PUEBLOS DE SEGOVIA CON COLOR
La provincia de Segovia no solo destaca por su capital, sino que hay muchos rincones para descubrir en esta zona. Algunos de esos lugares son los conocidos como pueblos rojos, que se caracterizan, en efecto, por el color rojo de sus edificaciones. Además, de ellos también destaca su suelo pavimentado y de piedra, que los convierten en destinos que parecen haber sido sacados del armario del tiempo.
El nuevo Jeep Avenger es un vehículo perfecto para recorrer estas carreteras y caminos de firme desigual cargado de rincones maravillosos. Comenzamos la ruta en Riaza. Aquí no te puedes perder la Iglesia de Nuestra Señora del Manto, un edificio imponente y elegante donde encontrarás el Museo de Arte Sacro. Además, también merecerá la pena pasear por el pueblo para descubrir todas sus casas señoriales, con escudos de armas y una arquitectura que refleja su esencia serrana.
Desde Riaza, podrás desplazarte hasta la estación de esquí de La Pinilla, aunque de camino podrás hacer una parada en el pueblo Riofrío de Riaza, donde destaca su iglesia. Después podrás continuar hacia el Puerto de la Quesera, a 1.710 metros de altura, un paraje rodeado de naturaleza y con el Hayedo de La Pedrosa en sus proximidades, el más meridional de Castilla y León, ideal para los ciclistas y excursionistas.
De regreso a Riaza, un desvío nos lleva a la Ermita de Hontanares, situada en un entorno tranquilo entre robledales, desde donde se puede iniciar una ruta por los conocidos pueblos rojos de la zona. En primer lugar visitamos Alquité, cuyas casas están construidas con arcilla local, lo que les otorga un color rojizo que se integra perfectamente con el entorno natural. Aquí destaca la Iglesia de San Pedro, que se alza en lo alto del pueblo y desde donde hay unas vistas impresionantes del núcleo urbano.
Después continuamos en Martín Muñoz de Ayllón, una pedanía de Riaza, situada en la vertiente norte de la sierra de Ayllón. En invierno cuenta con menos de 20 habitantes, aunque en verano pueden llegar hasta los 70. Su peculiar nombre proviene de un general del Cid, Martín Muñoz, y su historia está ligada a la Reconquista. En cuanto a edificaciones, destaca la iglesia de San Martín de Tours, del siglo XII, recientemente restaurada.
Nuestro próximo destino es Becerril, otra localidad del municipio de Riaza, que no debe ser confundido con Becerril de la Sierra, este último ubicado en la Comunidad de Madrid. Becerril se trata de un pueblo prácticamente deshabitado, pues, según el INE, en 2022 solo había 3 personas viviendo en él. Uno de los atractivos principales de este lugar es la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción.
Becerril apareció por primera vez en documentos escritos de 1353, como parte del Arciprestazgo de Ayllón y perteneciente al sexmo de la Sierra en la Comunidad de Villa y Tierra de Ayllón. A principios del siglo XIX, fue temporalmente asignado a la provincia de Burgos, pero en 1833, tras la división provincial, se integró en Segovia, Soria y Guadalajara.
Otros pequeños pueblos que también son un ejemplo de esta arquitectura roja tan característica de esta zona son Villacorta y Madriguera.
Sin embargo, nuestro recorrido ahora cambiará de color. Dejamos atrás los pueblos rojos para adentrarnos en otras localidad con construcciones oscuras, casi negras, hechas de pizarra, como El Muyo, Serracín y El Negredo.
Al Muyo se accede desde Madriguera. Su iglesia, dedicada a los Santos Mártires San Cornelio y San Cipriano, se distingue por su techo de teja roja, aunque desde 2018 ha sido restaurada con pizarra negra, como era originalmente. En el interior de la iglesia se conserva una valiosa cruz procesional de plata del siglo XVI, que fue expuesta en 2003 en la Fundación Las Edades del Hombre en Segovia.
Otro sitio con parada es Serracín es otra pedanía del municipio de Riaza. El origen de su nombre podría derivar de un antiguo nombre personal, Sarracinus, relacionado con un propietario de la zona. Algunas teorías sugieren una conexión con el término árabe «sarraqīn», que hace referencia a los «sarracenos», aunque esta hipótesis parece menos probable debido a las transformaciones lingüísticas que implicaría. En el pueblo destaca la Iglesia de Nuestra Señora de la Natividad, construida en 1702 por el maestro Juan Pérez.
Cuando el edificio estuvo a punto de derrumbarse, sus valiosas imágenes fueron reubicadas en otros lugares. La talla de la Virgen con Niño, datada en el siglo XII, se expone en el Museo de Arte Sacro de Riaza. Por su parte, la Virgen de la Natividad con el Niño puede admirarse en la Iglesia de Madriguera, mientras que las figuras de San José y San Antonio fueron trasladadas a la iglesia de Villacorta.
El Negredo también es otra localidad de Riaza. Como es de imaginar, se cree que su nombre proviene del color oscuro de los tejados de pizarra que cubren sus casas. La primera mención escrita data de 1353, cuando formaba parte del Arciprestazgo de Ayllón. La población está rodeada por un encinar y minas de alunita. Su patrona es Nuestra Señora del Vallehermoso, y cuenta con dos templos destacables: la Ermita de San Benito (siglo XVII) y la iglesia románica de Santa María, con una portada de columnas y un pórtico renacentista. En su cementerio se encuentran grabados de posible origen visigodo.
El agua también tiene una gran importancia en este recorrido por los pueblos de Segovia. El río Aguisejo marca el rumbo hacia la segunda parte de la ruta. Primero, se llega a Grado del Pico, un pequeño pueblo que parece fusionarse con el paisaje natural que lo rodea. Las rocas parecen talladas por la mano del hombre y los árboles se alzan imponentes, creando un ambiente casi místico, especialmente cuando el cielo se ilumina con un arco iris durante las tormentas.
Siguiendo el curso del río Aguisejo, se pasa por pueblos tranquilos como Santibáñez de Ayllón, Estebanvela y Francos, donde se pueden ver iglesias románicas sencillas pero llenas de historia, que se integran perfectamente en el entorno fluvial de altos árboles.
Finalmente, la ruta nos guía hasta Ayllón, considerado uno de los pueblos más antiguos de Segovia. En su alrededor se han encontrado restos de asentamientos neolíticos, y a lo largo de su historia, fue hogar de varias culturas como los arévacos, visigodos y árabes. Durante el siglo XV, alcanzó gran relevancia como parte del señorío de Don Álvaro de Luna, uno de los personajes más poderosos de la época. Hoy, Ayllón es reconocido como uno de los pueblos más bonitos de España, y basta con pasear por su plaza central para sentir la historia que impregna cada rincón de esta villa. Mirar a nuestr Jeep Avenger aparcado en la plaza del pueblo siempre tranquiliza.

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