VALLE DE ALMANZORA: CULTURA Y BUEN VIVIR

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VALLE DE ALMANZORA: CULTURA Y BUEN VIVIR


El Valle del Almanzora es un inmenso corredor de piedra, agua y memoria donde castillos, iglesias, palacios y rutas de ocio se encadenan como cuentas de un mismo collar. Un lugar perfectopara una escapada al ocio perfecto. Unvalle morisco y minero, devoto y festivo, perfecto para un viaje que combina arte, paisaje y experiencias al aire libre.

El paisaje no deja indiferente. Entre sierras de tanta belleza como la de los Filabres o la Sierra de las Estancias, con un gran potencial medioambiental, hace del Almanzora una zona que vive de cara al turismo. Pueblos encaramados en laderas, al pie de barrancos, manantiales y cascadas, son una constante en estas localidades. Pero es que a la belleza del entorno, la comarca bañada por el río Almanzora, que le da nombre, suma un rico patrimonio cultural y arqueológico, fruto del paso de las civilizaciones que la han poblado, y unas tradiciones artesanales y costumbres festivas que, sin duda, por su peculiaridad, no te dejan indiferentes.

Además, El Almanzora no solo se recorre en coche: también se disfruta a golpe de pedal o caminando por antiguas infraestructuras ferroviarias reconvertidas en ocio activo. La Vía Verde del Hierro ofrece cerca de 12 kilómetros de recorrido sobre los restos de un pasado minero, hoy transformado en corredor para ciclistas, senderistas y familias. El trazado atraviesa paisajes de ribera, antiguos puentes y zonas de cultivo, combinando patrimonio industrial con naturaleza y deporte suave. Es una propuesta ideal para completar jornadas de visitas culturales, soltando las piernas entre pueblos mientras se descubren cortijadas, túneles y miradores improvisados.

Castillos, quesos y vino.

Coronado por la silueta nazarí del castillo, Serón vigila el Almanzora desde el siglo XIII como un centinela que no se jubila nunca. La fortaleza se encarama en la parte más alta del pueblo y regala una panorámica de las sierras de las Estancias y los Filabres, con el valle extendiéndose como un mapa a cielo abierto. Pasear entre sus muros sugiere escenas de fronteras, moriscos y caballeros, pero hoy el visitante cambia la armadura por la cámara de fotos y el bocadillo, mezclando historia y merienda. Al atardecer, cuando las casas blancas se tiñen de rosa, la subida compensa cada paso y el castillo se transforma en un balcón privilegiado para entender por qué este valle fue, durante siglos, un lugar estratégico y codiciado.

Más discreto, pero igual de evocador, el castillo de Sierro se alza sobre la antigua alquería con la sobriedad de las fortalezas bereberes. Sus orígenes se remontan a los siglos IXXIII, cuando la altura era sinónimo de refugio y control del territorio, y aún hoy domina el caserío y los bancales que trepan por la ladera.

Santuario en el horizonte

el Santuario del Saliente está profundamente ligado al imaginario del Almanzora y a las romerías que suben desde el valle. Situado en la cima del monte Roel y construido en el siglo XVIII, está declarado monumento históricoartístico y se considera la joya arquitectónica más importante de Albox.

El conjunto combina piedra toba de raíz rural con una organización arquitectónica heredera de la tradición granadina, logrando un equilibrio entre sencillez popular y solemnidad barroca tardía. Las peregrinaciones, las vistas inmensas y el aire fresco convierten cada visita en una experiencia que mezcla turismo religioso, senderismo y contemplación del paisaje.

No menos imponente es la basílica de Oria. Las obras, comprendidas entre el 16 de marzo de 1767 y el 13 de mayo de 1779, fueron promovidas por el décimo marqués de los Vélez, Antonio Álvarez de Toledo, quien contribuyó igualmente a la construcción de varios templos en Vélez-Rubio.

Es un edificio impresionante.  El brote de barroco tardío en que se inserta el edificio informa de la cierta recuperación económica de la provincia de Almería y el interés igualmente mostrado por uno de los obispos más sobresalientes de la diócesis almeriense. En 1810, las tropas napoleónicas destruyeron todo el decorado interior, retablos, imágenes, y la quemaron toda por completo, menos la fábrica. Fue nombrada Basílica Menor, perteneciente a la Basílica de San Juan de Letrán, de Roma, por el Papa León XIII en 1879.

En este templo se viene a resumir de manera clara los postulados que el barroco desarrollará como propios en Almería: planta rectangular de cajón que permite una mayor posibilidad constructiva y ornamental, y que dota al templo de un mayor valor simbólico; emplazamiento del coro a los pies sobre arco carpanel, rasgo medieval de larga pervivencia en la arquitectura almeriense; cubiertas abovedadas con lunetos; cúpula de media naranja sobre el crucero, etc.

Cultura sin calendario y con parada obligada

No es una frase hecha. Olula del Rio es un oasis de cultura. Su población es de especial relevancia para todas las personas que tengan un mínimo interés por el arte.

El Museo Ibáñez es una de las mayores colecciones de Arte Contemporáneo de Andalucía. Creado por Andrés García Ibáñez (Olula del Río, 1971), pintor de joven y valorada trayectoria dentro del Realismo contemporáneo, se inauguró en noviembre de 2004. Desde entonces se ha consolidado como la dotación cultural más significativa del Almanzora y una de las más representativas del Sureste español.  Obras de Joaquin Sorolla, Francisco de Goya, Antonio López, Andrés García Ibáñez, Capuleto, Madrazo, Ignacio Zuloaga, son un reclamo más que suficiente.

El museo de la fotografía “Pérez Siquier” es un homenaje a Carlos Pérez Siquier, quien donó la mayor parte de la obra que contiene el museo. Carlos Pérez Siquier (Almería, 1930) fue considerado como uno de los pioneros de la vanguardia fotográfica en España y Premio Nacional de Fotografía en 2003. Es el primer museo en España dedicado a uno de nuestros grandes fotógrafos clásicos. El edificio de 550 m² alberga cinco salas en torno al prototipo original de la monumental escultura de Antonio López “Mujer de Coslada”, donde se exponen colecciones míticas como: La Chanca en blanco y negro, La Chanca en color, La Playa en los años 70, Color del Sur y en el patio a cielo abierto, el trabajo más abstracto de Pérez Siquier.

La escultura ‘Mujer del Almanzora’ que el artista Antonio López ha diseñado para presidir este recinto en Olula del Río junto al Museo Casa Ibáñez y el Centro de la fotografía ‘Pérez Siquier’, mide 8 metros de altura, está realizada en Mármol Blanco de Macael y es un reconocimiento a las mujeres del Almanzora.

La lista de premios y distinciones de Antonio López es muy extensa y lo consolidan como uno de los grandes artistas que actualmente tiene España: Premio Príncipe de Asturias de las Artes, Premio Nacional de Arquitectura de España, Premio Velázquez de las Artes Plásticas, Premio Príncipe Viana de la Cultura, Medalla Internacional de las Artes, entre otros.

Gran parte de interés de la zona residen en las numerosas iglesias y las muestras de arquitectura popular en la zona. Un buen ejemplo lo encontramos en Alcontar con la Iglesia de Nuestra Señóra del Rosario. Se trata de una construcción eclesiástica que data del siglo XVIII. En el interior puede notarse un estilo muy clásico y sencillo, con una nave cubierta de madera sin ningún adorno. Esta iglesia también cuenta con una capilla dedicada a la Virgen del Rosario, patrona de la zona.

Un buen ejemplo lo encontramos también en Zurgena. La historia de la Iglesia Parroquial San Ramón Nonato de Zurgena se remonta a 1525, cuando el pueblo obtuvo el estatus de parroquia independiente, liberándose de la dependencia de Huércal Overa. La edificación se erigió en el emplazamiento de una antigua mezquita, siendo la parte original construida en este sitio. Sin embargo, para ampliar el edificio, se adquirió terreno adyacente, completando así la obra en 1560. A lo largo de los años, la iglesia ha experimentado reformas y modificaciones, aunque conserva su esencia neomudéjar, caracterizada por una combinación de elementos mudéjares con influencias cristianas.

Otros elementos muy interesantes son las torres defensivas del valle de Almanzora. Uno de los mejores ejemplo es la Torre del Ramil, también conocida como la Torre de los Moros, se encuentra situada aproximadamente a 1 kilómetro de El Hijate. Es una antigua torre vigía o atalaya, que solía ser usada para la protección y vigilancia del pueblo, ante la posibilidad de una invasión.

Fue construida en la época nazarí, con el fin de formar parte de la protección de los pobladores, ante las continuas amenazas de invasión y guerra. Los estudios han confirmado que, debido a la cercanía de esta torre con otras como la de Somontín o Caniles, quienes se encontraban en su interior se comunicaban con las otras torres a través de espejos o con el uso de humo. De esta manera advertían la presencia de un enemigo o alguna situación irregular.

Por ultimo,  hay que tener un recuerdo para el Palacio del Almanzora rompe el tópico de que el interior de Almería es solo secano y olivos. Este edificio neoclásico del siglo XVIII, vinculado al marquesado de los Vélez, se considera una de las joyas arquitectónicas más importantes de la provincia, con una presencia señorial que sorprende al viajero.

Su fachada ordenada, los volúmenes equilibrados y el aire ilustrado hablan de otra época, cuando las élites agrarias y nobles apostaron por este rincón como lugar de residencia y administración. Pasear alrededor del palacio permite entender la cara más culta y aristocrática del Almanzora, un contrapunto refinado a los castillos defensivos que jalonan las montañas.

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