Andar es vida en Lleida
La provincia de Lleida es un auténtico paraíso para los amantes del senderismo. Sus paisajes, que van desde los imponentes Pirineos hasta las suaves colinas de la comarca del Segrià, ofrecen una gran diversidad de rutas para todos los niveles. Pero más allá de sus senderos, son sus pueblos los que añaden un encanto especial a la experiencia. Lugares con siglos de historia, calles empedradas y una cultura rica en tradiciones se convierten en el punto de partida perfecto para explorar la naturaleza.
Hace unos días te hablamos de algunas de las mejores rutas de senderismo por esta provincia, y hoy te presentamos más opciones. En este recorrido, te llevaremos a descubrir algunos de los pueblos más pintorescos de Lleida, donde la aventura y la autenticidad van de la mano.
1. RUTA POR EL ALTO ARÁN: Arties, Salardú, Unha, Gessa, Arties
Esta ruta de senderismo recorre algunos de los pueblos más pintorescos del Alto Arán, combinando naturaleza, historia y patrimonio arquitectónico. Si puede hacer circular, se puede hacer unidireccional y en el camino hay varios restaurantes por si las fuerzas no nos acompañan. Además, tenemos la ventaja de tener un fácil transporte al punto de inicio.
Salir de Arties nos da una idea de la belleza del Valle. Estamos en un pueblo con una gran riqueza patrimonial, como la Iglesia de Santa María, de origen románico, y la Iglesia de San Juan, ahora convertida en museo. Entre sus calles destacan casas renacentistas y el Parador Nacional Gaspar de Portolà. También se pueden visitar las piscinas termales y un monumento dedicado a la vaca Bruna del Pirineo.
Seguro que en Salardú podemos hacer un primera parada. Después de bocadillo podemos entrar en la Iglesia de Sant Andreu, destacando su torre campanario gótica y la talla del Cristo de Salardú. Tras cruzar un puente colgante, el camino asciende hasta Unha, con su Iglesia de Santa Eulàlia y vistas impresionantes del valle y el glaciar de la Maladeta. ¡Impresionante!
Desde Unha, un sendero entre bosques conduce a Bagergue, el pueblo más alto del Valle de Arán y parte de la Asociación de los Pueblos más Bonitos de España. Aquí se encuentra la Iglesia de Sant Félix, de origen románico. La ruta puede continuar hacia hacia Gessa, donde se destaca la iglesia de San Pedro y antiguas casas con arquitectura tradicional. También podemos regresar Arties si las fuerzas nos acompañan.
Siguiendo el trazado del GR-211, la ruta ofrece espectaculares vistas del Valle de Arán y la Maladeta, rodeada de bosques de pinos, avellanos y fresnos, haciendo de esta caminata una experiencia inolvidable. Entre siete y quince kilómetros en función de las opciones… Siempre con excelente señalización.
2. VALL DE BOÍ: Taüll, Boí, Durro, Barruera, Erill La Vall, Taüll
Un clásico que necesita buenas piernas. Continuamos con esta otra ruta que comienza en el parking del Hotel El Rantiner en Taüll, pasando por la Iglesia de Sant Climent. Se sigue el camino tradicional hasta Boí, donde se cruza el río de Sant Martí y se asciende hacia Durro por el Camí del Pago. Tras atravesar Durro, se desciende hasta Barruera, pero sin entrar en el pueblo, girando a la derecha tras cruzar el puente sobre la Noguera de Tor para dirigirse a Erill la Vall.
Desde Erill la Vall, la ruta deja las señales de trail running y sigue la indicación hacia Caldes de Boí hasta alcanzar la carretera L500. Tras recorrer 850 metros por la carretera, se toma a la derecha el Camí de les Roquetes, ascendiendo hasta la bifurcación con el Camí de Llanceros, que finalmente lleva de regreso a Taüll.
El recorrido tiene un total de 15,8 km, lo que supondría unas 4 horas si queremos disfrutar del paisaje. Tiene un desnivel de 758 metros y una altitud máxima de 1506 metros. La ruta está bien señalizada y en excelente estado, ofreciendo un recorrido variado con ascensos exigentes y descensos técnicos, ideal para el trail running.
3. EL AGUA HACE CAMINO
El Camí de l’Aigua, es una ruta de 27 kms. que se constituye en eje vertebrador de todos los caminos tradicionales de la Alta Ribagorça, recuperando antiguas rutas que comunicaban los pueblos del valle, caminos reales, ganaderos o de herradura, teniendo como nexo de unión el agua. El recorrido completo se inicia en el embalse de Les Escales, en la Fuente de la Mena, a unos 3 kms. aprox. antes de llegar a Pont de Suert y finaliza en el Balneario de Caldas de Bohí.
Siempre podemos optar por una versión más corta desde Llesp hasta el Pont Medieval del Remei. Es una idea perfecta para iniciarnos o probar nuestro estado de forma. Este tramo del Camí de l’Aigua es una ruta sencilla y bonita de 4 km (8 km ida y vuelta), que atraviesa el Salencar de Llesp, cruza bosques de robles y finaliza en el puente medieval y la ermita del Remei. Recomendamos realizar el recorrido de ida y vuelta por el mismo sendero, ya que intentar atajar puede resultar complicado debido a la vegetación densa y la presencia de zarzas y boj.
Además, se puede aprovechar la excursión para disfrutar de un menú en El Forn de Llesp, completando así una jornada perfecta en la naturaleza. Buen pan, buen precio y no aceptan tarjetas. Un restaurante con criterio.
4. GR 7 : 400 KMS DE EMOCIONES
El GR 7 es un impresionante recorrido de aproximadamente 400 km que atraviesan en 24 etapas desde Andorra hasta los Ports. A lo largo del trayecto, se alternan pistas, senderos, asfalto y zonas de montaña con paisajes espectaculares. Tiene mucho de reto. La gran ventaja es que los pueblos por los que pasamos tienen excelentes servicios para el aventurero sibarita. Las nueve primeras etapas son las más espectaculares y se desarrollan en territorio leridano. Toda una experiencia.
Después de los primeros kilómetros pasamos por La Seu d’Urgell, Coll de Bancs y Tuixén, combinando senderos y pistas con señalización irregular en algunos tramos, llegamos a una zona espectacular. En la etapa 4, de Tuixén a Sant Llorenç de Morunys, destaca la subida al Coll de Port y una bajada pedregosa que requiere precaución, pero es especialmente bonito.
Las siguientes etapas hasta Solsona incluyen recorridos bien señalizados con paisajes de montaña, ríos y miradores. Desde Solsona hasta el Santuari de Pinós, la ruta es más sencilla, aunque con tramos de vegetación densa y algunas modificaciones recientes en el camino.
En general, el GR 7 es un trayecto maravilloso pero con cambios recientes en su señalización y algunas zonas afectadas por incendios. A pesar de estos desafíos, es una ruta altamente recomendable para los amantes del senderismo y la naturaleza.