ESTACIONES CON OTRO USO

Digan lo que digan el encanto de los antiguos viajes en tren está a salvo. Tiempo y espacio no es lo que eran, porque las comunicaciones han cambiado y el tren parece ser una reliquia. Las charlas en las estaciones, la lentitud sin inconveniente o admirar el paisaje son de otro tiempo. Todo va muy rápido. Sin embargo, aún quedan estaciones de tren donde no miramos el reloj ni exigimos velocidad. Por ejemplo, en estas curiosas estaciones de tren convertidas en casas rurales donde podemos organizar una escapada rural diferente, con encanto e historia, rodeados de naturaleza.


1.- SAN PEDRO DE CALDAS (SEGOVIA)

En la antigua estación de tren de mercancías de Yanguas hay vida. Es la antigua fonda de la estación de Yanguas de Eresma, embarcando y desembarcando mercancías, se cobijaban los pasajeros. Sobre su planta se ha asentado la casa rural San Pedro de Caldas. Hoy es un hotel rural que sigue albergando viajeros en sus 14 habitaciones (dos suites) y dando lo mejor de la cocina tradicional a los que visitan el lugar.

Estamos cerca de Segovia y por extensión no muy lejos de las Hoces del Duratón, donde se pueden ver buitres leonados, y por qué no la Ruta de los Castillos de Segovia, Turégano y Coca. Como curiosidad, en el pueblo hay una fuente en donde, tanto en invierno como en verano, el agua brota a 20º. Una maravilla.


2 LA ESTACIÓN DE RABANERA (BURGOS)

De nuevo en el entorno del Parque Natural del Cañón del río Lobos y las Lagunas de Neila y Negra, se ubica la casa rural Estación de Rabanera. Un antiguo edificio en el que aún se pueden ver las vías del tren, reformado, con encanto y con la mejor cocina casera. La casa está situada en las afueras de Rabanera del Pinar, en Burgos.

Singular casa rural ubicada en la antigua estación de tren de Rabanera del Pinar, en la línea Santander-Mediterráneo, cerrada al tráfico en 1984. El edificio de la antigua estación es el que constituye la casa rural, es un edificio pintoresco de dos alturas.

En su momento en la planta baja se ubicaba la sala de espera, la taquilla o las oficinas del jefe de estación y en la planta superior la vivienda de éste. Ahora en la planta baja se ubica el salón-comedor, la zona de estar, la cocina (totalmente equipada) y un aseo de cortesía. En la planta superior, se encuentran las 5 habitaciones dobles (2 con cama de matrimonio) y tres baños.


3.- LA ESTACIÓN DEL RÍO LOBOS (BURGOS)

Como la propia naturaleza, nada se desaprovecha porque todo se adapta. Habíamos visto cuadras reconvertidas en hermosos alojamientos. Todavía nos quedaba por ver La estación del río Lobos: los antiguos baños de la estación ferroviaria de Hontoria del Pinar. Un trabajo de rehabilitación y buen gusto a menos de 1 km del Parque Natural del Cañón de río Lobos, en Burgos.

Esta antigua edificación ferroviaria formaba parte de la mítica línea que unía Calatayud con Cidad-Dosante, en Burgos. Esta conexión se gestó como parte de un proyecto más amplio que pretendía unir los puertos de Santander y Sagunto. Los trabajos para poner en marcha esta ambiciosa línea comenzaron entre finales del siglo XIX y principios del XX.

En 1920, las diputaciones de Burgos, Santander, Soria y Zaragoza impulsaron los tramos centrales de este ferrocarril Santander-Mediterráneo. Finalmente en 1930 se completaba el tramo entre Calatayud y Cidad-Dosante. No obstante, la conexión con Santander nunca llegaría a culminarse, pues quedó incompleta a falta de 35 km de vía. El tramo terminado estuvo en funcionamiento varias décadas hasta que el 1 de enero de 1985 fue clausurada por completo la línea, condenando con ello al olvido y abandono algunas infraestructuras como esta.


4.- ESTACIÓN DE SERON. ALMERIA.

El Valle de Almanzora tiene magia. En las diferentes grutas y cuevas halladas en el entorno del municipio de Serón ponen de manifiesto que este es un lugar que ha estado habitado desde la Prehistoria. Ya en época musulmana la localidad recibió la denominación de Sayruny, será durante este periodo cuando comience a desarrollarse el núcleo de población de la actual Serón, que surgió en torno a un castillo-fortaleza construido en el siglo XIII.

Al igual que otros municipios de la zona del Valle del Almanzora, esta localidad tuvo una especial trascendencia en episodios como la guerra de las Alpujarras. La rebelión morisca fue especialmente sangrienta en este pueblo del que, finalmente, la población musulmana fue expulsada tras soportar varios meses parapetados en el castillo de Serón. La repoblación de la localidad se llevó a cabo mediante familias procedentes del resto de la península.

Ya durante el siglo XIX se produjo un importante proceso de industrialización y modernización de la zona como consecuencia de la fiebre minera que se desarrolló en el Valle del Almanzora, donde comenzaron a proliferar fábricas dedicadas a la extracción de minerales. No obstante, a mediados del siglo XX la industria minera decayó de manera progresiva hasta ser anecdótica en la actualidad, lo cual trajo consigo un declive en la zona que se vio acentuado por el éxodo rural.

Como testigo de este reciente pasado minero aún quedan instalaciones como el poblado minero de Las Menas o los cargaderos ubicados en las proximidades del municipio que servían para transportar las mercancías mineras hasta el ferrocarril para su comercialización.

Asimismo, Serón posee un importante patrimonio arquitectónico y cultural en el que destacan edificios como el castillo –en torno al que nació el pueblo–, que preside el municipio desde su zona más alta; o la iglesia de Nuestra Señora de la Anunciación, que data del siglo XVII y pertenece al estilo mudéjar. Además llaman también la atención otros rincones del municipio como el Centro de Interpretación del Valle del Almanzora Aire, donde se analiza la importancia que este elemento posee para la vida cotidiana en la comarca; o la conocida como Estación de los Cuentos, una exposición permanente dedicada al mundo del libro, el cuento y la  palabra.


5.- ALOJAMIENTO VAGÓN RURAL.  Murcia

Dentro del concepto de casas rurales y estaciones de tren, el alojamiento Vagón Rural es muy original. Se han rehabilitado antiguos vagones de tren de Renfe como casas rurales. Vagones de los 50, rodeados de limoneros y naranjos, con más comodidades que en la ciudad y en plena huerta de Murcia.

En él destacan toques vintage, el ambiente y los decorados coloridos. Entre sus prestaciones, además, cuenta con piscina, barbacoa y porche con parcela privada donde disfrutar del aire libre. Una opción de lo más interesante pues, ¿cuántas veces has tenido la oportunidad de dormir en un antiguo vagón de tren.


 

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