntarse con el Tirón en este punto. Hoy en día se ha convertido en uno de los castillos en La Rioja mejor conservados.
2.- Castillo de Leiva: futuro Centro de Interpretación de los Castillos de La Rioja
El castillo de Leiva, situado en la villa del mismo nombre, se encuentra al suroeste de la población, junto al río Tirón. Su estructura es rectangular, rodeada por un foso perimetral, con un patio porticado y cuatro torreones en las esquinas. Tres de ellos son octogonales, mientras que el del sureste, de mayor altura y forma decagonal, funciona como torre del homenaje.
Su origen se remonta a 1335, cuando Juan Martínez de Leiva construyó una torre fuerte, la cual se derrumbó en 1478. Posteriormente, Ladrón de Leiva impulsó la construcción del castillo actual. En el siglo XVIII, sufrió remodelaciones para adaptarlo a un uso residencial. Durante el siglo XX, fue empleado como almacén agrícola y oficinas, y en los años 80 y 2000 se realizaron diversas reconstrucciones para restaurar sus estructuras dañadas. Cuenta con 4 torres octogonales y una superficie de 1.110m².
A lo largo de su historia ha tenido distintos usos y propietarios. En la actualidad pertenece al Gobierno de La Rioja que ha anunciado la creación en este castillo del Centro de Interpretación de los Castillos de La Rioja, con casi 3 millones de euros de inversión.
3.- Castillo de Cornago
El Castillo de Cornago se construyó en el siglo XIII sobre una fortaleza anterior del siglo IX. Se encontraba en una zona fronteriza entre los reinos de Navarra, Castilla y Aragón. Además, el castillo tuvo un papel estratégico en la defensa del valle del Ebro. Presenta una estructura con cuatro torres de diferentes formas y dos muros, uno de ellos posiblemente utilizado como refugio en tiempos de guerra.
Vinculado al linaje de los Luna, fue otorgado por el rey Enrique a Juan Martínez de Luna tras la batalla de Nájera. Más tarde, Álvaro de Luna recibió Cornago como regalo del rey Juan II y favoreció la concesión de su fuero en 1545. Con el tiempo, la familia sufrió problemas económicos y terminó empeñando parte de sus posesiones. El castillo fue habitado hasta el siglo XVII, cuando quedó abandonado.
El castillo se utilizó como cementerio desde el siglo XIX hasta los años 80 del siglo XX, cuando comenzaron los trabajos de rehabilitación. De los castillos en La Rioja Baja, este es el más representativo de la zona.
4.- Castillo de Enciso
El castillo de Enciso es uno de los más antiguos de La Rioja, con una planta ovalada adaptada al cerro sobre el pueblo. Cuenta con dos recintos: uno central, con una torre cuadrada y otra elipsoidal, y otro exterior, con murallas y un torreón cuadrado. Se accede desde la plaza del pueblo por la calle de la Virgen.
Su origen podría ser musulmán. En 1109 era gobernado por Fortún Íñiguez y en 1184 pasó a Diego Ximénez por donación de Alfonso VIII. Desde entonces perteneció al señorío de Cameros hasta 1246, cuando fue vendido a la orden de Calatrava.
El Castillo de Enciso se encuentra en la parte más alta de la población detrás de la iglesia. Actualmente, se encuentra en estado de ruinas.
5.- Castillo de Davalillo
El castillo de Davalillo, situado sobre un cerro a 5 km de San Asensio, cuenta con un recinto amurallado y una torre del homenaje de planta poligonal. Probablemente construido en tiempos de Alfonso VIII para defender la zona de Navarra, aparece documentado por primera vez en 1367, cuando Enrique de Trastámara lo entregó a Carlos el Malo de Navarra. Posteriormente, perteneció al señorío de los Manrique, duques de Nájera, y fue motivo de disputa con los Velasco, condestables de Castilla.
Se accede por el camino hacia la ermita de Nuestra Señora de Davalillo. Su ubicación permitía vigilar el valle del Ebro, destacando por su complejidad defensiva. Cada año, en la romería de la Virgen de Davalillo, los habitantes del pueblo suben al castillo como parte de una tradición local.
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