PUEBLOS FAMOSOS POR SUS BODEGAS SUBTERRÁNEAS EN BURGOS
La provincia de Burgos, especialmente en la región de la Ribera del Duero, es famosa por sus bodegas subterráneas, auténticas joyas arquitectónicas que reflejan la rica tradición vitivinícola de la zona. A continuación, te contamos algunos de los pueblos más representativos por estas construcciones históricas:
Consejos para visitar las bodegas subterráneas
Llevar ropa abrigada, ya que las temperaturas en las bodegas suelen oscilar entre 10 °C y 13 °C. Reservar con antelación en caso de visitas guiadas o eventos especiales. Combinar la visita con catas de vinos locales para disfrutar plenamente del enoturismo. Estas localidades no solo ofrecen un viaje al pasado vinícola, sino también una experiencia única para los amantes del vino y la historia.
1. Aranda de Duero
Aranda de Duero es el epicentro de las bodegas subterráneas en Burgos. Su casco histórico alberga más de 130 bodegas conectadas por unos 7 kilómetros de túneles excavados entre los siglos XII y XVIII. Estas bodegas, situadas a una profundidad media de 10-13 metros, mantienen condiciones ideales para la conservación del vino gracias a su temperatura y humedad constantes.
Para visitarlas, se pueden recorrer mediante visitas guiadas organizadas por empresas locales o a través de rutas autoguiadas en el casco histórico.
Destacamos la Bodega Histórica Don Carlos, que ofrece visitas guiadas con degustación de vinos D.O. Ribera del Duero; y también la bodega El Lagar de Isilla, una bodega convertida en museo que combina enoturismo con gastronomía.
2. Peñaranda de Duero
Peñaranda cuenta con numerosas bodegas subterráneas intramuros, muchas situadas bajo casas y calles principales como la Calle Real. Estas bodegas destacan por sus zarceras, pequeñas aperturas que servían para ventilar y evitar gases tóxicos durante la fermentación del vino. Muchas de ellas parecen un reto arquitectónico, con bóvedas de cañón y arcos de medio punto que refuerzan las entradas.
Algunas bodegas datan del siglo XVI y están vinculadas al Palacio de los Condes de Miranda. Aunque muchas son privadas, algunas pueden visitarse contactando con el Ayuntamiento o mediante eventos locales.
3. Moradillo de Roa
Este pequeño pueblo ha apostado por recuperar su patrimonio vinícola con más de 150 bodegas subterráneas, algunas restauradas recientemente. Las bodegas están acompañadas por antiguos lagares comunales que muestran cómo se elaboraba el vino tradicionalmente.
El Cotarro, conjunto etnológico de 18.000m2, está compuesto por 157 bodegas subterráneas y 7 cuevas talladas en piedra cuyos primeros registros datan del año 1550. El programa integral de protección llevado a cabo por los vecinos del municipio ha revertido el mal estado de conservación de las bodegas y permitido la rehabilitación del paisaje cultural y la recuperación de métodos tradicionales de vinificación.
Con el apoyo del Ayuntamiento de Moradillo de Roa se creó una comisión para el mantenimiento y conservación de las bodegas, que ha puesto en valor El Cotarro. Esta revitalización del entorno rural ha sido posible gracias a campañas de sensibilización en las redes sociales, la creación de material audiovisual, habilitación de una sala de exposiciones y puesta en marcha de visitas guiadas. En ellas, los visitantes, además de aprender los métodos tradicionales de vinificación, pueden degustar el vino elaborado en el lagar El Tercio (1736).
4. Olmedillo de Roa
Su iglesia domina el paisaje. Realmente, Olmedillo de Roa es un pueblo eminentemente agrícola, en sus campos se alternan el grano y la uva, combinados con hermosos pinares que coronan los cotarros. Con un clima continental, una altitud media de 800 metros y un suelo de aluvión y arcilloso, rico y fértil, han creado el hábitat apropiado para la uva Tinta del País.
Por supuesto que destacamos su Iglesia, Nuestra Señora de la Asunción, cuyo edificio fue construido por el cantero Juan de Navaceda. En su interior alberga un retablo de Nuestra Señora de Basardilla, de mediados del XVII, con la imagen de la Virgen de Basardilla que antiguamente se ubicaba en la Ermita del pueblo. Aquí también se puede encontrar un receptáculo del siglo XVIII, realizado por Manuel Sandoval, y un tabernáculo del siglo XIX de Pedro Munar.
En una visita siempre hay un hueco para su Plaza Mayor que conserva una casa del siglo XIX, cuya fachada posee un juego de ladrillo y piedra y dos bustos, uno de mujer y otro de hombre, encima de las dos ventanas del edificio.
No dudes en pasear por sus alrededores, en un cerro cercano del municipio se localiza la ermita barroca de la Virgen de la Basardilla. Externamente destaca su espadaña y sus grandes pilastras.
La fiesta más importante de la localidad es la Natividad de Nuestra Señora de Basardilla que se celebra el día 8 de septiembre, y al día siguiente conmemoran la fiesta de los Mártires de Cardeña. El día sábado de la fiesta el pueblo realiza la Romería a la Ermita de la Virgen de Basardilla, después de celebrar misa en la ermita, la Virgen es llevada a la Iglesia del pueblo, durante todo el recorrido de vuelta al pueblo los jóvenes acompañan danzando sin parar en honor a la Virgen.
Además, te recomendamos visitar también La Horra, conocida por sus vinos y pequeñas bodegas familiares; y Gumiel de Izán, que conserva varias bodegas subterráneas asociadas a su tradición vinícola.