GASTRONOMÍA RURAL EN EL RÍO CIDACOS
La gastronomía del Valle de Cidacos, en La Rioja, es un fiel reflejo de la riqueza agrícola, la tradición y el carácter de esta región. Las casas rurales de Ascarioja en la zona son un baluarte de los productos de la zona. Desde las tierras altas de Enciso hasta las huertas cercanas a Arnedo, la oferta es cada vez más generosa. Su cocina combina la calidad de los productos de la huerta, la excelencia de sus embutidos y carnes y el legado vinícola que define a toda La Rioja. Y no podemos olvidarnos del aceite que es el nuevo producto estrella de la zona. El río marca el territorio y ofrece una gran variedad de platos y alimentos que destacan por su autenticidad, sabor y la estrecha conexión con el entorno natural. Lo pueblos y sus alojamientos rurales son un referente para este tipo de turismo.
Técnicamente, el Valle de Cidacos cuenta con tierras fértiles gracias a la influencia del río y sus pequeños afluentes, lo que permite el cultivo de verduras y hortalizas de gran
calidad. Su origen soriano le da carácter. Nace al sur de la población de Los Campos, en tierras de Soria, junto al Puerto de Oncala y recorre 77 km hasta desembocar en el río Ebro, en las proximidades de la localidad riojana de Calahorra. Por su margen izquierda desembocan los afluentes Baos, Ostaza y Manzanares.
Su paso por Enciso, Peroblasco, Arnedillo, en donde el río recibe aguas termales que dan lugar al Balneario de Arnedillo, Santa Eulalia Somera y Bajera, Herce, Arnedo, Quel, Autol y Calahorra. Su cauce aguas abajo de Arnedillo suele aparecer prácticamente seco en algunos tramos a causa de filtraciones.
El recorrido de la Vía Verde y las numerosas huellas y restos de dinosaurios lo convierten en un recurso
turístico de calidad. Parte de su caudal se deriva aguas abajo de Autol hacia el embalse de la estanca del Perdiguero, junto a Calahorra y se usa para el riego de las 4057 ha de ricas huertas de la zona, a Calahorra suele llegar como seco, salvo en los meses más húmedos del año.
Los embutidos son otro de los pilares de la gastronomía del Valle de Cidacos, con el chorizo riojano como principal representante. Este embutido es un ingrediente básico en platos como las patatas a la riojana. Por su parte, la morcilla riojana se disfruta tanto frita como en guisos.
Entre las carnes, el cordero ocupa un lugar destacado, preparado al estilo asado o en guisos tradicionales como la caldereta, un plato típico en celebraciones y eventos familiares.
Las casas rurales de Ascarioja en Enciso, como la Tahona y Tahonas Bis son un buen lugar para disfrutar de esos productos y disfrutar de toda la naturaleza y tranquilidad que tiene por ofrecer el Cidacos. Se trata de casas rurales perfectas para grupos grandes, pues una de ellas tiene capacidad para 8 personas y la otra, para 14.
Los locales de esos pueblos hacen de su gastronomía el reclamo. Los platos más representativos de la región son un reflejo de su historia y costumbres. Las patatas a la riojana, a base de patatas guisadas con chorizo, pimientos y especias, son quizás el plato más icónico. La menestra de verduras, que combina diferentes hortalizas frescas cocinadas con esmero, es otra muestra de la riqueza de la huerta. Los pimientos rellenos, generalmente de carne, bacalao o setas, también forman parte del recetario tradicional y son muy apreciados por su versatilidad y sabor.
Aquí cada temporada tiene su sorpresa. Los terrenos cercanos al río son también zonas privilegiadas para la recolección de setas y hongos durante la temporada, especialmente en Arnedillo, donde se celebran cada año unas jornadas micológicas.
Estos ingredientes se emplean en guisos, revueltos o como acompañamiento en platos principales, aportando aromas y sabores únicos que enriquecen la cocina local.
En esta localidad también tendrás la oportunidad de alojarte en las casas rurales de Ascarioja. En este caso, tendrás también dos opciones: la Casa La Fuente y la Casa Rural Las Pedrolas. La primera de ellas tiene capacidad para 6 personas, mientras que la segunda, para 16. Ambas se tratan de una opción ideal para descubrir en familia o rodeado de amigos la belleza de este pequeño rincón de La Rioja.
Calahorra ha hecho de la verdura un reclamo. El Museo de la Verdura refuerza la identidad de Calahorra como Ciudad de la Verdura y muestra al visitante la actividad de las huertas y cultivos de la ribera del Ebro, formando parte de la historia de la comarca y de sus gentes. Está concebido como un centro interactivo y didáctico, por lo que está dotado con nuevas tecnologías, pantallas táctiles y audiovisuales que presentan al visitante diferentes aspectos de las verduras más importantes de Calahorra, desde la tierra y la agricultura hasta la gastronomía y la importancia de los productos hortícolas en una alimentación sana y saludable.
En los pueblos más pequeños se aprecia mucho más el trabajo del entorno rural. Entre los productos más emblemáticos se encuentran los pimientos riojanos, que se preparan asados o en guisos, aportando su característico sabor a múltiples platos. Las alcachofas son otro de los tesoros de la huerta, utilizadas principalmente en menestras y guisos tradicionales. Las pochas, un tipo de judías frescas, son habituales en estofados sencillos, mientras que los espárragos, cultivados a orillas del río, destacan tanto en su versión fresca como en conserva.
Además, tomates y lechugas completan el repertorio, siendo ingredientes esenciales en ensaladas y platos frescos. La producción de chocolate y mieles en Quel y los anises de Autol son algo que tampoco te puedes perder si decides viajar a La Rioja.
Y claro que no podría faltar la repostería. Los fardelejos son un dulce típico de Arnedo. Este manjar, hecho con hojaldre relleno de crema de almendra, es uno de los productos más representativos de la golmajería riojana, como se denomina localmente a la repostería. Además, todavía podemos encontrar en algunos sitios la juanguila, un dulce tradicional que refleja la herencia repostera de la región.
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