Pueblos, nieve y chimenea: 6 pueblos blancos para vivir la nieve en el Pirineo de Lleida

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El frío puede ser el mejor aliado para disfrutar de una escapada inolvidable. Paisajes de ensueño teñidos de blanco, deliciosa gastronomía de montaña, naturaleza en su máxima expresión, aventura y un turismo rural único son razones más que suficientes. Además, no hay nada como aparcar el coche y desconectarse por completo hasta el momento de regresar. Eso es lo que llaman unas auténticas vacaciones en blanco.

Aunque el concepto de «Blanco Chimenea» no exista oficialmente, debería convertirse en el emblema del turismo rural en invierno: una manta, el fuego crepitando y la nieve cayendo tras el cristal. Este manto blanco que cubre el paisaje convierte cada rincón en una imagen de cuento. En el Pirineo leridano, hay 5 lugares que ofrecen la oportunidad perfecta para sumergirse en esta experiencia invernal en un entorno privilegiado.

Arrés

Arrés es un municipio situado en la parte occidental del Valle de Arán. Localizado a 1.225 metros de altitud, se encuentra en la margen derecha del río Garona y muy cerca de la frontera con Francia. El municipio está compuesto por las localidades de Arrés de Abajo, que es la capital, Arrés de Arriba y La Bordeta.

El municipio destaca por su rico patrimonio histórico, con varias iglesias románicas que reflejan su pasado medieval. Entre ellas se encuentran la Iglesia de San Fabián, en buen estado de conservación, y las de San Juan y San Pedro, también de estilo románico, aunque la primera se encuentra en peor estado.

En el ámbito natural, la Balsa de Arrés es un atractivo especial, rodeada de la tranquilidad de los paisajes montañosos. También destacan las antiguas Minas Victoria, un testimonio del pasado minero de la región, y el Mirador de Arrés de Sus, que ofrece espectaculares vistas panorámicas del Valle de Arán y los Pirineos.

 

Unha

Unha es una pintoresca localidad española ubicada en el municipio de Alto Arán, dentro de la comarca catalana del Valle de Arán. Situada a una altitud de aproximadamente 1.280 metros sobre el nivel del mar, se encuentra al pie del Poi d’Unha, cerca del río Unhóla antes de su unión con el Garona. Esta localidad, próxima a Salardú, contaba en 2021 con 144 habitantes, divididos en 75 hombres y 69 mujeres.

 

Entre sus principales puntos de interés destaca Çò de Brastet, una antigua casa señorial fortificada que conserva elementos renacentistas en sus ventanas y puertas. También merece una visita la Iglesia parroquial de Santa Eulalia, una joya románica del siglo XII, de planta irregular y pequeñas dimensiones, dividida en tres naves sostenidas por pilares circulares con arcos de medio punto. Su campanario, con base cuadrada y forma octogonal, data de 1775 y finaliza con un característico bulbo de estilo oriental.

En el interior de la iglesia se encuentran valiosas pinturas románicas en proceso de restauración, que representan escenas religiosas como un Cristo rodeado de símbolos evangelistas. Las pinturas del coro, de estilo gótico, narran diversos episodios bíblicos, ofreciendo un testimonio artístico de gran valor.

 

Taüll

Taüll es una localidad ubicada en el municipio de Valle de Bohí, dentro de la comarca de Alta Ribagorza, en el Pirineo leridano. Situado a una altitud media de 1.500 metros sobre el nivel del mar, contaba en 2008 con una población de 270 habitantes.

La historia de Tahúll se remonta al año 806, cuando el conde de Tolosa liberó la región del dominio musulmán y de los tributos impuestos. Posteriormente, el valle de Bohí se incorporó al condado de Pallars, quedando bajo la jurisdicción de la diócesis de Urgel. En el año 911 se estableció un nuevo obispado para los condados de Ribagorza y Pallars, lo que generó tensiones con la Iglesia de Urgel. Finalmente, en 949, Ribagorza quedó adscrito al nuevo arzobispado, mientras Pallars retornó a la diócesis de Urgel. No fue hasta el siglo XII cuando el valle alcanzó una estabilidad política y social, en gran medida gracias al apoyo de Alfonso I, conocido como «El Batallador».

Durante este período de prosperidad, las campañas de reconquista y la influencia de los señores del condado de Pallars trajeron riqueza a la región. Tahúll y Bohí, bajo la jurisdicción del señor de Erill, vivieron un momento de esplendor que permitió la transformación de sus iglesias, pasando de construcciones rústicas a magníficos templos de estilo románico. En Tahúll destacan dos joyas arquitectónicas: la iglesia de San Clemente, célebre por su campanario y frescos, y la iglesia de Santa María, ambas ejemplos excepcionales del románico catalán, con una rica decoración y mobiliario litúrgico.

 

Bescaran

Bescarán, conocida en catalán como Bescaran, es una encantadora población que forma parte del municipio de Valles del Valira, en la comarca del Alto Urgel. Situado sobre la vertiente oeste del cerro de Coll de Midós, este pueblo ofrece impresionantes vistas de la Plana de la Seu y la Sierra del Cadí. Su principal vía de acceso es un ramal de la carretera N-260, que conecta a Bescaran con otros puntos de la región.

Entre sus lugares más emblemáticos se encuentra La Cabaña del Moro, una cista dolménica formada por losas que configuran cámaras de diferentes dimensiones, testimonio de la antigüedad de la zona. Destaca también el Monasterio de Bescarán, del que solo se conserva el campanario de San Martín, una estructura románica de los siglos XI y XII con seis pisos decorados con arquerías lombardas y ventanas geminadas. Su estilo recuerda a los campanarios románicos del Valle de Bohí.

Otra joya local es la casa solariega de Ca l’Albós, un vestigio del pasado señorial de Bescarán, que junto con su rico patrimonio cultural e histórico, hacen de este lugar un destino único para los amantes de la historia y la arquitectura.

 

Gausac

Gausac es una pintoresca localidad situada en el municipio de Viella y Medio Arán, en la comarca del Valle de Arán. Con una altitud de 994 metros sobre el nivel del mar, se encuentra a tan solo 500 metros de Vielha, la capital del valle. El acceso a su núcleo principal implica cruzar el barranco de Casau, añadiendo un toque especial a su ubicación.

Entre sus monumentos más destacados se encuentra la Iglesia de San Martín de Gausac, un templo románico-gótico construido entre los siglos XIII y XV. Su impresionante torre gótica octogonal fortificada, datada entre los siglos XV y XVI, resalta como uno de sus principales atractivos, junto a su portada gótica. En el interior, se conserva una de las pilas bautismales románicas más significativas de la Val d’Aran.

Además de su riqueza histórica, Gausac ofrece oportunidades para disfrutar de la naturaleza. A solo 7 km, atravesando el majestuoso bosque de Baricauba, uno de los mayores bosques de abetos de la península ibérica, se encuentra la Bassa d’Oles, un tranquilo paraje situado a 1.600 metros de altitud, al pie del pico Montcorbison (2.172 metros). Este rincón es ideal para los amantes de los paisajes montañosos y el turismo rural.

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